La ciudad hace 90 años
Confiterías y comercios tradicionales, un gimnasio al aire libre, una fábrica de gaseosas y una villa balnearia que crecía y ya recibía unos 10.000 turistas por año
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Ecos Diarios
En la década de 1930 el comercio prosperaba y la industria se afianzaba en nuestra ciudad. Necochea contaba con sucursales del Banco Nación, el Provincia y el Hipotecario, lo que la convertía en una de las localidades más importantes de la región.
En aquellos años, un centro de reunión obligado era La Armonía, un bar que en aquellos años se definían como “moderno, confortable y lujoso”.
Según un libro publicado con motivo del cincuentenario de la ciudad, La Armonía era el lugar de reunión “preferido de las familias, las gentes de negocios, de los veraneantes y también de cuanto de representativo tiene la sociedad necochense”.
La legendaria confitería contaba con un gran salón de billares en el que se realizaban importantes torneos.
El sector exclusivo para caballeros era muy frecuentado durante las horas del café y el vermouth, mientras que la otra sección, de lujo, estaba destinada a las familias. La confitería contaba con “notables servicios de lunchs, tés y banquetes”.
La confitería era propiedad de Víctor Fernández y Cía y uno de los socios, Simón Urroz, era “el alma de la casa”.
Gimnasio al aire libre
A fines de los años 20 el ex concejal José M. Amondarain impulsó la construcción de un gimnasio en homenaje al educador y autor del libro “El Nene”, Andrés Ferreyra.
El objetivo era que el gimnasio contara con todos los elementos para ejercicios físicos siguiendo “el moderno criterio ya impuesto en las grandes ciudades en favor de la expansión de la cultura corporal en la infancia y la juventud para el mejoramiento de las costumbres”.
El gimnasio al aire libre se construyó en el centro de la avenida Sarmiento (58 hasta 57), frente a la plaza, durante la administración comunal que presidía el comisionado Joaquín Martínez Sosa.
Comercios antiguos
A una cuadra de allí se encontraba La Nueva Perla, una casa de ramos generales propiedad de Martín Luengas.
El comercio se encontraba en la esquina de las calles 25 de Mayo (62) y Primera Junta (55) y contaba con secciones de almacén y tienda.
La Nueva Perla había pertenecido a la firma Jaureguizar Hermanos y Cía, de la que Luengas era socio.
A pesar de encontrarse en el centro de la ciudad, vecinos de los suburbios y las quintas de alrededores e incluso del campo llegaban hasta el negocio a realizar sus compras.
Sobre la avenida Del Valle (hoy 58 desde 61) se encontraba otra Perla, se trataba de una fábrica de fideos fundada por José Garre en 1898 y, en 1930, a cargo de sus hijos.
Para 1931 la producción anual de la fábrica de fideos común y extra alcazaba a los 100.000 kilos.
También se realizaba la elaboración de harina de maíz y sémola, de las que se producían 30.000 y 15.000 kilos respectivamente.
La marca “La Perla” había obtenido una medalla de oro en una exposición realizada en Milán en 1917.
Los prestigiosos productos de la empresa eran vendidos en aquella época en nuestra ciudad, Quequén, Lobería, La Dulce, San Cayetano, San José y Balcarce. Según una publicación de aquellos años, “este importante establecimiento es, en suma, un verdadero exponente del adelanto industrial de Necochea”.
Bebidas y gaseosas
Hace 80 años Necochea también contaba con una fábrica de gaseosas. La empresa adquirió impulso bajo la firma de Antonio Gatto y Cía.
La fábrica, que funcionaba en la calle E.M. Pieres (57), fue adquirida más tarde por Rigante y Fernández.
Las bebidas sin alcohol que elaboraba, soda, “narajanda” y otros productos tenían gran aceptación entre los pobladores.
Además, la firma era concesionaria de la cerveza Quilmes, que distribuía anualmente más de 25.000 docenas de botellas de cerveza en hoteles, bares, almacenes y casas particulares.
Se trataba de uno de los establecimientos comerciales que más desarrollo habían tenido en esa década.
En aquellos años el Centro Comercial e Industrial de Necochea, que nucleaba a los comerciantes e industrias de la localidad, impulsó una importante campaña promocional de nuestra ciudad.
La playa
Para 1930 la Villa balnearia contaba con varios hoteles: “Necochea”, “La Perla Hotel Marino”, “Royal” y “Atlántico”.
Sobre la misma playa se encontraba el establecimiento balneario “La Sirena”, dotado de un moderno servicio especial de baños calientes y fríos de agua de mar.
Además, entre los establecimientos de baños con casillas movibles figuraban los de Barbarito Hnos, Manuel Uzobiaga y de los hoteles La perla, Royal y París.
La Villa ya contaba entonces con cine, bares, servicio de correo y telégrafo, teléfono, tranvía y ómnibus. La afluencia anual de veraneantes era de unas 10.000 personas.
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