Cien días de gracia, para tomar las grandes decisiones
Los más avezados en las cuestiones del ejercicio del poder dentro del sistema democrático, sostienen que todo nuevo gobernante cuenta con los primeros cien días de gestión como el periodo de gracia, o si se quiere, de luna de miel con la comunidad cuyos destinos le toca guiar.
Obviamente que este lapso de tres meses se sustenta en las expectativas que despierta la llegada del nuevo ocupante del poder Ejecutivo, máxime cuando lo ha avalado un importante caudal de votos, como ha sido con Arturo Rojas, el más votado en la era democrática de la cual hoy mismo se cumplen 36 años.
Las experiencias han dejado en claro que tal periodo es el que debe utilizarse para tomar las grandes decisiones de lo que será el nuevo gobierno; y sobre todo las que puedan resultar antipáticas para algún sector de la sociedad, pero que el intendente de turno considera vitales para que su gobierno plasme su impronta.
Arturo Rojas no debe perder la brújula sobre esta cuestión, y seguramente es algo que habrá meditado en todo este tiempo, en soledad y con sus colaboradores inmediatos.
Tendrán que sostener el nuevo mandatario y su equipo de gobierno la lucidez para separar la resolución de los temas de la coyuntura actual, de las urgencias, para tomar las determinaciones más intensas y que en definitiva harán que su gestión pase a la historia o sea “una más”.
Los problemas actuales están a la vista, con una situación económica del municipio harto complicada, que ha repercutido hondamente en sectores como la salud y limpieza de la vía pública, por solo mencionar dos aspectos.
Las cuestiones de peso
Pero más allá de la coyuntura, la flamante administración debería aprovechar este tiempo de gracia para definir los grandes temas que Necochea no ha resuelto en años y que la han llevado a este estado de postración que parece no tener salida.
Esos temas indudablemente establecerán si la ciudad tendrá o no el futuro de grandeza que merece y que definirá el porvenir de varias generaciones.
El desarrollo del frente marítimo, que incluye un rediseño de la actual estructura del Parque Lillo; qué se va a hacer con un complejo Casino, que ya cumplió su etapa y es un adefesio no funcional ubicado frente al mar; o qué cambio se deberá hacer para acomodar el sostenimiento municipal de la salud, algo cada vez más inviable, aparecen en la paleta de objetivos que hay que definir.
En las decisiones previas de la gestión que encabeza Rojas, la creación de la Secretaría de Coordinación de Gestión y Planificación Estratégica, que estará a cargo de Pablo Aued, parece ser, en los papeles, el organismo adecuado para darle forma a estas importantes definiciones.
La situación actual de Necochea, y sobre todo las necesidades de cara a un futuro de grandeza, requieren de temple, raciocinio y valentía de quienes empiezan hoy una nueva etapa. Y si logran plasmar esas cualidades, habrán puesto en marcha el tan ansiado camino de grandeza.