Dichos que inquietan aún más
Con una comunidad a merced de la delincuencia, que cada vez se atreve más ante la falta de freno, la inseguridad es uno de los temas que inquietan a la gente, y aún más cuando se percibe claramente que quienes tienen que dar respuestas están desorientados o faltos de elementos para hacer su trabajo.
A lo largo de la última semana, las páginas de Ecos Diarios fueron reflejando el decir de varios actores vinculados a la seguridad, que desnudaron conceptos de las falencias que exhibe hoy el Estado como controlador y ejecutor de justicia para que el ciudadano no viva con “el corazón en la boca”.
En primera instancia el secretario de Gobierno del municipio, Jorge Martínez no descubrió nada al dar cuenta que “estamos viviendo una ola de inseguridad que hacía tiempo no se veía”; y sostuvo que “los delincuentes son siempre los mismos”. Sin embargo parece ser que no se los puede controlar.
Por su parte la fiscal general del Departamento Judicial, Analía Duarte, en una nota concedida a FM La Costa sostuvo que en materia de inseguridad “Necochea no escapa a la realidad nacional”; y consustanciándose con el sentimiento de los ciudadanos, confesó que “en lo personal tomo las precauciones de todo el mundo y siento miedo como cualquiera”.
La funcionaria judicial también hizo foco en la saturación de presos que tienen hoy en día las dependencias policiales, en algunos casos con sus calabozos clausurados por su mal estado edilicio. Una desatención de la Provincia, ésta, que viene de años y que tiene como estandarte de ese abandono a las instalaciones de la comisaría Segunda en Quequén.
La “frutilla del postre”, en materia de declaraciones, llegó de boca del subsecretario de Prevención y Monitoreo de la Municipalidad, Angel Vázquez, quien reveló a Ecos Diarios, que “se necesitarían entre 20 y 30 vehículos nuevos” policiales para poder dar una eficaz labor preventiva en las calles. Lo que no dijo Vázquez es que en estos momentos los móviles policiales aptos a pleno no llegan a la docena. ¿Es posible proteger a los ciudadanos de un distrito de cien mil habitantes con esta cantidad de rodados?
La escasez de vehículos tiene su correlato en la falta de personal policial, producto de bajas por carpetas psiquiátricas; por la no reposición de los uniformados que se jubilan y por el desplazamiento de unos 40 efectivos tras una huelga policial de hace años, que nunca se reincorporaron o remplazaron.
Varias de las voces coincidieron que las víctimas de robos o hechos de violencia deben hacer las correspondientes denuncias. Sin embargo buena porción de la sociedad prefiere no notificar los hechos a la Policía y Justicia, porque siente que nada se esclarece y si así sucede los autores de los hechos enseguida recuperan la libertad para seguir delinquiendo.
Las cifras oficiales de lo acontecido en 2022, también dadas a conocer por Ecos Diarios en la semana, arrojaron un dato palmario en ese sentido: solo el 6% de las causas penales tuvieron imputados y en el 65% se ignoran quienes fueron los autores de los ilícitos.
Sin embargo es necesario que se formulen las denuncias, porque en el “desconectado” Ministerio de Seguridad provincial las decisiones se toman en base a estadísticas; y si no hay denuncias no se provee de más móviles y policías a la ciudad.
El Estado protector, en este caso el provincial, se muestra ausente desde hace tiempo para con Necochea. Y es probable que algo tengan que ver los intereses y pujas políticas en un año electoral en el que a muchos funcionarios les interesa más mantener el poder que pensar en el bienestar de la sociedad y darle las soluciones que implora. Y en tal escenario parece afirmarse el concepto de que estamos a la “buena de Dios” o, lo que es peor, en la etapa del “sálvese quien pueda”.///