“Elvira Rawson”: Un espacio creado por y para las mujeres
Una agrupación que se inspira en la médica y revolucionaria,
que se destacó por su lucha por la igualdad de derechos para
hombres y mujeres
En junio de 2021, todavía con el país y la ciudad pasando las consecuencias de la pandemia del Covid-19 y sus restricciones, se formaba en Necochea una agrupación de mujeres dispuesta a trabajar en conjunto por dar continuidad a la lucha feminista en busca de la igualdad de derechos.
Si bien a buena parte de ellas las une que proceden del radicalismo, también es cierto que las une algo más fuerte, que es la convicción de seguir trabajando con la fuerza que en algún momento sembró Elvira Rawson, de quien tomaron el nombre para bautizar la institución.
En junio del 2022, con motivo de celebrar su primer año de trabajo, inauguraron la sede en la avenida 59 al 3500, encabezados principalmente por Josefina Ignacio y Felicitas Cabretón.
“Decidimos crear un espacio liderado por mujeres de la Unión Cívica Radical para trabajar una agenda de género, derechos humanos, producción y medioambiente”, contaron el día que recibieron en su “nueva casa” a militantes no solo del radicalismo, sino también de muchos otros sectores de la política.
Con el pasar de los meses se fueron sumando amigas y amigos provenientes de distintos sectores de la comunidad, aportando ideas.
Asesoramiento
Así, por ejemplo, se sumaron las abogadas Florencia Angeletti y Jorgelina Serrano, que se pusieron a disposición para brindar asesoramiento jurídico gratuito a víctimas de violencia de género, violencia doméstica, violencia sexual o de cualquier otro tipo. De esa forma, pudieron comenzaron a atender los días viernes en la sede de avenida 59 3587 (esquina 78), los días viernes de 10 a 12 y de 15 a 18.
«En momentos de crisis es donde las cosas crecen, y nos incorporamos personas que sumamos ideas para ver qué podía brindar esta asociación», contó Florencia Angeletti.
«Ha surgido la idea de acompañar, asesorar y brindar información, a toda persona que se considere víctima de violencia de género, violencia institucional, o que tenga a sus hijos inmersos en una violencia familiar”, detalló, y dijo que si se trata de «un caso muy extremo», patrocinar a personas carentes de recursos de manera gratuita.
«Josefina (Ignacio) y Felicitas (Cabertón), consideraron que era una buena idea y un servicio válido, por eso le dedicamos los viernes a la parte jurídica», contó Angeletti, y dijo que es una buena oportunidad para saber «por dónde arrancar», sabiendo, por ejemplo, dónde está la Comisaría de la Mujer y si lo que están viviendo es realmente violencia de género o no.
Otras actividades
Por otro lado, empezaron a recorrer comedores y merenderos para llevar asesoramiento también a las mujeres que asisten a esos lugares pero también aprovechando la oportunidad para llevar donaciones.
Además, este año también realizaron el Segundo Encuentro de Mujeres Rurales, que tuvo la particularidad de ser presencial, en la sede de la Cooperativa General Necochea, luego de que el primer encuentro se realizara de manera virtual, en el marco de la pandemia.
En este segundo Encuentro de Mujeres Rurales contaron con la presencia de la diputada nacional Carla Carrizoar, quien habló sobre el proyecto de ley de Mujeres Rurales.
También hubo otras mujeres que compartieron sus experiencias en rubros vinculados a la producción, la investigación, cooperativas, economía popular, entre otros temas.///
RECUADRO
¿Quién fue Elvira Rawson?
Sin duda, Elvira del Carmen Rawson Guiñazú de Dellepiane, fue, más allá de una médica destacada, una rebelde y una de las referentes del feminismo más importantes de América Latina.
Nació el 19 de abril de 1867 en la ciudad de Junín, Buenos Aires. Era hija del Coronel Juan de Dios Rawson, hombre del círculo de confianza del futuro presidente Julio Argentino Roca y combatiente en las batallas de la Vuelta de Obligado, Caseros, Pavón y Cepada. Además de que estaba emparentada por el lado de la vía materna con el Deán Funes, eclesiástico, político, rector de la Universidad de Córdoba, miembro y director político de la Junta Grande (sucesora de la primera junta de 1810).
Si bien nació en Buenos Aires, a los 6 años de edad la familia Rawson se trasladó a la provincia de Mendoza y allí cursaría sus estudios primarios. Luego continuaría en la Escuela Normal de Mendoza, una de las tantas que fundó Domingo Faustino Sarmiento. Allí es donde Elvira se egresaría como una de las primeras 5 maestras normales de la provincia en 1884.
Su familia pertenecía a los sectores más poderosos y notables de la aristocracia porteña y esperaban de ella las mismas actitudes que la gran mayoría de mujeres en aquellos tiempos, donde al vivir en una sociedad machista hasta el extremo del cinismo, siempre se condenaba a la mujer a ser esposa, madre o maestra.
Pero aquello no se vio replicado en la menor de los Rawson. Elvira demostraría que era radical en todo el sentido de la palabra.
Cuando en 1885 decidió que quería estudiar medicina, inspirada en la entrerriana Cecilia Grierson, la primera mujer en conseguir recibirse como médica en el país, sus padres se opusieron rotundamente y, ante la negativa de la joven a dejar sus ideas, le dijeron que haga lo que le plazca pero a cambio de tomar este camino fue desheredada.
Seguramente para hacer a Elvira ceder y tirar sus sueños por la borda. Decían que era profesión nada adecuada para una “jovencita de bien”.
Cuando Elvira Rawson tenía 23 años ya era practicante en el Hospital Rivadavia. Fue entonces cuando estalló la Revolución del Parque, el 26 de julio de 1890. El movimiento contra el gobierno del presidente Miguel Juárez Celman, sumido en una crisis de representación y económica sin precedentes, era encabezado por Leandro Alem, Bartolomé Mitre y Bernardo de Irigoyen, entre otros.
La lucha fue muy fuerte y Juárez Celman dispuso que los médicos y estudiantes acudieran para asistir a los heridos leales a su gestión.
En pleno combate, Elvira montó un hospital de campaña donde decidió atender a todos los heridos sin distinguir bandos. Consiguió una ambulancia tirada por caballos que ella misma conduciría para ir hacia la riesgosa incertidumbre del rescate de los heridos.
Mientras atendía y levantaba heridos fue atacada a balazos por las tropas del gobierno y cuando se identificó le advirtieron que no debía atender a los revolucionarios. Elvira respondió: “Los hospitales son del pueblo y no de los gobiernos”.
Los soldados gubernamentales desataron los caballos de la ambulancia y la dejaron a pie. Elvira colocó sobre uno de sus brazos la faja con la cruz roja y salió a la calle a cumplir con su deber.
En Lavalle y Talcahuano donde la batalla era a cañonazos atendió durante tres días a los heridos.
Tras la derrota de la revolución, el trabajo de Elvira no pasó inadvertido.///