Handbol a cancha llena
A una década del formidable equipo de Alta Mira que dominó la Asociación Atlántica, logró su primer título y jugó Nacional “A” de Clubes
Como el fútbol recuerda al equipo de Estación Quequén que ascendió al Nacional B, el básquetbol a Rivadavia en la Liga Nacional “B” o el vóleibol a Luz y Fuerza campeón argentino, el handbol de Necochea tendrá para siempre un antes y después de aquel equipo del Colegio Alta Mira que hace una década dominó la Asociación Atlántica, logró su primer título y jugó Nacional “A” de Clubes.
Esta historia podría comenzar con un triunfo clave o alguna final, pero debe hacerlo con tres nombres que miraron levantarse las copas “desde afuera” pero formaron parte de la gestación y fueron corazón de todo proceso: los profesores Carlos Nicolella, Miguel Arana y Germán Castaños. Los tres formaron en 1999 aquel equipo de Alta Mira que, integrado en su mayoría por jóvenes de entre 19 y 21 años, hicieron sus primeras experiencias fuera del distrito en la Liga Federal. Diez años después, esa generación disfrutó de una conquista inédita a nivel regional, mantuvo un invicto de 16 partidos, fue subcampeón en el Nacional “B” de Clubes, se metió entre los ocho mejores equipos del país y hasta se dio el lujo de medirse con la Selección Argentina en un amistoso.
El primero
Sin dudas el momento bisagra fue en diciembre de 2008, cuando por primera vez se alcanzó una final y se coronaría con el título en el torneo de mayores de la Asociación Atlántica de Balonmano, en tres parejas finales frente a Talleres de Mar del Plata. Mariano Gargiulo, quien había sido arquero en las campañas en la Liga Federal, supo ser el director técnico, guía y moderador de un grupo al que no le faltaba voz de mando dentro de la cancha. Los iniciales en la primera final, que ganó Alta Mira 29-28, fueron Ezequiel Bernagozzi en el arco, Estanislao Salanueva, Lucas Ibarra, Matías Ortiz, Gonzalo Alonso, Sergio Alfonso y Walter Esbensen.
Los necochenses había perdido hasta allí un sólo partido en el año, justamente frente a Talleres en Mar del Plata. Por la segunda final en la cancha del Club Banco Provincia la historia volvió a repetirse y con un triunfo 40-37 los marplatenses forzaron un tercer y decisivo partido en Necochea.
La consagración llegó entonces en un colmado gimnasio del Colegio Danés, en una definición gol a gol, que se rompió a falta de un minuto para el final con una corrida del “Negro” Alonso que sentenció el marcador por 32-29. Gonzalo fue el goleador de esa final con 8. Los iniciales fueron los mismos. Luego ingresaron Emanuel Coquibus, Juan Anastasiu, Diego Mauco y Javier Lenguiti y completaron el plantel campeón Juan Jensen, Martín Risegaard, Sebastián Gómez, Alvaro Cavallo, Federico Picón, Ezequiel Laghezza y Martín Condenanza.
Girando por el país
El protagonismo en el torneo de la Asabal, llevó al equipo a disputar cuatro nacionales. El primero fue el Nacional “B” en 2008 en San Juan, con un cuarto puesto. Al año siguiente harían historia con un subcampeonato en el Nacional “B” en Cipolleti, en Río Negro, perdiendo la final frente a Barrio Parque de Córdoba pero alcanzando el objetivo de ganar la plaza para la Asabal en el Nacional “A” de 2010, entre los ocho mejores equipos del país. Allí al grupo se le sumó como refuerzo Miguel Barroso, el zurdo de Talleres que se padeció en la final.
Se gritó más fuerte
Para ocupar esa plaza en el Nacional “A”, Alta Mira debía en 2009 retener el título en la Asociación Atlántica. Y la campaña no pudo ser mejor, quizás en el punto máximo de rendimiento del equipo. Ganó los 12 partidos de la fase regular con el mayor goleo y la valla menos vencida, superó en las dos semifinales a Punto Sur de Mar del Plata y en la primera final frente al Instituto Illia apabulló a su rival con un categórico 36-20 como visitante.
Pero el dramatismo diría presente dentro y fuera de la cancha. En la previa, con una polémica sanción que le impidió a Alta Mira ser local en el gimnasio del Colegio Danés y que casi deriva en la pérdida de la localía en Necochea, de no ser por la rápida gestión del entonces titular del área de Deportes, Marcos Bertone, que propuso el Polideportivo Municipal como escenario. Ese cambio, la presión y una mala tarde del elenco necochense, le permitió a Illia imponerse por 32-28 para dejar sin invicto a Alta Mira y obligar al público a contener el festejo.
El tercer partido exacerbó los ánimos y con un Polideportivo a pleno, ante más de mil personas, la fiesta no pudo ser mejor para handbol de Necochea. Illia no la hizo fácil pero Alta Mira se impuso por 29-24 y alcanzó el bicampeonato y el objetivo nacional. El grito de desahogo “nos vamos a la A” rompió la tensión. Nuevamente dirigido por Mariano Gargiulo, el equipo formó con Ezequiel Bernagozzi, Sergio Alfonso, Gonzalo Alonso, Matías Ortiz, Matías Alonso, Emanuel Coquibus y Juan Anastasiu. El plantel en la final lo completaron Estanislao Salanueva, Iván Aguiar, Martín Risegaard, Javier Lenguiti, Emanuel Bertole y Ezequiel Laghezza.
Consolidación
En 2010 llegó la consolidación y el premio de jugar el Nacional “A” en Córdoba, donde se cruzó por los puntos con River Plate, a la postre campeón, y perdió dejando una notable imagen por apenas un gol frente a SAG Polvorines, otro elenco de la Federación Metropolitana. El elenco necochense terminaría sexto, defendiendo la plaza para la Asabal en la categoría. En el torneo de mayores regional volvió a ser contundente y terminó festejando otro título, en otra final frente al Instituto Illia. El tricampeonato marcó el final de la campaña de Mariano Gargiulo como DT, cerrándose de alguna manera gran parte de esta historia.
En 2011, había que defender todo lo anterior, entre las presiones, los cambios y, como todo campeón, el ímpetu competitivo intacto. Con Miguel Arana como conductor, se repitió la experiencia en el Nacional “A”, ahora en Mendoza, midiéndose con Villa Ballester y Quilmes de la Metropolitana. Las ausencias, los viajes y las lesiones complicaron la campaña en la fase regular del torneo de Atlántica con derrotas que parecían hacer mella en la unión del grupo. Emanuel Coquibus, con lesiones que lo obligaron a dejar la cancha, se hizo cargo del equipo en la última etapa, con Arana acompañando. Y el grupo apareció en los momentos decisivos. En semifinales, se impuso en tres partidos sobre Talleres y en la final postergó a Punto Sur de Mar del Plata. A pesar de las turbulencias, se consiguió algo inédito: cerrar la final como visitante. Se sufrió en el Colegio Danés para ganar el primero por 30 a 29, con 11 goles de Gonzalo Alonso, y en la revancha en Mar del Plata, en el Complejo Punto Sur, se impuso por 36 a 32, con 12 goles de Matías Ortiz. Tetracampeonato con el sello de ser el mejor, en las buenas y en las no tanto. Campañas que quedarán para siempre en la historia de nuestro deporte.