La vuelta de los espectáculos
Al distenderse la situación epidemiológica en el distrito, son varias las actividades que por estos días han podido recomenzar luego de varios meses sin poder desempeñarse y generar recursos.
Uno de los rubros más intermitentes ha sido el de los espectáculos, principalmente el sector de los artistas, que recién en estas vacaciones de invierno, ya con la ciudad en fase 3, han podido recuperar una programación continuada.
La puerta abierta ha surgido desde el Ejecutivo, abriendo diariamente el Teatro Municipal “Luis Sandrini”, para gestar una cartelera de varias obras infantiles y una para mayores. Y el público le ha venido dando efectiva respuesta en las distintas funciones.
Las presentaciones, que son con un aforo del 50% se extenderán hasta el fin de las vacaciones de invierno y durante la primera semana de actividad el resultado ha sido positivo.
Hasta este periodo vacacional, los artistas, en especial los callejeros, sólo tuvieron la posibilidad de mostrar su arte y sumar algún ingreso durante el pasado verano, con presentaciones en la peatonal y plaza de la Villa Díaz Vélez; y en las escalinatas de avenidas 10 y 91 y el anfiteatro, en el Parque. Con más entusiasmo que logros reales y viendo profundizar sus situaciones familiares ante la falta de ingresos. Posteriormente la ciudad descendió a la fase 2 de las restricciones y las actividades quedaron nuevamente truncas.
Por otro lado, la apertura reciente también posibilitó que el cine pudiera reabrir sus puertas, siendo una de las propuestas que más atención captan durante el periodo vacacional.
Entre las graves consecuencias que ha provocado la pandemia, a lo que se sumó una exagerada cuarentena implementada desde el Gobierno, quedaron suprimidas las cuestiones de ocio y diversión que, más allá del necesario y bienvenido disfrute familiar, brindan trabajo a cientos de personas, entre ellos los artistas. Y ante la prolongada inactividad muchos de ellos debieron ingeniárselas y mutar a otras labores para poder vivir.
Este engranaje de la diversión ha podido reencontrarse con el público, pero aún hay muchos sectores vinculados a las fiestas en salones o peloteros, y el bingo, que continúan con sus puertas cerradas y en su mayoría sin ninguna ayuda del Estado para aliviar una parálisis grave. Mozos, personal de cocina, los mismos artistas y proveedores son algunos de esos rubros que aún siguen padeciendo las consecuencias de la pandemia y de los marcados desaciertos generados por quienes nos gobiernan.