Los que siguen esperando
Esta semana que pasó se inauguró el nuevo edificio del Jardín de Infantes N° 908 en 522 bis y 527, lo que significó una mejora necesaria para la comunidad educativa y padres nenes de la amplia zona que desde hace más de cuatro décadas esperaban la concreción de la nueva sede.
El jardín funcionaba en dos casas unidas en el barrio Seis Esquinas, pero ya desde el momento en que se creó, hace 46 años atrás, se hablaba de la necesidad de contar con un edificio con características más adecuadas para el funcionamiento de un establecimiento educativo. En las páginas de Ecos Diarios, se reflejó en varias oportunidades el reclamo de las directoras y docentes que han pasado.
Finalmente, en estos días se concretó, con demora, pero llegó. Ahora la comunidad educativa cuenta con un edificio moderno, con mucho espacio, mobiliario nuevo, un gran patio con juegos que ilusiona a los docentes y a los chicos y padres del barrio.
Es muy satisfactorio que se concrete la construcción de un nuevo edificio educativo, pero ¿por qué tiene que tardar tanto? Seguramente a lo largo de todos estos años, hubo otras prioridades y se construyeron otros edificios, pero ¿por qué la educación no es prioridad siempre?
Y ahora se concretó este jardín, pero cuántas otras comunidades educativas están esperando mejoras edilicias o directamente edificios nuevos porque donde están ya no pueden seguir. Solo por mencionar algunas viejas demandas, podemos recordar la necesidad de la Escuela Secundaria 17, que espera desde hace años contar con un edificio propio. En este caso, el establecimiento funciona en el primer piso de la Escuela provincial de Arte «Orillas del Quequén», en el Complejo Jesuita Cardiel, y el espacio ya no les alcanza. Ambos establecimientos están comprimidos en un único edificio sin posibilidad de crecimiento. Promesas, muchísimas. Se habló incluso de hacer el nuevo edificio ahí mismo, aprovechando una estructura abandonada que hay en el lugar, pero nunca nada se concretó.
El jardín 917 también espera contar con un edificio propio, en este caso, se había dicho que iba a construirse en el sector donde se está levantando el edificio judicial sobre avenida 58, pero del edificio educativo ni noticias.
También Villa Zabala está necesitando la construcción de un jardín porque hoy en día están ocupando un espacio de la Escuela 47 para el funcionamiento del nivel inicial. En este caso, se trata de un barrio que ha crecido muchísimo en poco tiempo y el Estado tiene que brindar mejores condiciones edilicias para ampliar los servicios.
En la otra punta de la ciudad, en 104 y 63, atrás del hospital, quedó abandonado hace casi 10 años una estructura que iba a ser el Jardín 919, que nunca llegó ni siquiera a abrirse. En este caso, la necesidad es inmensa y directamente están quedando chicos en esa zona que no tienen acceso a ningún servicio. El edificio quedó a medio construir y ahora, para completar el panorama, está usurpado. El municipio está haciendo gestiones con la Provincia para reactivar la obra, pero antes deben resolver la situación de la familia que está viviendo ahí.
Por supuesto que es una alegría la concreción de un establecimiento educativo, pero es tan grande la deuda que no podemos dejar de mencionar todo lo que falta todavía y recordar a aquellos que aún siguen esperando.///