No hay pistas de los individuos que robaron $1.100.000 a un comerciante
El lunes pasado durante un arrebato de una mochila en calle 60 y 67
A seis días del robo de $1.100.000 a un comerciante en la vía pública, no se ha logrado sumar elementos que permitan identificar a los autores del audaz robo. El hecho se produjo el lunes pasado al mediodía. Hubo un allanamiento sin resultados positivos.
Más allá de la descripción que pudo aportar la víctima, el propietario de una estación de servicio, no se han logrado conseguir nuevas pistas de los dos individuos que participaron del cuantioso robo.
Llama la atención la modalidad utilizada por los delincuentes, que deja en evidencia que sabían que el hombre transportaba una fuerte suma de dinero. Se descarta de esta forma que el robo haya sido casual.
Información
Los delincuentes debieron contar con información de la víctima e incluso planificaron cómo iban a abordarlo.
Según denunció el comerciante, el lunes en horas del mediodía caminaba por la calle 60 cuando vio venir en dirección contraria a un individuo que por alguna razón le resultó sospechoso.
Lo que no esperaba el hombre era que el desconocido le arrebatara de un tirón la mochila y con una velocidad asombrosa se subiera en una motocicleta que pasaba por el lugar y huyera a toda velocidad.
Según pudo denunciar más tarde la víctima, el ladrón subió a una moto tipo enduro, de color oscuro, que era conducida por un sujeto que llevaba un casco colocado.
Los dos hombres huyeron con la mochila por la calle 60 en dirección a la 69, donde doblaron a toda velocidad.
El damnificado denunció el hecho el lunes poco después del mediodía y la Policía inició una investigación para dar con los autores del robo.
Con los elementos aportados por la víctima se orientó la pesquisa hacia un individuo sospechoso que podría tener alguna relación con este tipo de hechos.
Fue así que se esperó a la medianoche del lunes para iniciar el operativo ante la posibilidad de levantar cualquier tipo de sospechas.
Con una orden de allanamiento otorgada por el Juzgado de Garantías, en la madrugada del martes los uniformados ingresaron a la vivienda del sospechoso en busca de algún elemento que pudiera vincularlo con el hecho.
Si bien existía poca posibilidad de encontrar el dinero, se buscaba también alguna prenda de vestir similar a la que vestía el arrebatador.
Sin embargo, el procedimiento no tuvo éxito, ya que no se encontró ningún elemento que vincule al sospechoso con el arrebato.
Ante la falta de elementos, ahora quedaría indagar en el entorno del damnificado y en las personas que pudieran conocer el movimiento de dinero que este realiza a fin de poder determinar alguna fuga de información.
Arrebatos al azar y no
Los arrebatos se han convertido en un tipo de delito común en los últimos años. Los delincuentes, que se movilizan por lo general en motocicleta y de a dos, eligen especialmente a mujeres.
Los malvivientes suelen utilizar como técnica el acercamiento por la espalda de la víctima y el tirón de carteras o bolsos.
En este procedimiento pueden provocar la caída de las víctimas o incluso arrastrarlas, pero esto no es un impedimento para estos individuos.
También mochilas y teléfonos celulares suelen ser blancos de estos individuos que en algunas oportunidades también actúan solos.
Luego del arrebato, es común que doblen en contramano para evitar ser perseguidos por automovilistas testigos de los robos.
Años atrás se produjeron una serie de robos de estas características a la salida de bancos céntricos.
En esos casos los delincuentes parecían contar con información precisa sobre personas que salían de las entidades bancarias con importantes sumas de dinero.
Incluso se llegó a sospechar de que tuvieran colaboración de “entregadores”.
La repetición de este tipo de robos llevó a las entidades bancarias a colocar barreras visuales para impedir que el público pudiera ver a los clientes realizar operaciones en las cajas.
Esa simple estrategia permitió reducir notablemente el número de robos de este tipo, hasta casi su desaparición.