Un lugar mejor para vivir
El progreso y el crecimiento de una ciudad no sólo está atado a la cuestión estructural, el desarrollo de la infraestructura y la construcción de grandes obras públicas; el mejoramiento de la calidad de vida de los vecinos es el fin mismo de cada gestión. Por eso en muchas ocasiones el sólo hecho de hacer cumplir ciertas reglamentaciones u ordenanzas alcanzan para que los ciudadanos se sientan mejor, deseen aprovechar los espacios públicos y les sea gratificante transitar por la ciudad.
Además esto no le exige a los responsables de la Municipalidad una erogación grande de recursos sino que por el contrario es compromiso y sapiencia sobre las herramientas que el estado municipal posee para poder llevar adelante un distrito y una comunidad.Un ejemplo de esto es lo que ocurre en las avenidas 42 y 91, en los tramos que fueron asfaltados últimamente.
Esas avenidas rápidamente se convirtieron en vías necesarias para dirigirse desde los barrios cercanos al parque Miguel Lillo hacia el centro y viceversa, por lo cual ayudaron a descongestionar otros caminos.Sin duda que son dos avenidas transitadas y aquí es donde vemos como una parte del progreso se manifiesta con el asfaltado de unas arterias y como eso influye y mejora el día a día de los vecinos.Pero también hay otra situación que requiere y es la imagen y planificación que en algún momento se tuvo en nuestra ciudad.Existe la ordenanza de cercos y veredas, la cual indica que una vez que se pavimenta una avenida en los terrenos baldíos que estén sobre ella se deben construir la vereda y el paredón. Cosa que no se cumple y no hacen cumplir.Un claro ejemplo son las avenidas mencionadas. Donde hay baldíos sin veredas y paredones.
Esto hace que los vecinos que transiten caminando por la zona, deban hacerlo por la calle, lo que es un peligro dado que es una arteria de mucho tránsito y baja iluminación.Diferente lo que ocurre en el barrio Parque donde allí quienes recorren la zona son los propios residentes del lugar.
A esto se le suma la cuestión del arbolado. En su momento la avenida 42 fue un espacio arbolada con pinos lo que hizo que fuera conocida con el nombre de «avenida de los pinos”, lo que transformaba el recorrido en un paseo por la calle de tierra y los árboles a los costados.
Hoy se podría imitar lo que ocurrió en ese momento y empezar plantar árboles, para que dentro de 20 años quienes transiten por ahí digan que “hermosa esta la avenida de los jacarandas”, por ejemplo, si se plantara esta colorida especie.
Lo más importante es que todo está reglamentado, existen las ordenanzas, también está planificado que árbol se debe plantar en cada zona de la ciudad. La cuestión es que se haga cumplir lo normado.No es mucho lo que se pide. Pero si es necesario que las autoridades tengan como meta el progreso de la ciudad, para lo cual hace falta compromiso con el cargo que ocupan y con los vecinos que pusieron sus esperanzas en quienes están en la conducción de su destino.Muchas veces no todo se resume en la situación económica sino que hay momentos en los cuales la inventiva y las ganas de hacer colaboran para que se lleven adelante propuestas para que las nuevas generaciones tengan un mejor lugar para vivir.///