Un servicio maternal en riesgo
Esta semana que pasó, la Asociación Yipuy dio a conocer que está en riesgo la apertura de su centro maternal para el 2023 debido a la falta de recursos para sostener el servicio.
Después de mucho esfuerzo había logrado abrir un espacio para 15 chicos y bebés en la sede de la entidad, que funciona en 37 y 76, para dar respuesta en primer lugar a madres adolescentes que tengan que ir a la escuela y a familias vulnerables en general.
El año pasado, el maternal había sido reconocido como centro de primera infancia por el Ministerio de Desarrollo de la Nación, por lo que debieron hacer una serie de obras para cumplir con todos los requisitos y así obtener un subsidio, que le permitiría sostenerse con mayor facilidad.
Después de incorporar personal docente y haber hecho las ampliaciones que tanto sacrificio les costaron, el Gobierno nacional les retiró el subsidio a los seis meses de haber comenzado a otorgárselos.
El motivo de la quita fue que debían hacer un balance con una serie de requisitos que ninguno de los dos contadores, que han trabajado voluntariamente para la entidad, han podido cumplimentar. A esto hay que sumarle que la guía con la documentación necesaria que debían presentar para seguir teniendo el subsidio, les llegó una vez que se los habían dejado de pagar.
Ante esta situación, se decidió no inscribir a chicos para el año que viene porque, por ahora, no podrían seguir prestando el servicio en estas condiciones.
Evidentemente el Gobierno nacional no se ha interiorizado de lo que significa el centro maternal para el barrio donde funciona y mucho menos conoce la historia de la Asociación Yipuy en lo que respecta a la contención de las madres adolescentes. De lo contrario, queremos pensar que lo devolvería.
Se entregan subsidios por doquier a entidades, empresas, personas particulares, muchas veces sin ningún tipo de control, y se lo retiran a una entidad que realmente funciona bien y que cumple una función que el Estado hoy no está brindando en forma masiva. A veces las decisiones son inentendibles.
Son escasos los servicios de nivel maternal en la ciudad y, por otro lado, cada vez más necesarios. Unos pocos jardines provinciales tienen la sala de 2 años y solo uno tiene un espacio maternal para bebés más pequeños. El resto de los establecimientos son todos privados.
Afortunadamente Necochea cuenta también con el servicio que brinda el municipio, con cuatro jardines maternales –tres en Necochea y uno en Quequén-, pero en todos los casos funcionan con matrícula completa y sin vacantes por la alta demanda.
Sin embargo y pese a la falta de jardines, no se aprovecha el servicio de Yipuy que está totalmente equipado y en condiciones para recibir a los chicos.
Yipuy no es considerado un jardín a nivel educativo, pero sí un centro de primera infancia para brindar cuidados y contención para bebés y niños. Además, la entidad cuenta con una diversidad de talleres que apuntan a las madres jóvenes para ayudarlas y guiarlas en el rol de ser madres.
Por ahora, la asociación cuenta solo con un pequeño subsidio provincial que apenas le sirve para algunos de los gastos corrientes.
Es de esperar que se resuelva la situación y la entidad pueda reabrir la inscripción para el año que viene. Cuando los particulares, en este caso una asociación, brinda un servicio que el Estado no brinda, por lo menos, éste debería acompañar estas iniciativas. ///