Una medida arriesgada y hasta peligrosa
Hace unas semanas atrás, desde la Subsecretaría de Prevención y Monitoreo de la Municipalidad, se admitía que se necesitaban entre 20 y 30 móviles policiales nuevos, pero al mismo tiempo se señalaba que la principal problemática es la falta de efectivos.
En Necochea, desde hace largo tiempo se vienen perdiendo policías por distintas razones. Hace dos años el Ministerio de Seguridad desafectó a unos 40 efectivos por un reclamo y no se recuperaron. A esta pérdida se suman los retiros, jubilaciones y los que consiguen otros trabajos y dejan la fuerza. A esta situación, se suman también las licencias psiquiátricas.
Esta semana que pasó la Municipalidad recibió de la Provincia 14 patrulleros nuevos, pero la pregunta que muchos se hacían es “¿quién los va a manejar?”, teniendo en cuenta que cada vez hay menos personal.
Ante la falta de policías –algo que está afectando a todo el territorio bonaerense- la supuesta solución que dio el Ministerio de Seguridad es contratar personal civil para manejar los móviles, con el objetivo de liberar a los oficiales disponibles para que se concentren en la prevención de delito.
De esta forma, en las municipalidades, como en el caso de la nuestra, se abrió una inscripción para que los interesados puedan anotarse para convertirse en choferes de los patrulleros. Según se dio a conocer, ya hay 160 personas anotados en el distrito.
Todos, deberán aprobar el curso de conductor motorista, según las reglas establecidas por la Subsecretaría de Formación Profesional del Ministerio de Seguridad de la Provincia para los ingresantes a la Fuerza Buenos Aires en el periodo 2023. Se prevé que la capacitación tendrá una carga de 300 horas a lo largo de nueve semanas, de forma presencial. Entre los contenidos que se ofrecen en ese curso, se destacan: educación física, régimen legal de la profesión policial, bioseguridad y primeros auxilios, manejo y conducción, mecánica ligera, tácticas de intervención y comunicación policiales, y régimen legal para la especialidad de conductor motorista.
En caso de superar la etapa de formación, los egresados pasarán a revista en el subescalafón Servicios Generales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Usarán uniforme, identificación y se les proveerá chaleco antibalas, pero no portarán armas de fuego en el ejercicio de su función.
Si bien a simple vista muchos pueden pensar que podría paliar la situación, lo cierto es que la medida, es, por lo menos, arriesgada y hasta peligrosa. Y esto lo piensan muchos, no sólo los ciudadanos comunes sino también algunos de los que están dentro de la fuerza o están vinculados a la seguridad.
Cuando se implemente esta medida, ante una emergencia se enviaría un móvil con un chofer y un policía, poniendo en riesgo al civil y también al efectivo que, en este caso, estaría solo hasta que llegue algún refuerzo.
Además, una persona que no es policía, que no está acostumbrada al peligro, puede cometer un error que haga fracasar la operación o que ponga en peligro a su mismo compañero. En esta situación, el policía también asumiría la responsabilidad de cuidar y defender al civil que se puede meter en “la boca del lobo” más de una vez, sin ninguna experiencia. También, al contrario, puede suceder que el civil se comporte temerariamente y complicar aún más la situación.
La falta de efectivos es un problema que hay que resolver, pero las soluciones deben ser realmente soluciones y no parches o ideas delirantes que terminen generando más peligro del que puede llegar a ocurrir en el marco de un tiroteo o una persecución. Pero, por ahora, parece que no hay más ideas locas que éstas. ///