42 años de la caída del Ezcurra los escombros siguen en el lugar
Decadencia. El puente sucumbió el 29 de abril de 1980 por la inundación y los restos continúan esparcidos sobre la ribera. Una muestra de desinterés por la ciudad
Se cumplen hoy los 42 años desde que la inundación de 1980 arrasó con vegetación, edificaciones, vehículos y bienes materiales de decenas de familias necochenses que perdieron mucho de lo que habían logrado construir en los años previos. Entre esas cosas que el agua destruyó estaba el puente Ignacio Ezcurra, que unía Necochea con Quequén en la zona portuaria.
En aquel entonces, cuando el río creció y acumuló la fuerza suficiente para llevarse un puente, la gente seguramente ni se imaginaba que luego iban a pasar 42 años sin que vuelva a ser construido. Mucho menos iban a suponer que hasta los escombros iban a seguir en el mismo lugar en que quedaron ese día 29 de abril, cuando a media tarde la parte central del puente carretero cedía, a pesar de tener solo 11 años de su inauguración en 1969.
Esto no demuestra desidia, sino incompetencia total de las autoridades portuarias que no debían encargarse de hacer una gran obra, sino simplemente retirar lo que quedaba del puente roto.
Por hacer una comparación bastante absurda pero divertida al fin, en 1944 el 90% de los edificios históricos de la ciudad de Varsovia estaban destruidos, siendo un lugar hasta el límite durante la II Guerra Mundial. En los 78 años que pasaron hasta el 2022 en que vivimos, ese lugar logró renacer de sus cenizas, siendo hoy una ciudad de tres millones de habitantes, capital de Polonia. En 2012, la Unidad de inteligencia de The Economist clasificó a Varsovia como la 32ª ciudad más habitable del mundo, mientras que en 2017 la ciudad ocupó el 4º lugar en la categoría “Amigable para los negocios” y 8ª en “Capital humano y estilo de vida”.
En Necochea, en cambio, ya llevamos más de 40 años y nadie pudo levantar un puente que se cayó con el agua. Ni siquiera alguien pudo tomar la determinación de retirar los escombros.
Por otro lado, al mirar las fotos de aquel devastador desenlace natural que tuvo lugar en Necochea en 1980, una de las postales más vista ha sido siempre la de la terminal de ómnibus casi tapada por el agua. Increíblemente, ese edificio sigue siendo el mismo, sin cambios, con alguna mano más de pintura pero sin nada nuevo para ofrecer, a pesar de que pasaron 42 años.
Está claro que el agua acumulada en esos días no se estancó tanto tiempo como se ha estancado el crecimiento de Necochea.
El recuerdo
Al caminar por el paraje Las Cascadas y la estación de Piscicultura que se encuentra allí, uno de los elementos que más llama la atención es la marca que tiene pintada una de sus paredes, indicando hasta dónde llegó el agua durante la inundación.
Las persistentes lluvias arrancaron pasada la mitad del mes y para 28 de abril la situación en nuestra ciudad ya era dramática.
En Coronel Bunge, a unos 30 kilómetros al Oeste de la ciudad de Benito Juárez, el agua caída superó los 350 milímetros y en Barker, el temporal alcanzó inusitada violencia, con 150 milímetros de agua caída en sólo 30 minutos. En tanto, en nuestra ciudad se registraron 100 milímetros de lluvia en solo dos días
Durante la noche del 29 de abril, también se derrumbó el viejo puente del ferrocarril, que había sido construido entre 1893 y 1894, cuando se puso en servicio la Estación de Trenes de Necochea. El viejo puente se encontraba clausurado desde 1966, pero se había convertido en una de las postales de la ciudad.
En el año 2012, al cumplirse los 32 años del hecho, se realizó en la Cámara Comercial una muestra de fotografías alusivas a este hecho.