A 138 años del primer templo religioso
La Iglesia del Carmen se inauguró el 4 de septiembre de 1883, en un predio contiguo al de la actual parroquia, sobre la calle 60
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Ecos Diarios
Hace unos días se cumplieron 138 años de la inauguración del primer templo católico en Necochea. La entonces denominada Iglesia del Carmen se encontraba ubicada sobre la calle 60, en la misma manzana que hoy ocupa la parroquia Santa María del Carmen.
En 1883, por disposición de don Angel Ignacio Murga, fue editado un plano del pueblo de Necochea que incluía la ubicación de solares, quintas y chacras.
Al pie de ese plano quedaron registradas varias referencias históricas. Por ejemplo: «Inauguraciones: Iglesia del Carmen, 4 de septiembre de 1883. Cementerio, ídem. Corrales abasto, ídem. Cárcel pública, ídem. Municipalidad, 1883».
La Iglesia Católica estuvo presente desde el nacimiento de la ciudad. En el acta fundacional, los fundadores declararon patrona de la ciudad a la virgen Santa María del Carmen.
El primer templo de la ciudad fue fundado el 4 de septiembre de 1883 en la parcela ubicada en la calle Mitre, actual calle 60.
Se recuerda al padre Donato Pacella como primer sacerdote de la joven población y el impulso de los vecinos para construir un templo que reflejara el profundo sentimiento religioso de la comunidad.
Se le encomendó al agrimensor José María Muñiz realizar la mensura del lote donde se iba a construir la iglesia.
Según las crónicas de la época, el primer sacerdote y capellán fue el reverendo presbítero Manuel Alvarez, quien bendijo el lugar en nombre de Dios y rogó el amparo de la Virgen Santa María del Carmen.
Luego hubo una procesión alrededor del templo y con salvas se festejó el evento. El edificio, de ladrillo y cal en el comienzo, pero sin revoque, estaba situado detrás del actual templo. Contaba con sacristía y bautisterio y una precaria casa donde habitaba el párroco.
El primer registro parroquial correspondió al deceso del niño José Azúa, fallecido de pasmo a los 12 años, el 3 de junio de 1883.En tanto, el primer bautismo fue el del menor Pascual Panio y la primera boda la de Carmen Barreiro con José Ruiz Suárez.
Con el tiempo, merced a donaciones de los fieles y a través de suscripciones se fue poblando la nave de ornamentos sagrados y bancos. También de aquellos elementos indispensables para la liturgia.
Monseñor José de Luis, quien fue párroco de la Iglesia Santa María del Carmen desde 1961, recuperó las placas de mármol con los nombres de las personas que colaboraron en la construcción del templo y las colocó en el acceso de la parroquia.
Gracias a él podemos conocer hoy algunos de los nombres de aquellos fieles que aportaron a la construcción del templo.
Puede observarse entre las plazas una que cita los nombres de Pascual Quercia, Josefa V. de Rivero, Elvira Ezcurra y Carmen Chrithopernsen.
Otra indica: “YGLESIA DE N. S. del CARMEN Ynaugurada el 4 de septiembre de 1883, siendo juez de Paz y titular de la Municipalidad Don Angel Ignacio Murga, D. Victoria de la Canal, D. Samuel Rosetti, D.Segundo Murga y D. Juan Leiva. Capellán: Manuel Alvarez”.
El discurso de Becco
La construcción del templo fue ordenada por el decreto de fundación del pueblo de Necochea, fechado el 8 de junio de 1881.
Desde el nacimiento de nuestra ciudad, hombres de la Iglesia impulsaron iniciativas para el progreso de la comunidad.
Fue precisamente un sacerdote quien a principios del siglo pasado, desde el púlpito, levantó la voz para reclamar la construcción de un puerto.
Corría el año 1906 cuando el ministro de Obras Públicas de la Nación llegó a la ciudad invitado por la comisión Pro Templo Parroquial.
El supuesto objetivo del encuentro eran las gestiones de la obra de construcción del templo de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, pero se invitó a la reunión al fraile Modesto Becco, quien tendría a su cargo un discurso para convencer al ministro de la necesidad de construir una estación marítima en la desembocadura del Río Quequén.
Un acta del 9 de agosto de 1906, refiere los preparativos de la comisión antes de la llegada del ministro. La nota da detalles de las gestiones realizadas por Carlos Voigt ante el ministro con motivo del viaje del funcionario a Necochea.
Escrita por Lincoln Howard, el acta señala que Voigt había cumplido con todo lo encomendado por la comisión y le ordenaba que recibiera al ministro y le “hiciera presente sus fervientes votos para llevar a feliz término el proyecto de Puerto Necochea de Ultramar”.
Por otra parte, Voigt debía comunicarle al ministro que la comisión “pensaba prestar su cooperación a la obra mediante la invocación de los auxilios de la Divina Providencia a cuyos efectos realizaría en todo el presente año una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Luján”.
Nada se sabe de aquellas insólitas gestiones y sobre los efectos que causó en el ministro el discurso del padre Becco, pero a 115 años de aquella visita, Puerto Quequén es una de las estaciones marítimas más importantes del país. Podría decirse que, de alguna manera, dieron resultado.///