A 16 años de un crimen que se convirtió en símbolo de impunidad
En mayo de 2009 el jubilado Rotondo Gómez murió durante un asalto
El próximo 28 de mayo, se cumplirán 16 años de un homicidio que se ha convertido en símbolo de impunidad en nuestra ciudad. El jubilado Rotondo Gómez murió consecuencia del violento robo registrado en su domicilio de la avenida 75 casi 18.
Aunque en un primer momento todo indicaba que el crimen de Gómez había sido esclarecido y dos hermanos permanecieron meses detenidos como presuntos autores del crimen, el homicidio aún sigue impune.
La razón: ninguna de las pocas pistas recogidas durante la investigación permitieron probar que los sospechosos hayan estado en la noche del 28 de mayo de 2009 en la vivienda de Gómez.
El jubilado murió asfixiado por la mordaza que le pusieron en la boca los delincuentes que ingresaron a robar a su vivienda.
En la casa de los sospechosos se encontraron elementos robados en la vivienda de Gómez, pero la justicia considera que no son elementos suficientes para probar que ellos hayan participado del robo.
Un pequeño pedazo de guante de látex y un cabello encontrado en la cama de Rotondo Gómez hacían suponer que podría identificarse a al menos uno de los autores del robo, pero no se obtuvo ninguna pista. Incluso la causa por “encubrimiento” se diluyó en una serie de frustradas audiencias, pedidos de paraderos y trámites burocráticos.
A fines de 2011 se realizó un juicio en relación al hecho, en el cual se condenó por encubrimiento agravado a un travesti que en un principio había sido detenido junto a su hermana por su presunta vinculación con el homicidio.
Al finalizar el juicio se frustraron las esperanzas de los investigadores que aún pudiera obtenerse algún elemento de prueba que permitieran determinar cómo se desarrollaron los hechos que llevaron a la muerte de Gómez.

Un misterio
La mañana del viernes 29, alrededor de las 11, una mujer que realizaba las tareas domésticas en la casa de Gómez, halló al joyero sin vida en su habitación. Estaba atado de pies y manos y amordazado con un cinto. Dentro de la boca le había colocado ropa interior.
El jubilado, de 87 años, falleció por asfixia. Estaba boca arriba y con ropa de dormir.
Desde un primer momento los investigadores no contaron con testimonios ni pruebas que permitiera identificar a las personas que ingresaron en la casa del joyero y sustrajeron diversos elementos de valor.
No se sabe cómo ingresaron los autores del hecho, ya que no había ninguna puerta o ventana forzada.
Por tal motivo se sospechó que Gómez podría haberles abierto la puerta. Incluso existían sospechas de que podía conocer a alguno de los hermanos que luego estuvieron vinculados a la investigación.
El detalle de la prenda interior que los delincuentes habían colocado en la boca de Gómez llevó a los policías a sospechar que el hecho podría haber sido cometido por los individuos que semanas antes habían asaltado al sereno del Tren del Parque.
En ese caso la víctima también había sido atada con cables y amordazada con un cinto. También le pusieron una prenda interior dentro de la boca.
Eso llevó a la Policía a encontrar los elementos robados en la casa de Gómez en la vivienda de un travesti. En la casa de este individuo también se habían encontrado elementos robados en el Tren del Parque.///
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