A 176 años de la muerte de Mariano Necochea, el granadero que le dio el nombre a la ciudad
¿Quién fue Mariano Necochea?
Mariano Necochea nació en Buenos Aires el 7 de septiembre de 1792. El apellido original en vasco era Nekotxea, que significa “Casa de Neco” (Neco por Nicolás). Hijo de una familia de ricos comerciantes, con 10 años fue enviado a Sevilla para formarse, estudiar matemáticas, idiomas y humanidades. Regresó en 1809 ante la muerte de su padre para ponerse al frente de los negocios de los Necochea.
Sus vínculos familiares y comerciales con las más importantes familias españolas lo llevaron a demorarse en su decisión sobre qué actitud tomar frente a la Revolución de Mayo. Pero cuando lo hizo fue contundente: en abril de 1812 se incorporó al recién creado Regimiento de Granaderos a Caballo.
El 3 de febrero de aquel año participó en el combate de San Lorenzo ya con el grado de Alférez y tuvo a su cargo la redacción del parte de la Victoria.
Luego ingresó al ejército del Norte y combatió en primera línea bajo las órdenes de Rondeau en el Tejar, Venta y Media y Sipe-Sipe, donde resultó herido en la retirada. Se cuenta que llegó en camilla muy maltrecho hasta Chuquisaca y de allí pudo bajar a Tucumán.
Ya repuesto pidió pasar a Mendoza para integrarse al Ejército de los Andes y ponerse a las órdenes de San Martín, quien le encomendó la formación de los oficiales y tuvo un rol clave en el entrenamiento de la tropa.
Realizó el cruce con la vanguardia de la columna de O’Higgins, participando en los primeros encuentros del lado chileno. Se destacó en la decisiva batalla de Chacabuco y fue enviado a la campaña en el sur de Chile.
Participó en los combates de Gavilán y Talcahuano, en diciembre de 1817, y luego en la única derrota del Ejército Libertador, Cancha Rayada, y en el glorioso triunfo de Maipú que consolidó la independencia de Chile.
Necochea formó parte de la expedición libertadora al Perú, donde su coraje lo llevó a ser ascendido a coronel. Su participación en la batalla de Junín en 1824, donde resultó gravemente herido, fue especialmente notable ya que lideró una carga de caballería que resultó decisiva para la victoria patriota. Este triunfo consolidó su reputación como un héroe de la independencia.
Además de su brillante carrera militar, Mariano Necochea también fue un ferviente defensor de la unidad sudamericana, manteniendo una cercana relación con líderes como José de San Martín y Simón Bolívar.
En 1834 Mariano Necochea recibió el título de "Gran Mariscal" por el gobierno del Perú como reconocimiento a su liderazgo, valentía y contribuciones decisivas, especialmente durante la campaña libertadora en ese país en 1831.
Desde fines de 1845, los padecimientos de Necochea, ocasionados por una grave enfermedad pulmonar, como consecuencia de las heridas que recibió en Junín, fueron permanentes. Falleció el 5 de abril de 1849 en Miraflores, Perú.
Necochea
La ciudad lleva su nombre en honor al general Mariano Necochea.
Necochea se fundó el 12 de Octubre de 1881, el distrito se había creado el 18 de julio de 1865 y desde entonces los escasos pobladores lucharon para organizar política y administrativamente el partido.
El 26 de julio de 1911 se promulgó la Ley Nº 3.352, que declaró ciudad a la localidad de Necochea.
Monumento
El monumento al general Mariano Pascual Necochea fue construido por el escultor Víctor Jorge Garino, y emplazado sobre su pedestal de la plaza Rocha en 1913.
Su construcción se enmarcó en la lista de monumentos que se impulsaran en el país celebración del centenario de la Nación, y se estableció que sería ecuestre y en bronce, con un basamento de granito. Su altura total se convino en seis metros, de los cuales 2,80 metros pertenecerían a la figura de Necochea. Su costo se calculó en $40.000 de la moneda nacional vigente por entonces.
La primera fundamental del monumento fue colocada en 25 de mayo de 1910, en la misma jornada en la que se inaugurara el antiguo edificio del municipio (hoy Centro Cívico), en 58 y 61.
La fundición del monumento la efectuó Alejo Joris y al bronce de fundición se le agregó parte de un cañón de la guerra de la Independencia.
En principio se había otorgado al escultor Garino un plazo de 18 meses para terminar la obra, que culminaba en marzo de 1912. Sin embargo retrasos en los pagos en cuotas de sus honorarios y los de Joris, generaron que recién fuera instalado a mediados de 1913.
La curiosidad es que el monumento nunca fue inaugurado y la idea es hacerlo cuando se logre su reconocimiento como monumento histórico nacional.
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