A la espera de una solución urgente
Más de una decena de personas han usurpado y están viviendo en una estructura abandonada del Complejo Educativo Jesuita Cardiel, espacio donde funcionan varios establecimientos, entre ellos, una escuela secundaria. Existe mucha preocupación por parte de las autoridades del área porque ya han hecho varias denuncias en la Fiscalía y en la Comisaría Primera y hasta ahora no hay avances.
En general, se trata de hombres jóvenes que están ocupando un sector abandonado que, en algún momento, se usaba de skatepark, pero también se han visto mujeres y también alguna familia con chicos, pero no ahora. En general, las personas que allí habitan van cambiando periódicamente. Han colgado cortinas para hacer divisiones como si fueran habitaciones y, de lejos, se ven los cordeles con ropa.
Durante el verano, usaron las instalaciones a pleno, con escasos controles, teniendo en cuenta que los edificios no tenían actividad. Sin embargo, ahora con el regreso del ciclo lectivo, están ocupando un lugar que pertenece a estudiantes.
En el complejo educativo, donde hace más de 30 años estaba el ex Liceo Naval Militar, funcionan varios centros, entre ellos, el Instituto de Formación Docente y Técnica 31, la Escuela Provincial de Arte “Orillas del Quequén”, el CIIE, el Centro de Formación Laboral 403, la Secundaria N° 17, la planta del taller Todo para Ellos, el Consejo Escolar, Secretaría de Asuntos Docentes, entre otras oficinas. Toda esta cantidad de dependencias movilizan al día unas 2.000 personas, entre docentes, estudiantes, administrativos y personas que van a realizar trámites.
Si bien desde la oficina municipal que corresponda se debe ayudar a personas en ese estado de precariedad y en situación de calle, está claro que la Justicia debe actuar para desalojarlas porque no pueden convivir los establecimientos educativos donde también hay un espacio que está usurpado. A esto se suma que tampoco hay vigilancia.
Se considera, con justa razón, que no debería circular gente ajena al complejo por un tema de seguridad, entre otras cuestiones absolutamente lógicas y que no merecen el menor análisis. No obstante, el tránsito de personas se ve propiciado porque el ingreso está abierto en forma permanente, pero también se puede acceder libremente desde la orilla del río.
De hecho, el lugar sufre continuamente actos vandálicos y últimamente han aparecido vidrios rotos en las dependencias. Si bien no pueden adjudicarlo a quienes están viviendo en el complejo, la situación demuestra que cualquiera puede entrar sin ningún control.
En Necochea hay muchas casas usurpadas que la Justicia, por distintos motivos, se demora o no hace nada para echar a los usurpadores. En este caso, no se pueden aducir motivos para atrasar el desalojo porque estamos hablando de un lugar donde funcionan instituciones educativas y donde lo prioritario es garantizar la seguridad de los jóvenes. En este caso, no puede haber excusa. También es importante el acompañamiento de la Municipalidad para tratar de resolver la situación de vulnerabilidad de esas personas para que se vayan de ese predio lo antes posible.///