A más de 90 días de la tragedia:el dolor de los padres de Dana
“Pensábamos que se había caído una pared, no el edificio entero”, expresaron en una entrevista, Marcela Lértora y Mariano Desimone, quienes esperan saber la verdad de lo ocurrido
El dolor de los padres de la joven fernandense que resultó víctima del derrumbe en Villa Gesell, a fines de octubre pasado. Pasaron más de 90 días de la tragedia, y se pretende saber toda la verdad de lo ocurrido.
El colapso del Apart Hotel Dubrovnik se llevó varias vidas y los padres de Dana, Marcela Lértora y Mariano Desimone, hablaron por primera vez del llamado fatídico que daba a conocer el trágico derrumbe.
A las 0.25 del martes 29 de octubre de 2024, los cimientos del Apart Hotel Dubrovnik en la ciudad de Villa Gesell, se vinieron abajo y provocaron el desplome de la construcción de diez pisos.
El trágico incidente dejó un saldo de nueve víctimas, entre ellas Dana Desimone, una joven de 28 años que trabajaba en el lugar y se dedicaba a la repostería artesanal y estaba de novio con el sobrino de quien había sido una de las dueñas del edificio.
Los padres de Dana
Aquella madrugada, a casi 400 kilómetros de la ciudad balnearia, los padres de Dana se encontraban en un departamento de la calle L.N. Alem, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora.
Volvían de festejar el cumpleaños número 20 de Nicolás, el segundo de sus tres hijos. “Él pensaba que Dana iba a venir desde Gesell sin avisar, porque a ella le gustaba mucho hacer sorpresas. La habíamos invitado, pero estaba cansada de ir y venir y un poco agobiada por el tema de la obra en el hotel. Así que se quedó allá”, dijo su mamá en una entrevista a los colegas de Infobae.
“Nosotros estábamos en la casa de mi suegra en Capital Federal. Estuvimos mandándonos fotos toda la noche al grupo de WhatsApp de la familia. En un momento, Nicolás le mostró la torta que yo le había comprado en una panadería y ella me cargó: ‘Siempre la misma torta de chocolate’. Es que si no, las hacía ella. Le gustaba la repostería”, sigue su madre.
La pesadilla
Ese 29, antes de ir a acostarse, Marcela dice que sintió “una especie de temblor” en su departamento, un detalle que, con el diario del lunes, podría interpretarse como un presentimiento de lo que estaba por ocurrir. Mientras tanto, la charla con su hija mayor seguía y ella le mandó un video de una persona haciendo cerámica.
“Había arrancado a tomar clases y hacía unas cosas hermosas”, explicó. “Al final no me contestó nada y yo me fui a dormir”, recordó.
Horas más tarde, a eso de las tres de la madrugada, el celular de Marcela Lértora comenzó a sonar con insistencia.
“Hola Mariana, te habla la mamá de Sol”, le dijo una voz de una mujer. Sobresaltada, ella miró la pantalla de su teléfono: no tenía agendado el número. Además, preguntaban por “Mariana”. Marcela cortó.
La desesperación
Pero el llamado volvió a repetirse, hasta que, la tercera vez, le contestó: “No soy Mariana, soy Marcela”. Lo que escuchó la dejó en shock: “Perdoname por lo que te voy a decir, pero se derrumbó el edificio donde estaban los chicos”. Marcela se desesperó. “Dana, Dana”, gritaba la mujer y no sabía qué pensar.
Luego vinieron los nueve días de angustia y desesperación hasta que rescataron el cuerpo de la joven fernandense que fue despedida por sus familiares, amistades y allegados. ////
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión