A merced de la delincuencia, ante la ineficiencia del sistema 911
Desde hace tres años la recepción de las llamadas de emergencia a la Policía se atienden en Mar del Plata. Desconocimiento y equivocaciones. El Ejecutivo tramita la vuelta de la línea a Necochea
Han pasado poco más de tres años de la decisión del gobierno provincial de concentrar en Mar del Plata el servicio de emergencia 911, al que el ciudadano acude ante una urgencia que requiere a la Policía, desactivando entre otras ciudades la hasta entonces eficiente central de Necochea.
La medida de concentrar todas las llamadas en el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) de Mar del Plata, no tuvo nunca un argumento contundente en los resultados. Más allá que las autoridades de turno sostuvieran que con la tecnología de esa base se agilizaría la respuesta al ciudadano, las voces críticas dieron cuenta que la concentración de las miles de llamadas de 24 distritos en la vecina localidad se debió a un compromiso del Gobierno y el Banco Interamericano de Desarrollo, que financió la construcción del centro marplatense.
Lo cierto es que en la práctica, a pesar del tiempo transcurrido, el 911 sigue sin tener la eficacia y rapidez en el envío del recurso policial cuando surge el llamado de un ciudadano: y eso se produce porque los operadores no conocen al dedillo el nombre o números de las calles de todas las ciudades desde las que se los llama, con lo cual requieren precisiones extras a personas que obviamente están en medio de una urgencia y hasta maniatadas por los nervios y el estrés que está viviendo.
Mientras el denunciante trata de ponerse de acuerdo con un interlocutor que desconoce el territorio, en este caso el distrito de Necochea, para luego mandar el recurso policial al lugar del hecho, transcurren muchos más minutos de los que pasaban cuando la atención se hacía en nuestra ciudad. Tiempo que es vital para quien está inmerso en un momento no deseado, como ser haber sido víctima de un robo o ataque físico de distintas consecuencias.
Al lugar equivocado
Cuando dicho servicio fuera levantado, hace tres años, se registraban en nuestro medio un promedio de 10.000 llamadas diarias, que eran recibidas por personas que sí conocían el ejido urbano y de esta manera la respuesta policial se agilizaba.
Son varios los vecinos que han atravesado tortuosas experiencias, tratando de entenderse con operadores que desconocen barrios, entidades, comercios u organismos, que habitualmente son mencionados por las personas en emergencia para una rápida identificación del sitio en el que están, y que a veces producto de los nervios o de haber sido atacados en plena vía pública, no recuerdan la numeración del lugar.
Consecuencia inmediata de ello es que la llegada de los efectivos policiales se demora más de la cuenta, mientras que en no pocos casos los móviles son remitidos a sitios equivocados. Así suele perderse la posibilidad de evitar algunos hechos delictivos e incluso salvar vidas. Los delincuentes, agradecidos.
Gestiones del Ejecutivo
Entendiendo este tipo de inconvenientes, en agosto de este año el intendente Arturo Rojas cursó nota al gobierno de la Provincia, más precisamente al Ministerio de Seguridad, para solicitar la vuelta del servicio de Emergencia 911 a nuestra ciudad (hasta 2017 funcionó en el edificio de la Departamental, en avenida 58 entre 61 y 63).
El pedido del retorno del 911 fue formulado en el plan de seguridad que el estado bonaerense solicitó a cada municipio, y se elevó un expediente paralelo con el mismo requerimiento.
Hasta ahora no ha habido respuesta desde la Provincia, pero si se quiere bajar los índices de inseguridad, como pomposamente se proclama desde la esfera provincial o nacional, una buena medida sería que el 911 vuelva a funcionar en cada distrito.///