El superclásico del fútbol argentino es el partido que paraliza el mundo. No importa cómo llegan los equipos y muchos menos los últimos antecedentes. Están en juego 90 minutos en el que las fuerzas se equiparan.

Se vive y se festeja como si fuera un campeonato aparte. Y se juega también en la previa, desde la verborragia y las declaraciones de los protagonistas.

Jorge Almirón, entrenador de Boca, fue uno de los primeros que empezó a jugar este partido. Luego del encuentro frente a Racing por Copa Libertadores, instaló un tema que generó debate y mucho revuelo entre los hinchas: pidió “acomodar” la fecha del superclásico porque caerá entre los dos partidos que tiene que disputar el eterno rival por la serie de semifinal de Copa Libertadores. Una solicitud con nulo sustento desde lo reglamentario.

En esta Copa de la Liga Profesional, el superclásico está previsto para la séptima fecha del torneo. Es la jornada interzonal, donde se cruzan los equipos de la Zona A con los elencos de la Zona B.

En esta oportunidad, a River le toca visitar a Boca en la Bombonera. Todavía faltaba confirmar la fecha y el horario, pero el derby estaba estipulado inicialmente para el domingo 1° de octubre. 

Sin embargo, el cruce entre el Millonario y su eterno rival tiene grandes chances de cambiar de día.

El superclásico se adelantará un día y se jugará el sábado 30 de septiembre. ¿El motivo? Es que el domingo 1° de octubre se realizará el debate presidencial de cara a las próximas elecciones generales.

El pedido lo elevó la Cámara Electoral y desde la Liga Profesional ya levantaron el pulgar. Con un detalle no menor: el evento se realizará en Santiago del Estero, muy lejos de la Bombonera.