Abanderado de Manuel Belgrano y dueño de la tierra
Cincuenta años antes de la fundación de Necochea, Eustoquio Antonio Díaz Vélez recibió 32 leguas cuadradas de tierra en el Rincón de Quequén. Sus herederos querían que la ciudad llevara su nombre
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Don Eustoquio Antonio Díaz Vélez fue el oficial que sostuvo la bandera que el general Manuel Belgrano hizo jurar por primera vez en las orillas del Río Juramento. Y también el dueño de El Rincón del Quequén, el establecimiento rural sobre el que se construyó la ciudad de Necochea casi medio siglo después de que el militar recibiera las 32 leguas de tierra.
Díaz Vélez peleó en las invasiones inglesas y participó en las jornadas del 25 de Mayo de 1810.
Estuvo en la batalla de Suipacha, viajó a Potosí comisionado por Castelli y en también en el Desastre de Huaqui. Participó en la Batalla de Tucumán, a las órdenes de Belgrano; en la de Salta, donde comandó el ala derecha; y también en la derrota de Vilcapugio y Ayohuma.
Fue teniente gobernador de Santa Fe en 1814, comandante del ejército de observación en esa provincia, luego derrotado por las fuerzas de Artigas. En 1818 fue nombrado gobernador interino de Buenos Aires, hasta el 9 de febrero de 1820, fecha en la que se dedicó a la atención de sus intereses particulares.
En 1833 le fueron transferidas 32 leguas cuadradas de tierra que años antes habían recibido en enfiteusis Santiago Figueredo, Calixto Oyuela y Francisco Cavallens. El lugar fue conocido como El Rincón del Quequén.
La ciudad se fundó en la tierra del general Díaz Vélez 25 años después de su fallecimiento. Sus herederos querían que la ciudad llevara su nombre.
El nombre del general
El general Díaz Vélez falleció el 1 de abril de 1856. Díez años más tarde se creó el partido de Necochea y años después los vecinos del pago comenzaron a soñar con una ciudad que fuera cabecera política del distrito.
Los herederos de Díaz Vélez querían que aquella ciudad llevara su nombre, pero las diferencias existentes entre la familia del militar y los políticos de turno impidieron que sus intenciones se hicieran realidad.
A fines de 1901 Eustaquio Díaz Vélez (heredero del general) comenzó las gestiones para la fundación de un pueblo entre el ejido de Necochea y el océano.
En febrero de 1902, el ingeniero Carlos Paquet realizó el proyecto. El Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires dictaminó que el proyecto debía ser modificado, pues la extensión de las manzanas era considerada excesiva.
Allí comenzaron los inconvenientes y no por Díaz Vélez, sino por las autoridades. Los herederos del dueño de la tierra proyectaron un trazado de avanzada turística, superior al de Pinamar.
Aunque se escucharon voces de protesta contra la familia Díaz Vélez, fue el Concejo Deliberante el que no aprobó el proyecto.
El 26 de septiembre de 1927, al aprobarse la ley 3.928 de ensanche del ejido de Necochea en 10.000 hectáreas, los herederos de Díaz aceptaron también el ensanche de lo que ya comenzaba a llamarse Villa Díaz Vélez.
En 1939, la señora Mathilde Alvarez de Toledo de Díaz Vélez solicitó la aprobación de la división de tierras en lo que hoy es la villa balnearia.
Intervino el ingeniero Justo Duggan y la dirección de Geodesia aprobó el proyecto, ya que se trataba de una ampliación del ejido y las reservas de uso público sobrepasaban el porcentaje establecido por la ley.
Sin embargo, este proyecto encontró oposición en la Municipalidad de Necochea por considerarse que la "subdivisión es inconveniente para una ciudad balnearia cuya población estable y de temporada no es de gran densidad".
Se consideraba que era inútil la ampliación de la zona balnearia en "regiones actualmente despobladas".
La Dirección de Geodesia expresó en ese momento "que no puede privarse a un particular la facultad que tiene de dividir o vender su propiedad, siempre que se ajuste a las reglamentaciones vigentes".
El asesor del Gobierno adhirió a la opinión de Geodesia y aconsejó la aprobación del fraccionamiento. El Consejo de Obras Públicas de la Provincia consideró que podían aprobarse las subdivisiones propuestas.
El Comisionado Federal, por decreto 6.043, aprobó el proyecto. Pero la Municipalidad de Necochea, basándose en opiniones de la Asociación de Fomento y de la Cámara Comercial local, dictó una resolución que estableció “oponerse en forma terminante a la ampliación del ejido” de la villa balnearia.
El nombre del héroe
Los afanes de los Díaz Vélez se vieron limitados desde la fundación de la ciudad de Necochea. Lo único que pedían a cambio de la tierra en la que se levantó la ciudad, era que el pueblo llevara el nombre del héroe que actuó en las invasiones inglesas y participó en las jornadas del 25 de mayo de 1810.
El 12 de octubre de 1896 se colocó la piedra fundamental del primer hospital local que se denominó "Díaz Vélez", el viejo edificio que conocieron las actuales generaciones y que fuera demolido años después, se encontraba junto al existente Hospital Neuropsiquiátrico. Para el Hospital Díaz Vélez, los herederos del general hicieron sustanciales aportes.
Años después, los herederos de Eustoquio Díaz Vélez vieron la oportunidad de que el apellido del general fuera recordado con la fundación de la ciudad balnearia. Con el paso de los años, el "Nuevo Pueblo" se convirtió en la Villa Díaz Vélez.
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