Alcohol, ruidos y reacciones violentas en fiestas clandestinas
Se multiplican las denuncias y crece la problemática nocturna, en las puertas de la temporada de verano. Clausuras e infracciones. Reyertas en la vía pública
Junto a la flexibilización de la cuarentena y relajamiento de buena parte de la sociedad, se han empezado a multiplicar las fiestas clandestinas, durante los viernes y sábados preferentemente, que cobran visibilidad ante las denuncias de vecinos.
La proliferación de estos encuentros, prohibidos en estos tiempos de pandemia y dentro del brote de Covid de los últimos días, deriva no solo en ruidos molestos hasta altas horas de la madrugada, sino en varios casos en el consumo excesivo de alcohol y de otras sustancias.
Para intentar desbaratar estas fiestas, la Municipalidad dispone de unos cinco móviles, con personal y el apoyo de fuerzas policiales, a las que se ha tenido que recurrir debido a las reacciones violentas por parte de algunos protagonistas.
Según se pudo saber, en general las réplicas se registran a través de discusiones e improperios en alto tono hacia los inspectores, aunque también ha habido ataque a los móviles y alguna propuesta de pelea.
Durante el último fin de semana hubo cuatro operativos de este tipo, a través de denuncias a las línea telefónica 147, aunque en fines de semana anteriores ha habido más de una treintena de llamadas de vecinos, quejándose de ruidos molestos y movimientos.
“En algunos casos al concurrir nos encontramos con pequeñas reuniones, de 4 o 5 personas que se juntan a tomar algo y se exceden con el ruido, y en otros llegan a ser fiestas de 50 o más personas, incluyendo menores”, explicó uno de los protagonistas de estos operativos, que cuenta con personal de Control Urbano, Tránsito, Defensa Civil y Policía.
A escondidas, alcohol y reyerta
Fuentes municipales dieron cuenta que la mayoría de las celebraciones se producen en quinchos ubicados en la parte posterior de inmueble, lo que no impide que se propaguen los ruidos hacia las propiedades vecinas.
En muchos casos no suelen observarse vehículos en el exterior. Para despistar, los participantes dejan sus rodados en calles alejadas del área o llegan en autos de alquiler.
En el lugar se les labra multas a los responsables de las fiestas por infracciones comprendidas por las ordenanzas N° 2713/93 (de fiestas privadas); N° 5804/06 (de ruidos molestos) y N° 502/84 (código contravencional), que luego deben dirimirse en el Juzgado de Faltas. A propósito del tema, en muchos casos no se encuentra a los dueños de los inmuebles donde se desarrollan estos desmedidos festejos.
Las derivaciones de estos encuentros suelen codearse con la tragedia, ya que muchos de los participantes se retiran alcoholizados y conducen vehículos, que suelen ser interceptados en operativos de alcoholemia, como ocurrió el pasado fin de semana.
Paralelamente cada vez se observa a más jóvenes, incluso menores, de a pie y alcoholizados a altas horas de la madrugada. En este sentido, a las 4 de la mañana del último domingo se produjo una fuerte batahola de gritos y golpes, en un enfrentamiento entre varios individuos en Diagonal y calle 30, que despertó a todo el vecindario y derivó en la denuncia a la Policía, para que controlara la situación.
En el caso del alcohol, abonando este tipo de situaciones, desde la Secretaría de Gobierno se dio cuenta de que surgen denuncias de comercios que han vuelto a expender bebidas en la noche, modalidad que está prohibida y que se ha prometido contrarrestar.
La proximidad del verano hace presumir que estas fiestas clandestinas se llevarán adelante no solo los fines de semana, lo cual exigirá un mayor rigor en los controles municipales, no solo por los ruidos molestos y posibles contagios de Covid, sino por la posibilidad de que haya que lamentar víctimas fatales.///