Alfabetización, sinónimo de un futuro sustentable
Es introducir a alguien en la lectoescritura, las primeras nociones del cálculo, inserción en la sociedad y acceder a nuevos estudios
Desde hace ya más de cuarenta años, cada 8 de septiembre, la Unesco celebra el Día Internacional de la Alfabetización, entendida ésta como un derecho inalienable y un instrumento de autonomía.
Alfabetizar es introducir a alguien en la lectoescritura y en las primeras nociones del cálculo; pero no es sólo eso, es posibilitar la inserción de todo sujeto a la sociedad, es permitirle acceder a nuevos estudios, es enseñar destrezas que tengan repercusión en su vida cotidiana. Si bien es una actividad primordial de la escuela, no es responsabilidad exclusiva de esta institución, sino de todas las organizaciones que puedan aportar a tal fin.
A menudo se cree que alfabetizar tiene relación directa con la lecto- escritura, con saber leer y escribir; sin embargo, el término es mucho más abarcativo; es un instrumento que confiere autonomía con miras a mejorar la salud, el ingreso y la relación con el mundo de cada uno los que conformamos la sociedad.
Los datos cuantitativos de la UNESCO indican que, en este tema, en la actualidad, las más afectadas son las mujeres; representan las dos terceras partes de los 781 millones de adultos analfabetos que hay en el mundo. Además, hay 58 millones de niños en edad de cursar la enseñanza primaria que no están escolarizados y 63 millones de adolescentes en edad de asistir a la escuela secundaria que tampoco pueden ejercer su derecho a la educación, lo que plantea el riesgo de que surja una nueva generación de analfabetos.
Sumado a lo antedicho, el 50% de los niños que cursan cuarto grado no entienden lo que leen. Por lo tanto, es necesario comprender la función social de la escritura, es decir, entender la relación entre lo que se aprende en la escuela y la vida diaria. Ir al supermercado con una lista de elementos para comprar, buscar un número telefónico en la agenda, reconocer un colectivo por su número son sólo algunos pocos ejemplos de ello. Sin embargo, no todos los niños crecen en ambientes alfabetizados ya que hay contextos socioculturales que favorecen el analfabetismo y es allí donde debe ponerse el foco.
Otro de los elementos para tener en cuenta es la alfabetización tecnológico-digital. Hoy por hoy, la mayoría de las personas cuenta con teléfonos celulares inteligentes y es común el envío de mensajes por WhatsApp o acceder a un Zoom o realizar un trámite on line. Por lo tanto, es necesario enseñar otras formas de leer y escribir ya que los escritos digitales son objetos comunicativos más abiertos.
En consecuencia, una comunidad alfabetizada en el sentido más amplio y profundo es un colectivo dinámico, en el que se intercambian ideas y se suscitan debates.
No caben dudas de la necesidad de la alfabetización, de formar ciudadanos libres, con capacidades para poder vivir en sociedad, con posibilidades de crecimiento personal y social y que puedan exigir una vida digna.
La alfabetización es mucho más que una prioridad educativa, es la mejor inversión para lograr un futuro sustentable. Todos deberíamos velar por un mundo alfabetizado, es la única posibilidad de un crecimiento igualitario y colectivo.
Por Carina Cabo- Doctora en Ciencias de la Educación
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