Algunos hechos salientes con protagonistas reconocidos
La relación Necochea con uno de los fundadores de River. El “Flaco” Traverso y Luciano Pereyra amenazados por la lluvia. La muerte de Leo Mattioli y la vez que Fito Páez estrenó una de sus grandes canciones
RAÚL JÁUREGUI
Redacción
Una serie de hechos vinculados a Necochea y que tuvieran reconocidos protagonistas a lo largo de distintas décadas fueron recordados en el programa radial “Desde temprano”, por Ecos Radio, en la columna que se basa en el archivo de Ecos Diarios.
En principio se refirió a uno de los fundadores de River Plate, hecho ocurrido el 25 de mayo de 1901, que estuvo muy vinculado a Necochea y jugó un papel clave para la concreción de obras emblemáticas para la ciudad: el diputado nacional Leopoldo Bard.
El inquieto político, que también era médico, fue fundador de Santa Rosa, uno de los dos pequeños clubes, junto a La Rosales, que se fusionaron para dar vida al club de la banda roja y es más: Bard fue su primer presidente.
Nacido en Buenos Aires, en cuanto a la relación con Necochea, donde residió varios años, se potenció durante su etapa de diputado nacional por la Unión Cívica Radical, cuando era hombre de consulta del presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen.

En la continuidad del diálogo se dio cuenta que entre 1922 y 1930 fue gestor de varias obras de impacto para nuestra ciudad: entre ellas la construcción y puesta en funcionamiento del edificio de la Colonia Marítima “Dr. Alejandro Raimondi” y el del Colegio Nacional “José Manuel Estrada”, en 57 entre 58 y 60.
En reconocimiento a su labor en pos del progreso de Necochea, la ciudad le obsequió a Bard y familia una casa-chalet que hoy se mantiene en pie, y que está ubicada en la calle 62, entre 51 y 53 al lado de la escuela Nº 12.
A su vez el año pasado mes de noviembre el Dr. Bard fue nominado de “Ciudadano ilustre” post mortem, por el Concejo Deliberante.
Traverso, Pereyra y la tormenta
Entre los hechos que tal vez hayan quedado en el olvido, aparece la noche de verano en la Rambla Municipal, cuando el recordado corredor de autos, Juan María “Flaco” Traverso, presentó su auto de TC para la temporada, actuó el por entonces ascendente cantante Luciano Pereyra, y todo terminó con una torrencial lluvia.
El acontecimiento se produjo el 15 de enero de 2003 cuando se realizó un show a cielo abierto, en el que no faltaron los fuegos artificiales y juego de luces láser, mientras que desde el escenario el humorista Eber Ludueña hacia su trabajo, en este caso mezclando fútbol y automovilismo, siendo acompañado por el saxofonista Oscar Kreimer y algunas modelos.
Tras la proyección de un video con los mejores pasajes del “Flaco” Traverso, que ya llevaba 32 años de piloto, subió al escenario ante una ovación el cantante lujanense Luciano Pereyra, que hizo apenas cuatro temas y dejó al público con ganas de más.
Es que con la inminente lluvia, con un cielo cargado de relámpagos y truenos, apuró la entrada triunfal a la Rambla del nuevo Chevrolet del corredor de Ramallo, conducido por él, que solo tuvo tiempo para descender de la máquina y recibir un cerrado aplauso. Al rato llegó la lluvia torrencial.

La muerte de Leo Mattioli
En la continuidad del diálogo radial se recordó que el domingo 7 de agosto de 2011 Necochea fue noticia nacional por un hecho triste: fallecía en un hotel céntrico una de las figuras históricas de la musical tropical romántica: Leo Mattioli
La noche previa, el popular “león santafesino” había actuado en el salón de fiestas del Club Rivadavia, escenario al que recién subió cerca de las 5 de la madrugada, tras llegar de una maratónica gira cantando en Mar del Plata, Orense y Balcarce.
Llegó extenuado al show, que por el retraso ya había perdido más de la mitad de los espectadores, y algunos que estuvieran en el lugar cuentan que con sumo esfuerzo cantó unos cinco temas; para retirarse del lugar, bajando con mucha dificultad y agitado las tres escaleras que llevan al salón de fiestas albiazul.
Recuerdan que al subir al escenario había dicho: “No doy más, estoy cansado, canto y me voy a dormir…”
De allí Mattioli fue llevado en la combi de la gira al hotel Gala, ubicado en 57 casi 62, que cerrara hace años, y se retiró a su habitación.
Lamentablemente y en medio de todo tipo de conjeturas, sobre las 11.30 de ese domingo invernal, el cantante, que por entonces tenía 38 años, se descompensó y pese a que rápidamente se convocó a la ambulancia y cuerpo médico del Hospital, cuando llegaron había fallecido. El diagnóstico fue: paro cardiorrespiratorio por insuficiencia cardíaca.
Inmediatamente decenas de fanáticos del artista y curiosos se acercaron al hotel céntrico, viviéndose momentos de gran congoja.
“Sorpresa y dolor por la muerte de Leo Mattioli en un hotel céntrico local”, fue el título principal de la edición del lunes 8 de agosto de 2011 de Ecos Diarios. Un triste y prematuro adiós para un artista popular que dejó su huella.

Fito Páez y un estreno mundial
En el final de la columna semanal, que se puede escuchar en el Spotify de Ecos Diarios, se mencionó que el sábado 12 de enero de 1985, en el marco de un cierre de Festival Infantil, un hasta entonces desconocido Fito Páez subía como invitado al escenario del anfiteatro del Parque Miguel Lillo para, acompañado por un pequeño teclado, cantar por primera vez y como estreno ante el público uno de sus grandes hitos musicales: “Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
En una nota radial que el conductor y periodista Osmar Ciotti le hiciera en radio Maestra, al artista rosarino muchos años después, Fito recordó ese estreno mundial, como lo calificó, subiendo al escenario invitado por el Chango Farías Gómez, su hermana Marian y el músico Mono Insaurralde,. Por otra parte, días antes de su presentación del 14 de enero de 2004 en el Club Ciudad de Necochea, Páez brindó una nota telefónica a Ecos Diarios, en la que apuntó que “esa fue una noche maravillosa, cuando el Chango me invitó a subir el escenario e hice por primera vez “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, canción que había terminado la noche anterior… Fue un momento precioso”, recordó del tema que integraría su segundo álbum “Giros”, de 1985.
En diálogo del columnista de “Desde temprano” con Osmar Ciotti, éste indicó que Fito Páez andaba por aquél año 85 tratando de afianzar lo que luego sería su enorme carrera.
Había venido a Necochea tras tocar junto a la banda de Charly García, quien no le daba vuelo propio, y convocado por el Chango Farías Gómez, que era folclorista, participó del show en el anfiteatro esa noche. De hecho “Yo vengo a ofrecer mi corazón” tiene un aire folclórico.
La gente aplaudió la breve actuación del rosarino, sin gran estridencia por cierto.
Fito, en algunas de esas noches veraniegas alguna de esas noches veraniegas cantó en la peatonal 83 junto al Chango Ibarguren, entre otros, y tocó el piano en “Arpegios”, una enorme confitería por entonces de moda ubicada en 83 entre 2 y 4. Claro que por aquél tiempo era un flaquito pelilargo y de lentes no muy conocido.
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