Almendra elegía a Necochea en su gira de reencuentro
Pasaron 40 años de la presentación del grupo encabezado por el talentoso Luis Alberto Spinetta, en el Piso de Deportes de Rivadavia
Archivo
Ecos Diarios
A fines de 1980, tras la grabación de «El valle interior», disco que marcaba su regreso, el grupo Almendra inició una gira nacional y el miércoles 28 de enero de 1981 se presentó en el Piso de los Deportes del Club Rivadavia. Una multitud recibió en Necochea a Luis Alberto Spinetta, Edelmiro Molinari, Rodolfo García y Emilio Del Guercio.
«La música nuestra no es tradicional porque no está basada en ninguna de las manifestaciones tradicionales de lo que se conoce como música argentina», comentó García a Ecos Diarios, luego del concierto.
«No obstante, nuestra música tiene una tradición, tiene un recorrido y supongo que por ahí puede llegar a ser música tradicional», aseguraba Spinetta.
Los cuatro integrantes del grupo habían sido compañeros del Instituto San Román. En ese colegio compañeros de distintas divisiones habían formado las bandas Los Sbirros y los Larkings y de la fusión de esos grupos en 1967 surgió Almendra.
Este grupo, considerado junto a Los Gatos y Manal, los fundadores del rock nacional, grabó su primer disco simple en 1968. El disco incluía el «Tema de Pototo» y «El mundo entre las manos».
Los primeros recitales fueron en Rosario y Córdoba, acompañando a Johnny Tedesco. «Nos mandaban a tocar a clubes donde la gente quería ver a Los Iracundos o a Jolly Land y nosotros íbamos vestidos con camisetas, cuando los otros tipos iban con trajecitos de lamé y corbatita. Para nosotros era como una cruzada abriendo orejas», recordó Del Guercio en el libro «Rock de acá», de Ezequiel Abalos.
La consagración
Al año siguiente, en 1969, el grupo se consagró. Realizó innumerables presentaciones en vivo, entre las cuales sobresalen la temporada veraniega en Mar del Plata, el Festival de la Canción de Lima, Perú, y el Festival Pinap, organizado por la revista homónima.
Todo este éxito los catapultó a grabar el primer disco larga duración («Almendra”, 1969) y, casi inmediatamente, el segundo disco, de doble duración, en 1970.
Esta repercusión repentina los condujo a interminables giras y shows, que desgastaron la relación entre los músicos. A fines de 1970, Almendra se disolvía.
Una de sus últimas presentaciones fue en el B.A. Rock de ese año, ante 10.000 personas. «La vida de Almendra fue corta pero muy intensa. Igual fue un corte medio abrupto para la gente, porque cuando nos separamos
se estaba generando cada vez más adhesión hacia nosotros», dijo Del Guercio.
El regreso y la gira
En diciembre de 1979 se produjo el reencuentro. A instancias del productor Alberto Ohanián se organizaron tres presentaciones en el
estadio Obras (en las cuales se registró el primer disco en vivo en el Templo del Rock y además se filmaron escenas para una película que nunca llegó a compaginarse) y se encaró una gira nacional que abarcó las grandes ciudades del interior.
La prensa especializada calificó despectivamente al regreso de Almendra como «comercial». Almendra tuvo un segundo regreso hacia fines de 1980, cuando grabaron «El valle interior» y lo presentaron en Obras los días 7 y 8 de diciembre como prólogo a una gira nacional. Pero la experiencia duró poco, la última presentación fue en el festival de La Falda, el 15 de febrero de 1981.
En nuestra ciudad
Precedida por su historia, la banda llegó a Necochea en enero de 1981. La publicidad publicada por Ecos Diarios los días previos al recital mostraba a los cuatro miembros del grupo con anteojos de sol y una estética cercana a la del grupo Yes.
Rodolfo García señalaba que la música del grupo podía ser tradicional «dentro de algunos años, pero en estos momentos las raíces no son tradicionales».
«Nosotros nacimos a la música a partir de otras cosas, no nacimos a partir del tango, por ejemplo, a pesar que desde chicos lo hemos mamado, porque hemos vivido en ámbitos donde era eso lo que se escuchaba», señalaba. «Pero a nosotros musicalmente los que nos movió fueron otras manifestaciones. Básicamente, manifestaciones provenientes del rock, Los Beatles y de mil otras cuestiones. No obstante, este tipo de música tiene características muy especiales, que no son del rock and roll americano, ni inglés, ni son copia de ninguna música extrajera».
Spinetta explicaba que la inspiración del grupo «es algo totalmente natural. No nos sentamos a decir qué cosa debemos hacer para lograr algo. Fue y es una expresión natural de un tipo que vive en un lugar determinado y que trata de conectarse con un montón de elementos que le parecen que son buenos para su vida y nada más. Básicamente surge del desacuerdo con las formas convencionales de vida».
«Lo que alentó la raíz de nuestra música está basado en que el producto musical nunca es paralelo a la intención utilitaria, sino que se crea la obra por la obra en sí y luego si a esa obra se la puede hacer trascender y que participe como elemento de consumo masivo, tanto mejor», afirmaba. «Pero originalmente la obra no está subvencionada por una intención utilitarista, que es lo que caracteriza a todo el movimiento de esta cultura que no se basa en las reacciones perimidas a los mismos fenómenos de la sociedad y de la vida en general».
A pesar de las opiniones de sus integrantes, Almendra no tardó en volver a separarse poco después de aquel concierto en Necochea.
Recién volvieron a tocar juntos 28 años después, durante un recital en el que Spinetta reunió a todas sus bandas en un espectáculo que duró más de cinco horas.
A pesar de su fugaz paso por nuestra ciudad, el recital de una de las bandas musicales más recordadas en el Piso de los Deportes aún es recordado. Y los temas «Muchacha (ojos de papel)», «Ana no o duerme», «Rutas argentinas», «Plegaria para un niño dormido» y «Tema de Pototo» ya se han convertido en clásicos de la música nacional.///