Aumentaron los casos de “ciber ataques” y estafas a los usuarios de Internet
Hay una maniobra fraudulenta que es autóctona de nuestra ciudad, en relación a la compra de electrodomésticos usados
Los ataques y estafas online son cada vez más comunes en los días de confinamiento y a medida que nuestras vidas ocupan más tiempo en el mundo digital. Y los estafadores están al acecho cada vez que pueden “dar un golpe” y encuentran a las personas con “la guardia baja”.
En particular y de acuerdo con lo que señalan los investigadores policiales, Necochea tiene casos autóctonos de una nueva maniobra fraudulenta que en tiempos de “aislamiento social, preventivo y obligatorio”, que ha marcado un crecimiento sostenible.
La modalidad sirve para estafar a los usuarios de redes sociales que suelen ser miembros de páginas de compra y venta de diferentes artículos del hogar.
Y hay que tener en cuenta que el desarrollo de las nuevas herramientas tecnológicas, ha permitido la creación de oportunidades para los criminales de cometer delitos.
Frente a esta realidad en meses de cuarentena, bien vale recordar una frase de un experimentado jefe policial que repite cada vez que analiza las denuncias que llegan a las comisarías locales: “el delito va mutando y los delincuentes cambian sus estrategias”.
Una verdadera trampa
Una nueva maniobra autóctona para defraudar a las personas de bien aqueja por estos tiempos a la sociedad en su conjunto, no sólo a los adultos mayores, ya que ciudadanos de mediana edad y de algunos años más, también han caído en la trampa.
Se trata de estafas mediante el servicio de Internet, algo que debe interesar a quienes navegan por las redes sociales en busca de realizar alguna compra de electrodomésticos usados.
Estas operaciones se realizan por un sitio que ha crecido mucho en este último tiempo, desde es usual la venta de distintas marcas y modelos de televisores plasma, consolas de juegos, computadoras portátiles, entre otros aparatos destinados al hogar.
A partir de la comunicación con estos lugares que frecuentan el servicio de Internet, es donde comienza a jugar la inteligencia que utilizan los delincuentes.
El funcionamiento
Los perfiles son creados de antemano por los individuos, a los efectos que los usuarios vean lo que quieren ver, es decir, el perfil de una persona común, con fotos en su muro, comentarios y demás información.
Este contorno a la vista parece inofensivo, normalmente, de una mujer que ofrece a la venta un producto por debajo del precio del mercado comercial en blanco. Esto hace que se torne imposible que no llame la atención e interese a eventuales compradores.
A partir de este incentivo, las consultas no se hacen esperar por parte de las personas que no tienen temor ni esperan caer en la “telaraña de los ladrones”.
Las conversaciones se prolongan por días, semanas o meses, diálogos muy amenos, situaciones normales, fotos del producto, precios que se pelean de un lado y del otro, como cualquier negociación.
Contra reembolso
Una regla indiscutible de estas transacciones de llegarse a un entendimiento entre el que ofrece y el interesado, es que el comprador debe enviar a buscar el televisor, computadora o teléfono (por citar tres situaciones) bajo la modalidad contra reembolso.
Una vez pactado el precio, el comprador envía a un remisero con el dinero al domicilio donde (supuestamente) está disponible la mercadería que va a adquirir.
Pero se han dado varios casos en Necochea en que el hombre que porta el dinero cuando llega al lugar fijado, se encuentra con un individuo que recibe el dinero pero no entrega nada a cambio.
Incluso, cuando el trabajador del volante que entregó la plata al desconocido, esboza alguna tibia reacción, el delincuente desaparece como por arte de magia de su vista.
Hubo damnificados que han perdido entre $ 8.000 y $ 15.000 por un televisor LCD de diferentes pulgadas o un teléfono celular que nunca llegaron a manos de la persona que invirtió el dinero.
La investigación
La oficina de delitos informáticos de la DDI local investiga los delitos de estafas que se cometen a través de las redes sociales. El desarrollo de las nuevas herramientas tecnológicas ha permitido la creación de oportunidades para los criminales de cometer delitos.
Cabe señalar también que el aumento de este tipo de estafas ha llevado a la policía a emitir una serie de comunicados con el fin de prevenir a los ciudadanos para que no sean nuevas víctimas de estos fraudes. ////
El peligro de dar datos personales
Los datos personales son uno de los objetivos más buscados por los “ciberdelincuentes”, quienes recurren al “spam” y al “phishing” para conseguir acceso a las cuentas de banco de usuarios o a los números de tarjeta de crédito.
Especialistas en investigar estos delitos informáticos reconocen las técnicas de ingeniería social que utilizan los embaucadores que se aprovechan de la confianza de muchos internautas para robar sus datos.
Luego de ello, viene la otra parte del plan delictivo, es decir, quedarse con el dinero de los ciudadanos de bien, ya sea los ahorros personales en una cuenta bancaria o generando créditos vía online a nombre de las víctimas.
Esa plata en pocas horas es transferida a otra cuenta bancaria que, momentos después, desaparece como por arte de magia del sistema. Luego llega el gran dolor de cabeza para quien brindó sus datos y le crearon un crédito sin su aprobación.
Después esa víctima tiene que hacer frente a un compromiso de devolución del dinero al cual nunca accedió en realidad, pero la entidad bancaria pretende recuperar su plata.
Caso reciente
Una vecina de Quequén, fue víctima de los estafadores que le pidieron sus datos bancarios para depositar una supuesta suma de dinero por un premio obtenido, luego de intentar abonar el servicio de telefonía móvil a través de Internet.
La mujer no sólo perdió algo más de $ 4.000 que tenía en su cuenta personal o caja de ahorro, sino que el embaucador con suma habilidad, le gestionó un crédito bancario de $ 250.000 con la entidad en la que opera la damnificada.
Ese dinero, finalmente, fue transferido a otra cuenta que luego desapareció del sistema en algunas horas, una vez que la víctima descubrió que había caído en la trampa del “cuento del tío”, un ardid bastante añejo pero muy actual en tiempos de pandemia por el Covid-19 y cuarentena.
El caso está en plena etapa de investigación en la DDI y en la Fiscalía Nº 20, a cargo de Walter Pierrestegui. ////