Avda. 75. Una obra que sigue inconclusa
En sus inicios se la consideró uno de los emprendimientos de mayor magnitud de las últimas décadas. Retrasos, trabajos mal realizados y roturas
En sus comienzos, el ensanchamiento y remodelación de la avenida 75 fue catalogado desde la órbita municipal como la obra de mayor magnitud de las últimas décadas, junto al alargamiento de la escollera. Sin embargo, a poco más de 13 años de su puesta en marcha, el proyecto no se completó en su totalidad y ni siquiera se han usufructuado debidamente algunas de las modificaciones concretadas.
Desde agosto de 2007, en que se inició, la obra de la 75 supo de todo tipo de contratiempos. Entre ellos la no llegada de los flujos de dinero prometidos desde el Estado Nacional; la falta de controles exhaustivos desde el Estado municipal; la rescisión del contrato con la empresa que la empezó y, ya más adelante en el tiempo, la deserción de la constructora a la que se le había adjudicado la colocación de la carpeta asfáltica en el tramo comprendido entre 42 y 58, que luego se concretaría con fondos provinciales.
En medio de este proceso pasaron cuatro intendentes, uno de ellos interino, y cuando se observa en detalle el estado de la avenida, aún hay muchas cosas pendientes.
Al considerar el volumen general de lo proyectado a mediados de la década pasada se calcula una concreción de un 70%, y todavía no se han resuelto varias cuestiones: la más visible completar la repavimentación del tramo de calle 62 a avenida 74 (que presenta el hormigón bastante deteriorado en varios tramos) y dotar de iluminación LED a todo el recorrido de una de las principales avenidas de la ciudad.
Falencias
A lo largo de los últimos 13 años la obra supo de varias detenciones, cada vez que se demoraron los envíos de dinero desde el Estado nacional. Y durante estos lapsos de quietud, que a veces duraban meses, los frentistas y quienes transitaban debieron padecer trabajos concretados a medias, roturas en el asfalto sin rellenar, grandes rollos de cables emergiendo desde las veredas y otros desarreglos.
Siempre se dijo que la avenida 75 era angosta y bajo esa necesidad la obra comprendió el ensanchamiento de la avenida 2 a la 74, a la vez que se construyó un cantero central. Sin embargo, cuando hay vehículos estacionados, la circulación se torna lenta.
En el caso del separador del medio, las plantas que se habían previsto no se colocaron en su totalidad o fueron destruidas, mientras que por varios lapsos ni siquiera se extraían los yuyos o limpiaban los cordones, que acumulaban kilos de tierra.
En tanto, se ubicaron crespones en sus veredas para reponer los árboles extraídos al acortar el ancho de las mismas, pero la endeblez de los mismos hizo que no prendieran, o fueran víctimas de los temporales. Esto ha traído como consecuencia que la avenida luzca en su mayor parte desprovista de plantas.
Otro aspecto que a la vista no se cumplimentó, pese a que se hizo en la mayoría del tramo las cámaras bajo las veredas, es el paso subterráneo del cableado de los distintos servicios. Hoy, junto a los carteles de comercios, que también se contemplaba reducir, los postes de cableados siguen en pie así como también la polución visual.
También se recuerda los desagües mal hechos, que tuvieron que reubicarse al ensancharse la calle, y que generaron más de una inundación en esquinas como la de 56 y 75.
Grietas que crecen
La primera etapa de repavimentación se ejecutó entre los años 2011 y 2012, comprendiendo la colocación de la carpeta de asfalto negro en el tramo delimitado por la Diagonal y la avenida 42.
Con un espesor de 7 milímetros, según se informara al momento de ejecutar los trabajos, el cubrimiento ya presenta falencias. Han pasado ocho años y la mayoría de las cuadras se han poblado de pequeñas aberturas o grietas. Especies de “venas” que atraviesan las calles y que al filtrarse a través de ellas el agua de lluvia, en un futuro no muy lejano empezará a cuartearse y como corolario romperse el asfalto.
Un experto de la construcción consultado por Ecos Diarios reveló que “ya al año de hacerse, empezaron a surgir estas aberturas”, aseveración que cuestiona la consistencia de la carpeta. Y enseguida sindicó que la causa de este agrietamiento prematuro –un asfalto debidamente confeccionado tiene una durabilidad en buen estado de tres décadas- se debe a que “no se le hizo el tratamiento debido a la antigua base de hormigón armado, que presentaba muchas fisuras y no fueron selladas”.
A pesar que estas grietas se perciben visualmente o por los ruidos que surgen dentro de un auto cuando se transita la avenida, todo hace presumir que prontamente el municipio deberá hacer arreglos.
Mejor suerte ha tenido hasta el momento, por el poco tiempo que ha transcurrido desde su realización, la segunda etapa de la repavimentación en el tramo de avenida 42 a 62, que se culminó en agosto del año pasado, siendo una de las últimas obras de la gestión de Facundo López.
Lo que está pendiente
Pese a que en noviembre de 2017 se adjudicó a una empresa capitalina el recapado de la 75 entre 58 y 70, el mismo nunca se puso en marcha, más allá de algunos arreglos puntuales en el viejo asfalto de hormigón. Aunque, por caso, en el cruce con calle 72 luce en muy malas condiciones.
En cuanto al tramo que va de 74 a calle 106, el pavimento construido en la década del 90 se mantiene en buenas condiciones, incluyendo a la bicisenda que se colocara en la ancha dársena central del tramo de 74 a 98, durante el gobierno de Daniel Molina.
También queda por ejecutarse la nueva iluminación LED en todo el recorrido (hasta ahora sólo existen columnas en el tramo de 42 a 62).
En tal sentido, la administración que encabeza Arturo Rojas está a la espera de la primera remesa de fondos comprometidos desde la Nación, para recambiar las luminarias de todas las avenidas de la ciudad, y entre ellas está planificada la 75 entre 2 y 42 para una primera etapa y de 62 a 98, en la segunda fase.///