Ayuda solidaria que apunta a los chicos
Proyecto Mochi. Ayer se entregaron mochilas con útiles escolares para que los niños que asisten al Oratorio Santa Magdalena puedan comenzar las clases. Éxito de la colecta
La edición de este año de “Proyecto Mochi” llegó a su fin, con el objetivo logrado: darle una mochila completa de útiles escolares a cada uno de los niños que asisten al oratorio Santa Magdalena, que se encuentra ubicado frente al hospital Irurzun de Quequén y que el año pasado, por ejemplo, ayudó a casi 200 familias con alimentos u otras necesidades que puedan tener.
“A pesar de todos los inconvenientes, sobre todo económicos, que viven las familias argentinas, un año más Proyecto Mochi se pudo hacer presente en nuestra ciudad y cumplir con el objetivo de que todas las familias que asisten al oratorio Santa Magdalena puedan recibir una mochila completa para que sus hijos comiencen las clases dignamente”, dijo Felicitas Cabretón, quien impulsa esta iniciativa hace ya algunos años.
Luego de buscarlas en el Centro Cultural, donde se había hecho el acopio durante los últimos meses, se procedió a la entrega, asegurándose de que cada una de las mochilas tenía el nombre del niño o niña que la iba a recibir, ya que además fueron preparadas según la edad y las necesidades de cada uno.
“Siempre destacamos lo importante de transmitir los valores de la solidaridad y de generar empatía entre la gente, porque las personas que prepararon esas mochilas no conocen al niño que la va a recibir y las preparan con una generosidad que a nosotros nos emociona todos los años”, indicó Cabretón, que ya adelantó que el próximo año planean hacer una colecta aún mayor, aunque deseando que “ojalá algún día no tengamos que estar juntando mochilas y un lápiz negro para para que los chicos empiecen las clases, sino pensando en proyectos de becas para que puedan entrar a la universidad”.
Finalmente, destacó que hoy preparar una mochila cuesta entre $10.000 y $20.000 y que la solidaridad es muy importante en estos casos porque “la gente muchas veces se desprende de algo para poder colaborar con otro”.
Trabajo con las familias
Silvina Bernardo es una de las Hermanas Canossianas, congregación que va a cumplir 38 años de presencia en Quequén, aunque ella hace un año y medio que está en dicha localidad.
“Si bien las Hermanas en un tiempo se abocaron a visitar a los enfermos del Hospital, también hoy tenemos el área pastoral, donde se brinda catequesis, la atención de Cáritas e iniciativas como el Oratorio, que está hace un tiempo pero ahora está con un impulso nuevo y va cobrando otras características, porque se va sumando gente”, contó.
Además, indicó que tienen fichas donde anotan a las familias que van a pedir ayuda de algún tipo, para tener un control dependiendo de la necesidad de cada una, y el año pasado llegaron a tener 180 fichas.
“Tratamos de que la ayuda sea una vez al mes, y el año pasado se sumaron unas cuarenta fichas en capilla de Fátima, en la zona de Estación Quequén, por lo que este año hemos decidido que trataremos de unificar todo para trabajar de manera más conjunta”, señaló.
Desde el Oratorio se reúnen con los niños los días sábados para jugar, rezar, una merienda que se logra con donaciones, entre otras actividades. En total, son unos 30 chicos que participan de estas actividades, aunque va variando de las condiciones del tiempo y suele haber más en varias oportunidades.///