Bajó el consumo de tabaco y creció el sobrepeso
El Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) presentaron los resultados de la 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), componente de la Estrategia Nacional de Prevención y Control de Enfermedades No Transmisibles.
La encuesta fue realizada en el último trimestre de 2018, en las 24 jurisdicciones del país. Las enfermedades no transmisibles (ENT) están integradas por las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) y las lesiones de causa externa. Las ECNT, representadas por las enfermedades cardio y cerebrovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas, son una epidemia global y constituyen la principal amenaza para la salud humana. Por año fallecen 41 millones de personas por esta causa, lo que equivale al 71% de las muertes que se producen en el mundo.
Los principales resultados mostraron que la prevalencia de consumo de tabaco fue de 22,2%, lo que muestra un continuo y sostenido descenso desde la ENFR 2005 (29,7%) y un 25% de reducción relativa desde la primera a la cuarta edición. El indicador resultó mayor en varones (26,1%) que en mujeres (18,6%). Un dato novedoso es que el 10,3% de los fumadores actuales de cigarrillos manifestó fumar cigarrillos armados y el 1,1% del total de la población consume cigarrillos electrónicos.
En tanto, contrariamente a lo observado con el tabaco, el consumo de alcohol está en aumento. Aunque el indicador de consumo regular de riesgo permanece estable a lo largo de las últimas tres ediciones de la ENFR, el indicador de consumo de alcohol episódico excesivo, es decir consumo social pero en grandes cantidades, muestra una tendencia ascendente constante (pasó de 8,9% en 2009 a 13,3% en 2018) y es cinco veces mayor en los jóvenes que en los adultos de mayor edad y el triple en varones respecto de las mujeres.
Sin embargo, con respecto al género, esta tendencia es inversa en los adolescentes, donde el consumo de tabaco y alcohol es mayor en las mujeres en relación con los varones, de acuerdo a la Encuesta Mundial de Salud Escolar 2018.
En cuanto a la alimentación, continúa siendo muy bajo el consumo de frutas o verduras en toda la población, sin cambios respecto de las ediciones previas. Se evidenciaron barreras económicas para el acceso, especialmente en los quintiles bajos, y un alto desconocimiento general sobre la recomendación de consumir 5 porciones de frutas o verduras por día. Aunque solo el 6% de la población cumple con dicha recomendación, el 50% cree comer la cantidad adecuada.
Con respecto a los factores de riesgo metabólicos, los principales resultados arrojaron que el exceso de peso por autorreporte (la suma del sobrepeso y la obesidad), aumentó de modo continuo a lo largo de las cuatro ediciones de la ENFR: 49%, 53,4%, 57,9% y 61,6% en las ENFR 2005, 2009, 2013 y 2018, respectivamente. Este crecimiento ha sido mayormente a expensas de la obesidad que, aumentó casi un 75% entre el 2005 y el 2018.
La prevalencia de exceso de peso por autorreporte fue mayor en varones que en mujeres (68,5% frente a 55,0%). Según mediciones objetivas, la prevalencia de exceso de peso en la ENFR 2018 fue aún mayor que la autorreportada (66,1% frente a 61,6%). De este 66,1% prácticamente la mitad tiene sobrepeso (33,7%) y la otra mitad obesidad (32,4%) con una diferencia de más de 10 puntos porcentuales entre el primer y el quinto quintil (35,2% y 25,5%, respectivamente).
En cuanto al uso de la sal, factor nocivo y desencadenante de hipertensión arterial, 16,4% de la población todavía agrega sal en sus comidas después de la cocción o al sentarse a la mesa, sin cambios respecto de la 3°edición de la ENFR, y casi 7 de cada 10 personas usan sal durante la cocción de los alimentos. Se evidencia un mayor uso de sal en la cocción en las mujeres y en los quintiles de ingresos más bajos.
La prevalencia de actividad física baja en la 4° edición de la ENFR fue de 44,2%, lo cual indica una reducción respecto al valor en 2013 (54,7%). Resultó mayor la actividad física baja en mujeres respecto de varones (46,6% y 41,5%, respectivamente) y más alta en adultos mayores y en personas de menores ingresos (47,3% en el primer quintil frente a 37,8% en el quinto).
Siniestros viales
En cuanto a prácticas preventivas de lesiones por siniestros viales, el uso de cinturón de seguridad siempre en auto aumentó de modo continuo a lo largo de las cuatro ediciones de la ENFR: 48%, 63,8%, 69% y 73,9% en las ENFR 2005, 2009, 2013 y 2018, respectivamente. Los varones declararon mayor uso que las mujeres y los jóvenes mucho menos que los adultos mayores de 50 (61,3% y 80,2%, respectivamente).
En cuanto al indicador de uso de casco siempre al andar en moto se observó que, aunque sigue siendo bajo, hubo un aumento significativo respecto de la anterior edición de la ENFR (65,0% en la ENFR 2018 frente a 59,1% en la ENFR 2013).
Con respecto al indicador de manejo habiendo bebido alcohol, el porcentaje a nivel nacional fue de 15,2% y creció significativamente respecto de la edición anterior de la encuesta (12,1% en la ENFR 2013). Fue tres veces mayor en los varones respecto de las mujeres y entre los más jóvenes.
Metodología
En esta oportunidad, y por primera vez, la 4° ENFR incorporó el desarrollo de mediciones objetivas físicas y bioquímicas y se enmarcó así en el diseño estandarizado STEPS de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que incluye tres pasos: el Paso 1, es el relevamiento con el cuestionario por autorreporte comparable a las ediciones anteriores; el Paso 2, corresponde a la medición de presión arterial, peso, talla y perímetro de la cintura; y el Paso 3, la medición de glucemia capilar y colesterol total en ayunas.
Desde sus inicios en 2005, la ENFR se efectúa en hogares de localidades de 5.000 habitantes y más de todo el país, con un muestreo polietápico y por conglomerados, y una muestra representativa a nivel nacional y provincial de la población de 18 años y más.
Las ECNT afectan con mayor intensidad a los países de ingresos bajos y medios, donde se registran más del 75% de las muertes por estas enfermedades (32 millones de personas). Si bien afectan a personas de todas las edades, casi la mitad de los casos se producen en las etapas más productivas de la vida. Los datos muestran que 15 millones de todas las muertes atribuidas a las ECNT se producen entre los 30 y los 69 años.