Barrio Capuchinos: vecinos piden semáforos en la Av. 58 y mejoras
Demandas de los vecinos. Quienes residen en el asfalto inquietos por la alta velocidad de los vehículos. En calles de tierra lidian con el barro y el polvillo
Por María Cecilia Gotta
Redacción
El Barrio Capuchinos, donde se encuentra la Parroquia y el Colegio Nuestra Señora de Nueva Pompeya y el Club Huracán, ha crecido notablemente y es marcado el movimiento que hay en el barrio. En una recorrida que realizó Ecos Diarios por las calles del vecindario, las personas consultadas señalaron dos realidades distintas.
Por un lado, quienes viven en calle de tierra lidian con el barro y el polvillo y los que tienen asfalto, alertan sobre la alta velocidad que circulación de automóviles y motos.
Al caminar por las calles de tierra, se observan pozos, siendo el caso de calle 56 y 77. A pocos metros, vive la vecina Liliana Vacca, quien manifestó que reside en el barrio desde hace más de 40 años y señaló “hay pozos, las calles están feas y no es solo acá sino en toda Necochea donde la mayoría de las calles son de tierra”.
Además, comentó que “ahora está entoscado, un año pusimos la piedra nosotros y otro año la Municipalidad, pero necesitamos el asfalto porque en invierno estamos con el barro y en verano con el polvillo”.
En este sentido, coincidió con otros vecinos, que sería muy bueno mejorar las calles, dado el movimiento de gente, “el barrio está lindo, es relativamente tranquilo y al mismo tiempo al tener cerca el club y el colegio es muy transitado”.
Tránsito
Sobre la calle 56 entre 81 y 83, vive Sara Troncoso, quien afirmó que durante el verano con las altas temperaturas que se registraron, no pudo abrir las ventanas por la gran cantidad de polvillo. “Hace un tiempo que aumentó el tránsito vehicular por el barrio porque muchos evitan la avenida y aunque sea calle de tierra circulan muy rápido, por eso es necesario que coloquen reductores de velocidad“, dijo.
La vecina opinó al igual que otras personas, que en verano es un castigo por el polvillo y en el invierno se hace muy difícil caminar por el barro.
“Hemos solicitado a las autoridades que tiren agua para aplacar el polvo, pero al contrario, tiraron más polvo, y eso vuela todo el tiempo, no sabemos porque tiraron eso”, expresó.
Pastos largos
Una de las imágenes que no suman al barrio, es el abandono que presenta la calle 77 entre 54 y 56, donde los pastizales de la vereda tienen un metro de alto. En este sentido, la vecina Ana Laura Tazza mencionó “no hay forma de que limpien, nunca cortan el pasto, no se puede pasar por la vereda de cemento que está tapada por los pastizales, además esto trae bichos, lauchas, ratas, lo que se te ocurra”.
Además, destacó la falta de luminarias, pero un problema aún mayor, es como se inunda esa cuadra. “Cuando llueve entra agua a la casa por el pluvial y se me inunda todo, el quincho, el garaje, después de muchas idas a la Municipalidad logramos que hicieran una canaleta, una alcantarilla que se rompió, nadie vino a arreglarla y ahora está todo tapado por los yuyos, no desagota y se inunda todo”, puntualizó angustiada.
Semáforos
Pablo Modesto, tiene su comercio en avenida 58 y calle 83, y destacó el crecimiento del barrio, como ha mejorado con los años, pero con la llegada del asfalto, destacó que se requiere de un semáforo.
“En su momento teníamos calle de tierra, había mucho polvo, pasaba la máquina regadora pero no daba basto por el tránsito continuo y ahora necesitamos semáforos porque la afluencia de vehículos en constante y mucha gente grande tiene que cruzar la avenida”, indicó.
Inclusive hay vecinos que viven sobre la avenida y afirmaron que las motos corren picadas en horas de la madrugada por el asfalto nuevo.
Modesto detalló que en la intersección de avenida 91 y 58, el caudal de circulación es grande, “sobre todo a la mañana y al mediodía”.///
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