Buscan regularizar obras no declaradas
Harán relevamientos de natatorios. Algunas concesiones a la hora de regularizar las ampliaciones. Sostienen que los controles son en “toda la ciudad”
La Dirección de Obras Privadas del municipio ha puesto en marcha un operativo de control en busca de detectar piletas no declaradas, que se suma al trabajo que se viene efectuando con otro tipo de obras domiciliarias que no han sido incorporadas en los registros de la comuna.
Históricamente la construcción de nuevas habitaciones, galpones, garajes, quinchos u otras comodidades en muchos casos no son “oficializadas” ante la Municipalidad, que de esta manera no recibe un ingreso que resultaría de importancia para sus flacas arcas.
De no ser vendido el inmueble, lo que obliga a incorporar a los planos los agregados, éstos pasan desapercibidos mientras no se declaren. Y sólo se regularizan situaciones cuando el municipio efectúa verificaciones y notifica a sus dueños.
En el caso preciso de las piletas, el último relevamiento tuvo lugar hace dos años. Y sobre el tema se dio cuenta que en el primer día de relevamiento, en la zona del barrio Parque, se verificó a cinco manzanas al azar, comprobándose que de 20 natatorios, seis no estaban declarados.
El número no reparó mayores sorpresas en la órbita municipal, aunque se promete poner énfasis en la regularización.
Por otro lado, en algunos sectores, caso Villa del Deportista, no cuentan con agua corriente, con las llena con lo que se extrae del pozo del que se abastece la vivienda.
De acuerdo a los actuales índices, declarar en la Municipalidad una pileta de hormigón de 32 metros cuadrados cuesta unos $9.600; mientras que si es de fibra de vidrio o materiales similares, unos $4.800.
El pago se puede hacer en cuotas sólo en el caso de los natatorios construidos en hormigón.
Notificaciones
Desde la propia órbita municipal se dio cuenta que se está imprimiendo mayor fuerza a la cuestión. “Se intima un par de veces y si no hay respuestas, se infracciona en forma automática. Eso ha provocado que muchos propietarios se presenten a ponerse en regla”, se explicó.
El relevamiento satelital es una de las herramientas que se usan para detectar los metros cuadrados que no han sido “oficializados”.
También se orientan las inspecciones con los datos que proporciona el sector de Gestión Territorial (GIS) del municipio, que cuenta con información digitalizada de cada manzana. De esta manera coteja lo que el propietario tiene declarado ante la Agencia de Recaudación de la Provincia (ARBA) y lo que cuenta en la Municipalidad.
Quienes concurren a Obras Privadas generalmente solicitan un plazo para regularizar, el que se otorga por un máximo de tres meses. De no cumplirse se efectiviza la infracción, por un monto que establece el Juzgado de Faltas.
Sin embargo se reconoció que ante el presente económico que atraviesa la ciudad, se da más plazo a quienes tienen menos recursos para regularizar su situación. “Nos presentan sus recibos de sueldo y se ve que se les hace cuesta arriba pagar al profesional que debe hacer la incorporación a los planos. A veces hay que ponerse en el lugar de la gente, que tiene buena voluntad pero no puede pagar inmediatamente”.
En la actualidad se estima que hay un promedio mensual de 30 personas que acuden a la oficina a hacer a declarar incorporaciones.
En “toda la ciudad”
Se reconoció que hay algunas “excepciones” en las exigencias, cuando los metros no declarados integran la categoría de inmueble precario que posee el municipio. Los mismos tienen una valuación baja en cuanto a las tributaciones.
Aunque en el imaginario general se piensa que las inspecciones se producen en barrios con residentes de mayor poder adquisitivo, desde el municipio se subraya que los relevamientos son “en toda la ciudad y el distrito”.
En tal aspecto se recordó un operativo efectuado hace cuatro años en el barrio Luz y Fuerza, comprendido entre 6 y 10 y 67 y 71, donde la mayoría de las viviendas fueron modificadas.
Por otro lado se dio cuenta que se está regularizando la situación del barrio Los Tilos (ha sido levantado en etapas), que se van incorporando al padrón tributario.
Asimismo se precisó que muchos cambios se detectan cuando se va a dar el final de obra de una nueva construcción, y se observa que ha habido ampliaciones respecto a la presentación inicial.
Construido en la última década
A lo largo de la última década, la construcción privada en Necochea ha tenido algunos altibajos, siendo los picos máximos de metros cuadrados en 2011, coincidiendo con el levantamiento de varios edificios y en las temporadas de 2013 y 2013, cuando tallaron con fuerza los créditos Procrear.
En 2009, los permisos de obra otorgados por la Municipalidad fueron 484, por un total de 61.250,29 metros; en 2010, 371 y 56.310,96; en 2011, 513 y 123.366,90; en 2012, 510 permisos y 70.570,39 metros cuadrados y en 2013, 605 y 61.494,98, respectivamente.
En 2014 se concedieron 711 permisos, por 85.042,86 metros cuadrados; en 2015, 641, y 65.98,77; en 2016, 515 y 61.075,99, en 2017, 842 y 78.754 y en 2018, 696 permisos y 82.211,64 metros cuadrados, respectivamente. Se aclaró que el crecimiento en esos dos últimos años tuvo que ver con la incorporación de cuatro inspectores más al área de Obras Privadas, ejerciendo así un mayor control.
Finalmente en 2019 los permisos otorgados fueron 561 y los metros 61.783,31 y este año, hasta el mes de septiembre incluido, los permisos fueron 331 y los metros 42.683,25 metros, respectivamente. La merma es considerable y acorde a la cuarentena que ha sufrido con la parálisis de la actividad en el sector de la construcción.///