¿Carrera contra el tiempo?
Al momento de escribir esta columna el distrito de Necochea contaba con 207 casos activos de Covid-19, una cifra que si bien es considerable comparando los números de la región, aún no encienden la luz de alarma.
Sin embargo la cantidad de contagiados confirmados en los informes diarios que emite la Secretaría de Salud van en marcado crecimiento, y en consecuencia se han empezado a tomar medidas preventivas para evitar que el sistema sanitario se desborde.
Es de esperar que las mismas resulten efectivas y que no ingresemos en zona de zozobra, como acontece por estos días en Tandil, Balcarce o San Cayetano, donde la capacidad de respuesta en materia de atención está seriamente comprometida.
Entre las disposiciones se contempla extender la atención de los casos de coronavirus que requieran respiradores mecánicos a la actual Unidad de Terapia Intensiva, remitiendo a los internados de la misma a la clínica privada o guardia del mismo hospital.
Más allá de esta cuestión de organización en lo inmediato, se acerca la temporada de verano, la que se supone conllevará la llegada de turistas, obviamente no en la medida de otros años. De esta manera se aumentará el potencial riesgo de saturar la respuesta sanitaria.
En ese sentido en las últimas horas el Ejecutivo recibió una buena noticia desde la Provincia, que le confirmó la instalación para el verano de uno de los cinco hospitales modulares que dispondrá en la costa atlántica y que incluirá un laboratorio de análisis de hisopados (Ver https://elecos.com.ar/rojas-seguira-el-desarrollo-urbanistico/ ). Obviamente tal aporte potenciará la capacidad de repuesta del sistema de salud municipal.
Pero detrás de este escenario actual, que por ahora es controlable, existe un enorme desgaste y agotamiento del personal de salud, que sin una planta abundante (por caso cabe recordar que cada persona entubada necesita la atención de un médico y una enfermera) continúa dando respuestas, cuando ya han pasado siete meses desde que el Covid alteró la vida de todos.
En tal sentido, más allá de las obligaciones y voluntad que deba exhibir dicho personal, debe mantenerse el compromiso de los ciudadanos para mantener los necesarios cuidados preventivos para que el virus no se expanda.
Ya hemos hecho referencia al hartazgo de la gente ante una larga cuarentena, que en muchos casos ha puesto contra las cuerdas a la economía familiar o de una empresa. Y ante ello no queda otra que desoír las recomendaciones del Gobierno y volver a trabajar en pos de seguir subsistiendo. No todos viven del Estado.
Sin embargo hay una creciente franja –en su mayoría jóvenes- que participa de reuniones sociales sin tomar los mínimos recaudos y es desde allí donde está comprobado que se empiezan a multiplicar los casos de Covid-19.
Es desde la falta de responsabilidad en el cuidado personal, desde donde crece la cantidad de contagios y que hace que el área de Salud empiece a estar en una carrera contra el tiempo, para evitar el colapso que ya empiezan a sufrir ciudades muy cercanas a la nuestra.
Que se pueda llegar a una crítica situación en ese sentido sigue latente. Y está bien que los entendidos contemplen medidas precautorias en ese sentido. Disposiciones que pueden ser suficientes o no, ante un virus potente y rodeado de análisis que no han mostrado un total acierto. Por caso el tantas veces mencionado pico de la enfermedad, que parece no llegar nunca.
Si el sistema sanitario podrá resistir o no, sigue siendo una duda. Una incógnita más en uno de los momentos más crueles, en todo sentido, que nos haya tocado vivir como sociedad.///