Colonias de vacaciones que hicieron felices a generaciones
El recuerdo de cuando miles de niños y niñas de todo el país venían a Necochea-Quequén para disfrutar de la playa, confraternizar y divertirse. Historias de las del Raimondi, SEGBA y Pinocho
RAÚL JÁUREGUI
Redacción
Las colonias de vacaciones de verano de la ciudad, que por varias décadas cobijaron a miles de niños y niñas de todo el país, fueron el tema de la columna semanal basada en el Archivo de Ecos Diarios, en el programa “Desde Temprano”, por Ecos Radio.
En primer lugar se dio cuenta que el turismo social para niños tuvo su primer exponente en la ciudad con la colonia que funcionara en lo que hoy es el Hogar Raimondi, en 2 y 75, que funcionó desde fines de 1928 y durante cinco décadas bajo el nombre de Colonia Marítima para Niños Débiles.
El curioso nombre estaba vinculado el destacado médico de aquellos tiempos, Alejandro Raimondi, que dedicó la mayor parte de su vida a combatir la tuberculosis, que se cobraba vidas infantiles.
Justamente para ayudar en esa labor se creó la colonia de vacaciones en Necochea, bajo el enorme impulso del diputado de la Nación Leopoldo Bard, principal gestor para levantar las instalaciones frente al mar.
El fin de la colonia era dar amparo a la niñez desamparada, pequeños de la Capital que habían contraído tuberculosis, y que ya restablecidos, tenían una salud débil.
El primer contingente arribó a fines de la década del 20 por tren. Lo integraban 180 niñas y niños, acompañados por médicos y personal de cuidado, todos procedentes de la ciudad de Buenos Aires; y en la ocasión la estación de tren de Necochea lució colmada de público, los pequeños llegaron en compañía del Dr. Leopoldo Bard, el Dr. Alejandro Raimondi y el primer director de la colonia, Dr. Alejandro Camere.
La banda del maestro La Battaglia ejecutó marchas militares, el atardecer de ese día fue jubiloso. Los pequeños fueron trasladados hasta la colonia en un centenar de automóviles particulares destinados al efecto y la compañía de tranvía también brindó servicio gratuito para trasladarse a la villa balnearia.
Durante cincuenta años la colonia albergó a niños de todo el país, y algunos vieron por primera vez el mar aquí en Necochea, pero en 1978 la Municipalidad de Buenos de Aires, de quien depende la colonia la destinó a Hogar de Ancianos, y sigue así cumpliendo con la labor humanitaria para la que fue creada.
SEGBA, en Quequén
Seguidamente, en el programa radial que se emite en la 97.9 de lunes a viernes de 9 a 11, se habló que por el lado de Quequén, en 1938 se construyó en un amplio y hoy estratégico predio de calle 508 Nº 881 el confortable edificio donde por décadas funcionaría la colonia de vacaciones a la que venían los hijos de trabajadores de Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires, más conocido como SEGBA, y que hoy cobija a la Unicen.
Hasta los primeros años de la década del 90, en que esta empresa del Estado pasara a ser una sociedad anónima en el marco de las privatizaciones de la era menemista y cerrara la colonia, el lugar se constituyó en un predio a pocas cuadras del mar, con cancha de fútbol, lugares para juegos y hamacas entre otros entretenimientos, con más de 40 empleados que atendían a los contingentes de niños, entre ellos profesores de educación física y un guardavidas que acompañaban a los grupos de chicos a la playa.
Además de los recuerdos que permanecen intactos para varias generaciones que pasaron parte de sus vacaciones de la niñez en la colonia de SEGBA, hoy en día el edificio emblemático posee como vestigios de haber sido un lugar para chicos a las pequeñas estatuillas de enanos ubicados en la rotonda central.
Durante la charla se mencionó que uno de aquellos niños visitantes fue el mediático peluquero Roberto Giordano, que era hijo de un empleado de SEGBA y que alguna vez recordó ante una cámara de TV sus vacaciones de la niñez en la colonia quequenense.
Pinocho sigue latente
Siguiendo con Quequén, en los 50 y por algunos años existió la colonia del Pequeño Cottolengo Argentino, cobijada por el Hogar Stella Maris, donde estaban las religiosas de la orden Don Orione, y al que llegaban niñas a pasar sus vacaciones.
Las visitantes eran alojadas en una construcción de madera, sencilla pero de calidad y estilo, que estaba ubicada sobre el médano, en proximidades de donde hoy se encuentra el Club La Virazón.
Sin embargo, el símbolo de vacaciones para los niños en Quequén, cuyo recuerdo ha permanecido hasta ahora, fue el Primer Instituto de Veraneo Infantil, más conocida como la colonia Pinocho, ubicada en 502 nº 1341.
La colonia fue un emprendimiento privado, más precisamente del médico pediatra Mauricio Bicoff, siendo inaugurada a principios de la década del 60, en un lugar en el que por entonces prevalecían los médanos y terrenos baldíos. Antes el edificio había sido una hostería y confitería bailable llamada Tourbion, que mutó a colonia de vacaciones, para que cada 15 días llegaran contingentes de niños y niñas de 6 a 14 años.
Los chicos tenían a sus padres como afiliados a varios sindicatos y grandes fábricas, por ejemplo Luz y Fuerza, Acindar, Dálmine, y entre ellos llegó el hoy famoso humorista Miguel Del Sel, quien recientemente recordó sus felices días de niño en la colonia, en una entrevista brindada a Ecos Radio. Durante su estadía los niños practicaban béisbol, fútbol, voley; realizaban paseos en lancha, visitas al Faro, Museo de la Estación Hidrobiológica, caminatas por los médanos y tenían un día de campamento. Competían representando obras de teatro y en los días no aptos para salir contaban con juegos didácticos, se organizaban kermeses o se les proyectaban películas de Walt Disney.
Tanto era el éxito de esa colonia, que el médico adquirió en las cercanías el hotel Ciervo Azul que hoy vemos abandonado en calle 506 y 527 donde también se alojaban niños.
La colonia funcionó hasta los primeros años de los 70 , y en 2007 el edificio fue demolido, para dar lugar al complejo de modernos departamentos que existe en la actualidad, conservando el nombre de Pinocho, como también se denomina ese sector de la costa quequenense.
La columna completa de Archivo Ecos Diarios se puede escuchar en el Spotify de Ecos Radio.
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