Con la mirada en el cielo
Se cumplirán 60 años del primer avistamiento de un objeto volador no identificado en el distrito. Y 35 de que Fabio Zerpa visitó Necochea y vaticinó que en el Siglo XXI tomaremos contacto con los extraterrestres.
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Hace casi 35 años, tal como lo haría hoy un artista de stand up, se presentaba en Necochea un personaje muy particular: Fabio Zerpa. Este actor, parapsicólogo e historiador de origen uruguayo, pero que vivió gran parte de su vida en la Argentina, era especialmente conocido como ufólogo.
En aquel verano de 1987, aquel particular personaje, admirado por algunos, motivo de burlas para otros, dejó una de esas frases tan ambiguas que en algún momento pueden convertirse en premonitorias: “En el Siglo XXI lograremos el contacto con la invasión extraterrestre y podrán darse cuenta aquellos que estén, que lo estudiado con anterioridad no fue en vano y ninguna mentira”.
Sin embargo, cuando avanzamos en la tercera década el Siglo XXI, el pronóstico de Zerpa no sólo no se ha cumplido, sino que el fenómeno ovni parece haber desaparecido completamente de los titulares de los medios masivos.
Aunque tal vez este año vuelva a resurgir el interés, ya que se cumplirán en agosto 60 años del primer avistamiento del que se tiene registro en el distrito.
En la noche del 29 de agosto de 1962 el vecino Osman Alberto Simonini vio un objeto volador no identificado a la altura del km 28 de la ruta 86.
Simonini viajaba en su camión saliendo de La Dulce del criadero de visones “Malabrigo” cuando vio extrañas luces en el cielo que lo siguieron con bruscos giros por varios kilómetros.
El incidente que se conoció a través de una nota en Ecos Diarios, comenzó a ser investigado por la Armada Argentina.
Recién hace cinco años, en 2017, Armada Argentina desclasificó una serie de documentos sobre el avistaje de un plato volador en cercanías de La Dulce, que fueron publicados Comisión de Estudio del Fenómeno OVNI en la República Argentina.
El de La Dulce es uno de los primeros casos del fenómeno documentados en el país. En la actualidad los expedientes forman parte del archivo privado del investigador Roberto Banchs.
El gran avistamiento
Seis años más tarde se produjo uno de los avistamientos más extraordinarios de los que se tenga registro. Cuatro personas que transitaban en auto, a la 1.05 del 11 de julio de 1968, por la avenida 2, observaron asombrados la presencia de un objeto volador sobre el mar, a unos 800 metros de distancia.
Un barco mercante avistó el mismo objeto, que se encontraba detenido a unos 100 metros de altura, tenía forma ovoidal y era extremadamente luminoso.
A la mañana siguiente, en la Prefectura de Puerto Quequén se ofrecía una conferencia de prensa, a cargo del Capitán del buque de matrícula nacional «Río Grande», Jorge Alberto Bóveda de 24 años. Lo acompañaban el radiotelegrafista Manuel Jorge Fotini y el timonel de guardia Manuel Silva do Santos.
Confesaron haber tenido temor ante el OVNI y que éste no emitía ruido alguno, al menos mientras estuvo sobre el barco, durante 60 segundos.
Las agencias periodísticas dieron trascendencia nacional al suceso informando que un barco mercante argentino en espera de entrar a Puerto Quequén y a menos de 1 kilómetro de la escollera había avistado un OVNI a 174 grados, entre 3 y 5 grados en la ciudad de Necochea.
El capitán Bóveda informó que «no se registraron alteraciones ni perturbaciones eléctricas ni magnéticas mientras duró la presencia del objeto cerca del barco».
Un día antes, unos vecinos de Quequén habían visto otro OVNI a unos 400 metros de altura, sobre las instalaciones que en ese momento poseía la firma Sur Lac en el kilómetro 10 de la ruta 227.
Objetos no identificados
Recién 20 años más tarde volverían a documentarse en nuestro distrito apariciones de ovnis. El 31 de agosto de 1978 en La Dulce, 8 de septiembre y el 14 de octubre de ese mismo año en nuestra ciudad. Y, diez años más tarde, el 4 de febrero de 1988.
En abril de 1990 una pareja que observaba un buque encallado vio un “cigarro volador” en cercanías de Costa Bonita (Ver recuadro “Sobre el mar”.)
Tal vez el mejor documentado de todos fue el ocurrido el 21 de enero de 2001, cuando se tomaban imágenes en video a una pareja de recién casados en la playa ubicada frente al Complejo Casino.
Alrededor de las 2 de la madrugada, la pareja y varios invitados bajaron a la playa del balneario del Automóvil Club Argentino a fin de grabar algunas imágenes en video.
Algunos invitados observan, en dirección Este-Sur, un objeto luminoso, de color blanco azulado, que vuela sobre el horizonte.
El camarógrafo que acompañaba a la pareja tomó imágenes del OVNI, que se destaca plenamente en la oscuridad de la costa volando a poca velocidad y a gran distancia en dirección Sur para luego desaparecer entre las nubes.
Un mes antes, los tripulantes de siete embarcaciones pesqueras que se encontraban frente a nuestra ciudad, observaron una luz blanca que se acerca.
Son las 2.30 o 3 de la madrugada. Piensan todos en un helicóptero pero les resulta extraño su acercamiento, en forma totalmente silenciosa y también el motivo de éste. Más aún, no hay helicópteros en esta zona patrullando la costa a esa hora de la madrugada.
Los 40 pescadores observaron un objeto volador, que definieron como «platos soperos», que se ubica por encima de las lanchas enviando hacia ellos un gran haz de luz de color blanco que «iluminó la noche como si fuera de día».
El primero de marzo de 2000, Orlando Ostrobski, un hombre de 69 años que cuidaba el edificio Pinocho, en Quequén, observó el paso de un objeto volador que se desplazaba en dirección Sur-Norte.
Desde entonces, cada tanto se produce algún avistamiento. Uno de los últimos resonantes ocurrió en la costa en 2013.
Sin embargo, en los últimos años no se han registrado nuevos avistajes. El más cercano ocurrió el año pasado en el vecino distrito de Balcarce, donde una fotógrafa logró tomar una imagen de un objeto no identificado sobre un cerro.
Tal vez el motivo de que no haya tantos avistamientos se deba que la gente parece haber perdido la costumbre de mirar el cielo.
Sobre el mar
La crónica apareció el 28 de abril de 1990 en las páginas policiales de Ecos Diarios. La tarde anterior una pareja que observaba un carguero encallado frente a Costa Bonita advirtió la presencia de un extraño objeto volador no identificado con forma de “cigarro”.
El insólito avistamiento se produjo mientras un avión del Aero Club local sobrevolaba el buque “Adamastos” tomando fotografías.
Sin embargo, los tripulantes de la aeronave no vieron el “cigarro volador”.
“No vimos nada, pese a que pasó sobre nuestras cabezas”, dijo uno de los tripulantes de la avioneta Cessna 152.
El buque chipriota “Adamastos” había encallado a unos 150 metros de la costa, frente al balneario Costa Bonita.
Como siempre ocurre cuando encalla un buque, son muchas las personas las que se acercan a la costa para ver. Pero la pareja que iba a ver el barco se encontró de pronto ante un fenómeno inexplicable.
“Apareció de sorpresa”, dio una de las testigos, que también indicó que el cilindro o “cigarro” flotaba sobre el avión y “daba la sensación de que era del mismo tamaño que la aeronave”.
Los circunstanciales testigos dijeron que el “cigarro volador” permaneció unos instantes más sobre la embarcación y luego se internó en el mar “en dirección sur, hasta desaparecer de la vista”.
También dijo que el objeto no identificado era plateado y que se desplazaba muy lento, sin hacer ningún ruido.