Con la quema Miel Otxin se revivió el ritual de San Juan
Tradicional celebración de la colectividad vasca. Asistencia de jóvenes
Como cada año, en que se renueva el imán que para los seres humanos significa el fuego, la colectividad vasca realizó anoche la tradicional hoguera, en la cual se quemó el mitológico muñeco Miel Otxin.
Numeroso público, en el que predominaron las familias, los jóvenes y niños, se arremolinaron alrededor de la plazoleta central de avenida 58 y calle 65, para ver el colorido espectáculo, que incluyó la participación de un grupo de jóvenes bailarinas de la entidad.
La celebración se realiza en las vísperas de la festividad de San Juan, quien se cumple hoy, tanto para festejar esta fecha como la llegada del solsticio de invierno, según marca la historia pagana.
En la oportunidad hubo una representación, conjugando la hoguera de San Juan con una ceremonia que se hace en carnavales en un pueblo llamado Lanz, en el País Vasco, donde se baila alrededor de la hoguera.
En la ceremonia un hombre caballo molestó a “un señor gordo” y la gente del pueblo (los bailarines con sus trajes típicos) lo rescataron del acoso y luego danzaron en ronda alrededor del muñeco que el fuego empezó a consumir.
Para este año se eligió quemar una imagen de Miel Otxin, un legendario bandido de la mitología vasca, que representa a los malos espíritus.
Tres metros
La escultura de madera y papeles medía tres metros de alto y fue realizada por alumnos de la Escuela Provincial de Artes Nº 500 “Orillas del Quequén”, del área de artes visuales.
Anoche, tal cual es costumbre, se solicitó a los presentes papeles pequeños papel solicitando algún buen deseo, que se introdujeron en la quema para que se hicieran realidad. “Empiezan a partir de ahora a alargarse los días y a través de la elevación los buenos deseos se harán realidad”, indicó Cristina Zubillaga a Ecos Diarios, una de las organizadoras del colorido evento.
Mientras el fuego invadía al muñeco y lo transformaba en cenizas ante los gritos de los presentes, muchos de los cuales filmaban y tomaban fotografías, estallaron bombas de estruendo que “sacudieron” a la concurrencia.
La hoguera se celebra desde hace más de 30 años en la institución de 58 y 65, siendo una de las fiestas más abiertas a la comunidad, ya que se lleva a cabo efectúa en el exterior de la sede.
Apenas culminada la tradicional quema, varios de los presentes ingresaron al salón de fiestas del Centro Vasco, para participar de la romería, degustando platos típicos, como txistorra y cherría, a precios accesibles para que pueda disfrutar toda la familia.
La característica fiesta de la colectividad vasca también convoca al público en general, que se ve atraído por la gran fogata. Anoche, a la hora de la quema la temperatura no era tan baja como la de la noche anterior, con lo cual se disfrutó de mejor manera el espectáculo.