Con las multas no alcanza
El Gobierno bonaerense ha dado cuenta en las últimas horas de un nuevo ajuste en el valor de las multas de tránsito, se regulan por unidades fijas establecidas por el valor de las naftas (un litro de la variante Infinia en el Automóvil Club Argentino de La Plata, que hoy es de $229,50).
Según esta nueva estructura de valores, la infracción por pasar un semáforo en rojo o no contar con la verificación técnica vehicular, puede costar hasta $229.500, mientras que negarse a hacer el test de alcoholemia llega a $275.400.
En principio los valores de las multas pueden amedrentar a los conductores acostumbrados a no acatar las normas de tránsito, pero la realidad es que de nada sirve difundir montos de posibles sanciones si los controles son flojos, poco efectivos o ni siquiera existen.
En lo que atañe a Necochea esa vigilancia es nula desde hace años, y eso abona el ver una infinidad de infracciones en las calles, donde cada uno hace lo que le da ganas.
En lo que se interpretaría como voluntad para cambiar la “ecuación” actual, el área de Gobierno del municipio ha dispuesto una serie de medidas: entre ellas trasladar la base operativa de Tránsito al edificio contiguo del municipio, para tener un control inmediato; y se colocarían GPS en las motos y vehículos del área, de manera de saber por dónde anda cada inspector en todo momento y disponer el recurso ante cualquier eventualidad.
También se apuesta a que el anunciado nuevo centro de monitoreo, que contaría con material moderno, según se ha dicho, y una amplia disposición de cámaras, sirva de apoyo tecnológico para un control más eficaz. Algo que hoy no ocurre, y en el que mucho tiene que ver la falta de inspectores que hagan controles y sancionen a los infractores dentro de un tránsito en calles y avenidas cada vez más caótico y desbordado.
Complementariamente hay varias cuestiones que estarían en carpeta o planes y aún no se concreta: por caso la adquisición de más alcoholímetros homologados. En la actualidad hay uno solo y es más que insuficiente para hacer controles a una realidad que lamentablemente va en aumento: la cantidad de conductores que manejan con graduación alcohólica superior a la permitida. Este solo instrumento debe ser usado con responsabilidad y no ir a “cazar al zoológico”.
La mayor presencia del cuerpo de policías en motocicletas, que el año pasado se recibiera desde Mar del Plata, es otro recurso a tener en cuenta. La idea es que efectivos de ese cuerpo se establezcan en forma permanente en una comodidad que se les prepararía en el destacamento policial del barrio 9 de Julio.
Las intervenciones en la traza de las esquinas en las que mayor colisiones se producen; la colocación de más semáforos; la creación de la escuela municipal de manejo y la continuidad de la instrucción vial a niños y adolescentes en las escuelas, conforman otros aspectos de esa transformación que debe existir para que el tránsito vehicular sea un poco mejor.///