Conocé a Dua Lipa, la nueva sensación pop que viene a la Argentina
La artista británica que viene para telonear a Coldplay y actuar sola en Vorterix, busca su lugar como la nueva reina del «dance-llorón»
«Son letras tristes, pero a las vez te dan ganas de bailar», dice Dua Lipa de sus canciones.
En el backstage del festival Bonnaroo, a Dua Lipa le cuesta creer lo que le acaba de pasar. Dos horas atrás, se subió al escenario en Tennessee con 32 grados de calor y frente a una desbordada marea de fans que cantaron cada palabra de sus canciones pop, que recién llevan una semana de editadas. Atacando el escenario en una remera blanca y un choker, Lipa se alimentó de la energía del público, lanzando patadas acrobáticas y exigiendo a todos que «¡hagan fucking ruido!».
«Hay momentos en los que paro de bailar simplemente porque necesito procesar todo lo que me está pasando», dice Lipa, de 21 años con su grueso acento londinense. Recuerda que hace sólo un año estaba tocando para una pequeña multitud en Lollapalooza, cuando no era más que una curiosidad para los bloggers. Pero en los últimos meses, su presencia ha dominado los festivales estadounidenses como el Governors Ball y Coachella, mientras que su balada electrónica descarnada, «Scared to Be Lonely» (una colaboración con el DJ holandés Martin Garrix, con quien los paparazzi la han fotografiado a los besos) ha superado los 300 millones de escuchas en Spotify. En junio, su primer LP debutó en el Top 10 de varios países . «Es abrumador y muy emocionante», dice. A Lipa le gusta clasificar su música en un género que ella denomina como «dance-llorón». «¡Existe!», dice. «Son canciones con letras verdaderamente tristes, pero a la vez te dan ganas bailar.»
Lipa es hija de inmigrantes albaneses, que dejaron Kosovo durante los políticamente tumultuosos 90. (Cuando no trabajaba en marketing, su papá cantaba en una banda de rock estilo The Police.) Pero sus padres siempre soñaron con volver a Kosovo, y cuando se declaró independiente de Serbia, lo hicieron. Lipa tenía 11 y nunca llegó a adaptarse del todo. A los 15 logró convencer a sus padres de que la dejaran volver a Londres a vivir por sí misma.
Se volvió una obsesiva del pop y se inscribió en la famosa escuela de teatro Sylvia Young, a la que asistieron Rita Ora y Amy Winehouse. Lipa comenzó a postear covers en YouTube, principalmente para conseguir la atención de sus compañeros. Pero también atrajo a Ben Mawson, el manager de Lana Del Rey. El organizó un intensivo proceso de desarrollo artístico con ella: cinco días a la semana en el estudio, trabajando con diferentes compositores, probando hasta que algo funcionara. «Era muy aterrador para mí abrirme en una habitación con coescritores», dice. Pero ya lo superó. Cuenta que «Hotter Than Hell» es sobre «una relación que me cagó la cabeza»; en «Blow Your Mind (Mwah)» le tira besos de la muerte a un tipo inspirado en un agente de modelos que una vez le dijo que tenía que perder peso; «New Rules» habla sobre una lista de reglas que se recuerda a sí misma cada vez que se ve tentada a volver a relaciones tóxicas.
Para el disco, Lipa sumó colaboradores importantes como Nineteen85 (quien ha producido para Drake y Nicki Minaj) y Emile Haynie (Del Rey, Eminem). También convocó a Chris Martin, de su banda favorita, Coldplay, luego de que le envió un email. El la invitó a Los Angeles para escribir «Homesick», la canción que cierra el álbum. (Luego la convocó para telonear a Coldplay en el tramo latinoamericano de su gira, que la traerá a Argentina en noviembre. Además dará un show sola el 13 de noviembre en Teatro Vorterix) Este proceso, dice, la acercó a sentirse tan segura como lo es en sus canciones. «Pretender que soy engreída y que todo me importa un carajo fue muy terapéutico. Me escucho de vuelta y pienso: ‘Sí, soy re copada’.»