Crece el robo de energía y cables
La Usina sigue labrando actas de fraude en distintos barrios. Hace poco denunció ante la Oceba un perjuicio por 180 millones de pesos
Recientemente, causó conmoción social la imagen de un joven ladrón de cables fallecido, poco después de intentar manipular un conductor de media tensión subterráneo, en la ciudad de Rosario.
Necochea y Quequén no estás exentas de estos hechos vandálicos. A modo de ejemplo, cabe decirse que entre 2022 y 2023 la Usina Popular Cooperativa labró, solamente en el barrio conocido como Villa Marítima Zabala, la cantidad de 69 actas de fraude de energía y otras irregularidades vinculadas a la conexión de los consumidores y usuarios a la red de energía eléctrica en el área abastecida por un transformador que registra únicamente a 25 usuarios "legales", según la información recabada por Ecos Diarios.
A los continuos hurtos y robos de material eléctrico que sufre diariamente la distribuidora y que son de público conocimiento (cables, transformadores, componentes metálicos, etc.) se suma un perjuicio de mayor magnitud económica, constituido por el hurto, robo y fraude de energía, que consiste en el vulgarmente conocido “enganche” de las líneas que conducen el fluido eléctrico.
En ese sentido recientemente la Usina elaboró un informe sobre las denuncias policiales realizadas ante la Oceba, el Organismo de Control de Energía Eléctrica de la Provincia de Buenos Aires, en el cual detalló la cantidad de robos que ha sufrido en los últimos tiempos y, a su vez, el perjuicio económico que esto le ha ocasionado. El mismo dio cuenta que en los últimos 2 años la UPC sufrió un perjuicio económico de $180.772.533,02 debido justamente a este accionar delictivo.
Vida en peligro
Desde la UPC se indicó que “cuando alguien roba energía no solo evita pagar lo que le corresponde por el servicio que usa, pone en peligro su vida, la de los demás y también genera un efecto sobre la red eléctrica, la cual sobrecarga por un consumo desmedido. Esto perjudica a sus vecinos, quienes pueden sufrir problemas de tensión que dañen sus electrodomésticos".
Añadió que "robar energía representa un riesgo de vida y además es un delito. El ladrón no solamente no paga, sino que además hace un uso desmedido de la electricidad y sobrecarga la red, al no importarle hacer un consumo responsable si en definitiva “no lo paga”.
Cuando alguien manipula la red en forma ilegal, sufre peligro de electrocutarse. También puede generar daños en la vivienda de sus vecinos generando altibajos en la tensión. A ello pueden sumarse incendios o explosiones alrededor de la red eléctrica o en la baja de los cables a los hogares.
El hurto o robo de energía se encuentra contemplado dentro de los delitos del Código Penal (art. 162 y 164). “El encuadramiento del hecho está condicionado por la violencia que se ejerce sobre las cosas para cometer el ilícito”, se indicó.
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