Cruceros, transatlánticos y buques de pasajeros
Son recordadas las embarcaciones de estas características llegadas en los últimos 90 años al puerto local. Rompían la rutina de una estación marítima reconocida en el mundo como centro granero exportador
Cada tanto, cuando se sueña con el futuro del puerto, surge la posibilidad de que la estación marítima se convierta en escala de los cruceros que viajan hacia Madryn y Ushuaia.
Si bien el país cuenta con solo tres terminales de cruceros (Buenos Aires y los dos antes citados), Mar del Plata siempre ha tratado de posicionarse como destino y Necochea parece muy lejos de contar con la logística para lograr un lugar en este competitivo sector.
Sin embargo, a lo largo de los años se han desarrollado en el puerto local varias experiencias positivas con buques de pasajeros, en especial en la década de 1940.
Vapores con pasajeros
El domingo 4 de diciembre de 1932 ingresó a Puerto Quequén el primer buque de pasajeros. Se trataba del Astrida, un barco de bandera belga que permaneció dos días en nuestra ciudad.
Era un buque pequeño, que traía 21 pasajeros, además de la tripulación. Aquí cargó trigo y embarcó a varios viajeros más. Luego partió hacia Amberes.
Años más tarde, a fines de octubre de 1947, arribó el vapor Luisa C, a bordo del que viajaban 29 inmigrantes italianos.
Había zarpado de Génova y entre los pasajeros se encontraban algunos que tenían familiares en nuestra ciudad, por lo que se vivieron emotivas escenas de reencuentro en el muelle de cabotaje.
Ese mismo año llegó desde Génova el Ninetto Giovarone, con 26 pasajeros a bordo.
Si bien la estación marítima local no estaba habilitada como puerto de pasajeros, en 1948 llegaron varios vapores. A mediados de enero de ese año, en un mismo día, llegaron seis.
El español Monte Serrantem, llegó con 44 tripulantes y dos pasajeros, el italiano Dino, con 26 pasajeros y el Spiga, con 31 inmigrantes a bordo.
El Ravello
El 3 de abril de 1950, “por primera en la historia de Puerto Quequén, una motonave zarpó con abundante pasaje”, según una crónica publicada por Ecos Diarios al día siguiente.
“El acontecimiento debe ser destacado, no sólo por la importancia que en sí mismo reviste, sino también como anticipo de lo que podrá llegar a ser el puerto local, en un futuro no muy lejano, para el movimiento de pasajeros de ultramar”, señalaba el artículo.
La nota agregaba que el vapor de bandera italiana Ravello, había zarpado a las 19.30 con 110 pasajeros. “La moderna motonave se dirige a un puerto de Italia todavía no especificado, por tener la empresa naviera derecho a opción con respecto al puerto de destino en la península”, se informaba.
El buque haría escalas en San Vicente, de la Isla Cabo Verde, y en Santa Cruz de Tenerife, “al solo efecto de reabastecerse de combustible”.
Según el artículo periodístico, “en sus bodegas lleva 8.650 toneladas de trigo comprado por Italia y embarcado totalmente en nuestro puerto”.
La salida del Ravello estuvo precedida de un animado movimiento.
La afluencia de los pasajeros y de las personas que vinieron a despedirlos colocaron una señalada animación en las proximidades del atracadero.
A las 16.10 llegó un tren especial de Buenos aires con 61 pasajeros destinados al Ravello.
El tren tomó por el ramal de la Estación Quequén al puerto y se detuvo a un costado del vapor italiano, a breve trecho de las escalerillas de acceso a bordo.
Los demás pasajeros arribaron en automóviles particulares, ómnibus del servicio ordinario y un colectivo especial, procediendo la mayoría de Buenos Aires y algunos de Mar del Plata. Llegaron entre las 16 y las 16.30. La motonave soltó amarras a las 19.30.
De acuerdo con la crónica, “lo hizo desde su atracadero de la sección Quequén, frente al elevador terminal, de los dolpines 5 y 6, hacia la izquierda. Emprendió viaje entre el agitar de pañuelos y las voces que auguraban desde el muelle una feliz travesía a los pasajeros”.
Andrea C
El domingo 4 de enero de 1970, a las 16.20, el transatlántico italiano “Andrea C” arribó a Puerto Quequén con 450 turistas brasileños a bordo.
La nave, perteneciente a la empresa Costa Armatore, de Génova, tenía un desplazamiento bruto de 8.000 toneladas y estaba al mando del capitán Mario Bruzzone.
Integraban la tripulación del barco, entre oficiales, marineros y personal destinado a la atención de los pasajeros, más de un centenar de personas.
La llegada de la nave no era casual. Se debía a la organización conjunta de un viaje por parte de las empresas Eurotur y Agaxtur Turismo, esta última con sede en Sao Paulo.
Una importante cantidad de curiosos se había acercado hasta el muelle de ultramar del puerto local cuando llegó el buque.
Jóvenes necochenses que iban a oficiar de guías turísticas habían formado una especie de cordón de seguridad para que los viajeros pudieran descender cómodamente de la nave por la escalera en la que esperaba un oficial aduanero para cumplir con los trámites de rigor.
Cuando los viajeros ya en el muelle los viajeros, de inmediato se improvisaron excursiones por diversos lugares de la ciudad y así fue como tanto en la Villa Díaz Vélez como en el radio céntrico, se pudieron ver a contingentes de turistas.
Si bien el mal tiempo malogró algunas excursiones, los turistas recorrieron confiterías y restaurantes locales, mientras que los necochenses y quequenenses visitaron la nave, donde se realizó una fiesta.
En la mañana del martes 6 de enero, el buque partió directamente hacia el puerto brasileño de Santos.
El Odysseus
El lunes 3 de febrero de 1997 la habitual operatoria de Puerto Quequén se vio conmocionada por la presencia, inusual para nuestra estación marítima, de un crucero con 500 personas a bordo.
El Odysseus, de la Royal Olympic Cruises, debió ingresar al puerto al ser sorprendido por un temporal en alta mar y permaneció aquí durante toda la jornada. Luego zarpó hacia Mar del Plata.
La embarcación, que enarbolaba la bandera griega, estuvo atracada en el giro 8/10 de cabotaje sobre la margen de Necochea y fue una atracción más para los turistas que en gran número visitaron el puerto.
Entre los visitantes del buque estuvo el intendente Julio Miguel Municoy quien le entregó una plaqueta recordatoria al capitán del buque, el griego Nikos Koufogiannis.
A bordo viajaban 352 pasajeros de distintas nacionalidades (la mayoría de ellos estadounidenses, holandeses y griegos), que descendieron del barco para visitar distintos sectores de la ciudad.
Entre los pasajeros se encontraba la reconocida profesora de yoga Indra Devi. La yogui bromeó con los periodistas de Ecos Diarios: “Cuando me preguntan la edad, digo 100 menos 3”.
El crucero alemán
Más recientemente, el jueves 29 de diciembre de 2011, ingresó a puerto el gigantesco crucero MS Deutschland, con 312 pasajeros a bordo.
La habitual fisonomía del Puerto de Quequén con su operatoria de cargas y descargas de mercaderías en buques de gran porte, se vio opacada por la imponente presencia del crucero alemán que además de los pasajeros, transportaba 244 tripulantes.
Por espacio de algo más de siete horas, la embarcación de 175 metros de eslora, fue el principal atractivo en la estación marítima y provocó la atención de necochenses y quequenenses que se acercaron hasta el sector de seguridad portuaria para observar más de cerca de la particular estructura de color blanco.
Algunos madrugadores y el personal que trabaja en los distintos servicios que presta la estación marítima, aprovecharon las escolleras y otros sectores operativos como platea preferencial para ser protagonistas del ingreso al interior del Puerto de Quequén del lujoso crucero que provenía del Puerto de Río Grande, Brasil.
Escoltado por el Guardacostas Río Paraguay de la Prefectura Naval Argentina con asiento en Quequén que lo recibió antes de la llegada al canal de acceso al puerto y la apoyatura de los remolcadores, el buque alemán amarró a las 7.48 en el giro Nº 10 de la margen Necochea y los pasajeros a las 8.25 comenzaron a descender.
En algunos casos realizaron una recorrida por la ciudad, visitando lugares de atracción turística como la playa, el Parque Miguel Lillo, el Complejo Casino, entre otros y un grupo hasta compartió el tradicional menú argentino: un asado.
Un contingente de extranjeros también se dirigió a las instalaciones del Necochea Golf Club y aprovechó de una extensa caminata por las canchas de ese coqueto predio enclavado en cercanías de la costa de Quequén.
Luego de las tareas de reabastecimiento, a las 15.40, el crucero partió bajo la atenta mirada de muchos curiosos que despidieron a los pasajeros desde tierra.///