Jorge Betz y un brillante historial como gran figura del Safari
Revolucionó con Jeep, Saltadura y la famosa Coiron
Daniel Emilio Pereyra
Redacción
No desentonó y siempre fue protagonista. Propuso espectáculo y se brindó para que todos disfrutaran. En el Safari fue una de las grandes figuras y que marcó durante veinte años un camino de competitividad plena; algo que todos recuerdan porque apuntó (siempre) a contar con el mejor auto, motor y una buena asistencia técnica en los boxes.
Nos referimos a Jorge Betz, necochense que eligió una nueva vida en Buzios, Brasil y se alejó de la actividad con el mejor de los recuerdos por tantos éxitos obtenidos.
En estos días de cuarentena todos hacen una especie de balance y Jorge Betz aprovechó la tranquilidad del afamado balneario brasileño para charlar extensamente en el programa Máxima Velocidad.
“Es cierto que otra hubiera sido la historia para mí y es porque antes de correr en Safari pude correr en el Turismo Carretera y que por distintas razones no se dio”, indicó.
“Fuimos para dialogar con Eduardo Pucho Sáez (reconocido fabricante de cajas dfe velocidades de competición) para saber si podríamos traernos el Falcon. Hasta visitamos al Polaco Herceg, para que nos armara el motor. Bueno… no se dio y es otra la historia posterior”, puntualizó.
En medio de la charla, el experimentado Juan Fuentes se sumó para saludarlo y eso habilitó a una series de recuerdos de carreras memorables y el respeto que se merecen ambos porque en pista no había tregua, pero luego y sin rencores por lo que ocurrió en pista charlaban de cómo mejorar todo en su auto.
“Correr con cien autos fue una experiencia bárbara. Nos dimos como en la guerra con muchos, caso Bilbao, Fuentes, Tomasello, Porchietto y eso se extraña y mucho.
“Pude estar en la Clase Libres, con Jeep; luego corrí con una Saltaduna (auto que construyera Oscar Gnadinger) y logré lo que pocos: me invitaba a almorzar y visitar su taller para que viera lo que podría mejorar. Eso me habilitó a los cambios carrera a carrera; algo que se iba resolviendo en la semana o bien en medio de las pruebas de un sábado”.
Más adelante aparecí con un motor Ranger, con caja automática; algo que me brindaba seguridad porque no hubo problemas con el embrague, algo que ocurre en el Safari) y luego tuve otro motor. Carlos Sánchez, era mi preparador de aquella época y tenían junto a su padre (el desaparecido Hugo) un motor Dakota, que en el banco de pruebas tenía muchísima potencia y me sugirieron que sería imposible motorizar la camioneta con ese impulsor”.
Apareció la mecánica de Fernando García (en sus comienzos como motorista y luego brillando en el TC, al sacarlo campeón a Agustín Canapino, entre otros) y fuimos contundentes en la mayoría de las carreras del Safari”, dijo.
Desde algunos años decidió buscar otro horizonte en lo personal e instalado en el afamado balneario de Buzios, en Brasil encaró otro proyecto comercial y, como para no alejarse definitivamente, está en proceso de armado de un Jeep con la posibilidad de transitar los caminos brasileños y sentir esa adrenalina que únicamente brinda el automovilismo.///