Curar el empacho, el mal de ojo y hasta “tirar el cuerito”
De generación en generación. Pasan los años y este saber popular se sigue transmitiendo
Es increíble como una costumbre tan antigua, siga vigente a través de los años y se continúe transmitiendo a las nuevas generaciones. Quienes recurren a estas técnicas, están convencidos de que les aliviará el dolor o el malestar, mientras que otros dicen “no creer demasiado”, pero por las dudas recurren a estos remedios caseros.
“Estar ojeado”
Quizás lo más popular, sea el mal de ojo. Lo que para muchos es un simple dolor de cabeza, para otros es “estar ojeado”. Las técnicas para curarlo, son varias, aunque la más conocida es con el nombre completo de la persona afectada, pero otros también curan con un plato y aceite.
Quienes curan habitualmente reconocen que en estos últimos años con el Whatssap y las redes sociales, los pedidos se incrementaron. “¿Me curas?”, típica pregunta que llega a toda hora e incluso en algunas páginas de Facebook, hay personas que ponen su nombre completo o el de sus hijos para ver si alguien los cura.
Al momento de la curación, se repite además del nombre de la persona, un rezo que es un secreto que no se puede divulgar así nomás. Si alguien quiere aprender, solamente se le puede enseñar para Nochebuena a la medianoche o también para Semana Santa. En algunos casos, se pasa la frase escrita en un papel y, una vez que se aprende, se rompe para que nadie pueda leerlo. La creencia popular dice que si alguien rompe la promesa y cuenta en qué consiste la curación, esa persona pierde los “poderes”.
Curar el empacho es otra de estas costumbres que se enseña de generación en generación. En estos casos, también se cura con el nombre, aunque otros lo hacen midiendo, es decir, colocando el centímetro –o a veces una cinta roja- en la boca del estómago y a la altura del hígado. De esta manera, la “curandera” sabe si el empacho tiene que ver con el estómago o con el hígado. Para que dé resultado, se debe curar tres días seguidos.
Sin embargo, el empacho también se puede curar “tirando el cuerito”, técnica muy común que se utiliza en los chicos e incluso algunos médicos la recomiendan. En este caso, quienes no creen en el mal de ojo o en el empacho curado con centímetro, sí le tienen más respeto a esta técnica, por entender que produce un efecto físico.
Científicamente, explican que ese pellizcón de la piel estimula las salidas nerviosas en la parte abdominal. Este estímulo mecánico activa la liberación de neurotransmisores desde estas fibras nerviosas en el órgano afectado (estómago, intestinos, hígado y páncreas), particularmente cuando hay un empacho.
Otros también curan la culebrilla, el susto y, al igual que en las otras dolencias, utilizan distintas técnicas que se trasmiten con el paso de los años.
Sin dudas, estos ritos y terapias ancestrales que utiliza la población desde hace siglos, se han ido incorporando a la cultura y se transmiten de generación en generación. Y si bien para muchos es pura sugestión, a otros les quita todos los males.///