De dónde surgen los colores de los clubes de la Liga Necochea
Muchos a semejanza de equipos capitalinos, por votación, gustos o la suerte
El deporte mueve pasiones, desde siempre. Y los colores de los equipos que generan ese sentimiento, pintan el corazón de los hinchas. Los colores no son accesorios en el folclore del fútbol, son pertenencia. Y hasta se defendían en la cancha. Eran y son todo un símbolo de identidad. Desde el azul y oro al rojo, o al celeste y blanco. Dicen más que una simple proyección de la luz que percibimos con la vista. Sin embargo, pocos sabemos o recordamos porqué el club del que somos hinchas nos pintó la vida de ese color. En nuestra ciudad y la región, en los clubes de la Liga Necochea, la mayoría de los colores surgen a semejanza de equipos capitalinos, por votación, gustos o la suerte. Casi todos tienen una historia detrás.
Mirando la tabla
En algún caso, el azar no sólo determinó el color de la camiseta sino también el nombre del club. El ya centenario Club Huracán, es un caso testigo. Sus fundadores acordaron utilizar el nombre del club que encabezara la tabla de posiciones del fútbol de Buenos Aires y quiso el destino que fuera el “Globo” de Parque Patricios.
Así ocurrió también con los fundadores de Gimnasia y Esgrima de Necochea, después de infructuosos partidos cuyo ganador elegiría el nombre y que no terminaron como caballeros. Por lo que tomaron la determinación de tomarían el nombre y los colores del club de AFA que culminara último en la tabla de posiciones en 1938. Y por eso la entidad platense tuvo su eco en nuestro fútbol. Un caso similar es Del Valle, que aunque no está expresado en los estatutos del club fundado en 1946, adoptó los colores del Club Atlético Tigre que un año antes había logrado el ascenso a la Primera División en nuestro país.
Elección
Los colores de otras camisetas también inspiran las propias. Cuando en 1969 nació Estación Quequén, de la fusión entre el club Juventud Unida y el club Progresista, la propuesta mayoritaria fue tomar colores distintos a los utilizados hasta entonces. Juventud Unida tenía una camiseta era similar a la de Peñarol de Montevideo (amarilla y negra a bastones verticales) y el club Progresista de características similares a la de River Plate (blanca con una banda roja cruzando de izquierda a derecha y de arriba abajo). Surgieron las posturas de Vélez Sarsfield o de Banfield, optándose en una votación por el característico verdiblanco.
Otros a la hora de una fusión, optaron por hacerla también con los colores. En La Dulce, en 1937, la Sociedad Sportiva y Recreativa Porteño y la Juventud Unida Progresista formaron un club que se llamó Club Sportivo Juventud que mas tarde se denominó Deportivo La Dulce. Del rojo de Progresista y el negro de Recreativo Porteño, surgieron los colores del flamante club.
En Independiente de San Cayetano, el fundador y primer presidente, el Doctor Esteban Ochoa, denominó así al equipo en 1922 porque era hincha del Club Independiente de Avellaneda y adoptó los colores originales -el azul y blanco- que tiene en su escudo inspirado, en el emblema del club Saint Andrew’s.
En la playa
Los clubes de la playa buscaron la originalidad y diferenciarse de sus vecinos con más años. Cuenta la historia que Villa del Parque tomó los colores del Inter de Milán, que en los años 60 dominaba el calcio y el fútbol mundial, trascendiendo en nuestro país cuando en 1964 fue campeón intercontinental venciendo a Estudiantes de la Plata. Ningún otro club de la liga Necochea posee esa combinación de colores negro y azul.
Algo similar ocurrió con Villa Díaz Vélez. Los padres que formaron en 1992 la escuela de fútbol infantil eligieron en principio el naranja con vivos azules, de una camiseta de Países Bajos, pero cuando fueron a convencer al renuente Jorge Iparraguirre para que se sumara al proyecto lo hicieron dándole el gusto de cambiarlos. El “Vasco” pidió que fuera naranja pero con vivos negros, los mismos hoy aún luce el club más joven de la Primera división de la Liga Necochea de Fútbol.
Rojo sangre
A falta de una historia “oficial”, el característico rojo del Club Atlético Mataderos tendría en parte un origen muy particular. El equipo y luego el club en 1941 fue formado en su mayoría por trabajadores de la industria de la carne que desempeñaban sus tareas en el Matadero Municipal, ubicado en la zona y que habitaban el barrio Norte de la ciudad. Según comentan algunos veteranos vecinos, en ocasiones llegaban “manchados” de rojo sangre a los partidos informales de los primeros tiempos y optaron así por el rojo en alusión a la sangre que se derramaba en sus tareas cotidianas en el Matadero. Una versión con menos mística, pero que se puede adicionar a la anterior, es que la mayoría de los fundadores era hinchas del Club Independiente de Avellaneda.
Memoriosos
Sin los fundadores para que den su versión o estatuto que lo respalde, el “boca a boca” a veces a tergiversado o perdido ciertas historias. El centenario Club Atlético Rivadavia tomó su nombre del prócer (por sobre Sarmiento y San Martín), pero no hay datos concretos de porqué optó originalmente por el azul con una franja blanca horizontal para sus primeras camisetas. Más conocida sí es la anécdota del viajante de apellido Trincheri que previamente les prometió a los jóvenes fundadores un juego de camisetas, para cambiar las rojinegras que tenían entonces, que nunca llegó y que fue la excusa para fundar el nuevo club. Algo similar ocurre con el otro decano de nuestra Liga, el Club Ministerio de Obras Públicas de Quequén, formado por trabajadores de ese ministerio, que tomó como primeros colores el blanco con una franja azul, allá por 1926.
De ayer a hoy, los colores siguen brillando, y detrás de las banderas y las camisetas, estas historias siguen vivas. ///