Un necochense en Rata Blanca: “Para mí es un sueño lo que estoy viviendo”
Así lo señaló el baterista Pablo Gómez, que está de gira con la icónica banda
Por Ian Larsen – Redacción
“Estoy muy contento por lo que estoy viviendo, para mí es un sueño porque desde chiquito soy fanático de la banda y hoy de grande se cumple lo que toda la vida estuvo como algo prácticamente inalcanzable”, comenzó diciendo el necochense Pablo Gómez, que desde hace unos años se sumó a la icónica banda Rata Blanca como parte del staff.
Al momento de hablar con Ecos Diarios y La Costa FM, Pablo estaba en Santiago del Estero, después de que la banda brindara shows en Comodoro Rivadavia, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Luego seguirían por Tucumán, Salta y Jujuy.
“Descanso como se puede, igual bien porque es un micro de gira, con todas las comodidades, pero en el medio están los hoteles que también se disfrutan”, dijo el talentoso baterista, que admitió que hay que “acostumbrarse al ritmo” que es “bastante movido”.
Trayectoria
La llegada de Pablo Gómez a la banda de sus sueños, liderada por Adrián Barilari no fue casualidad ni mucho menos suerte. Es sin duda una historia donde la constancia y el trabajo duro para alcanzar las metas fueron preponderantes.
Este año se están cumpliendo diez años desde que el necochense comenzó a estudiar en la academia de Fernando Scarcella, el baterista de Rata Blanca, con quien tuvo una muy buena relación desde el comienzo porque fue el primer alumno en hacer 600 kilómetros para dar el presente en las lecciones, cada 15 o 30 días. “Iba a Buenos Aires un día y me volvía, porque al otro día tenía que laburar en una estación de servicio”, recordó, antes de agradecer a los que le dieron ese empleo, con el que se pudo pagar las clases de batería y los viajes.
La relación entre Pablo y Scarcella fue creciendo hasta el punto de llegar a invitarlo a dar clases en la academia, lo cual para él ya era un logro inmenso. A la semana de aceptar la propuesta, ya comenzó a salir de gira con la banda, estando en la técnica, armando la batería y probando sonido, para que todo suene bien. A los cinco años de empezar a estudiar batería renunció a su trabajo en la estación de servicio y se dedicó de lleno a dar clases en Necochea, armando una academia propia de música. “Me costó un montón irme, porque había logrado tener un lindo grupo de alumnos y profesores, que quedaron y siguen trabajando”, contó.
No fue suerte
“Yo siempre digo que soy un agradecido, más que un privilegiado”, aseguró Pablo Gómez, que hoy tiene 35 años y sabe que muchos de ellos fueron de estar “soñando y trabajando para que pase”.
En este sentido, dejó un mensaje motivador para los que sueñan con dedicarse a la música o a cualquier otra actividad que para muchos es difícil de alcanzar.
“Siempre con fe y con perseverancia las cosas siempre se dan. Me tocó a mí pero le puede tocar a quien trabaje por eso, es lo lindo de esto. No es para cualquiera, es para el que lo busca y labura para eso”, señaló el músico que también había tenido la oportunidad de tocar con Barilari cuando el artista se presentó en Necochea.
Sin embargo, lo que ocurrió no fue la primera vez que Pablo salió de la ciudad persiguiendo un sueño, dado que en su infancia se había ido a Bahía Blanca a jugar al fútbol, que ha sido otra de sus pasiones.