Delincuentes roban en dos campos y dejan encerrados animales en otro
Pusieron en marcha un tractor, se llevaron un auto, baterías, electrodomésticos, gasoil, dinero e hicieron destrozos en una de las casas
La tranquilidad en los campos es algo habitual, sin el ruido y el tránsito constante de vehículos que tiene la ciudad. Además, en estas semanas de cuarentena hay que destacar que esa calma parece haberse intensificado aún más, porque si bien el campo no para sus labores, quienes viven allí salen menos hacia los pueblos o ciudades cercanos.
Sin embargo, estos días de aislamiento parecen no haber calmado en lo absoluto a los delincuentes, que este fin de semana hicieron estragos en dos campos cercanos a Necochea.
A la altura del kilómetro 25 de la Ruta Nacional 228, que une al paraje Energía con Necochea, más puntualmente en el Camino de la Media Agua, se encuentra el establecimiento rural “El Águila Blanca”.
Allí, entre las 19 horas del sábado y las once de la mañana de ayer domingo, delincuentes ingresaron e hicieron destrozos, además de haberse robado varios elementos de valor, entre ellos un auto.
La descripción del hecho delictivo no muestra más que impunidad y tranquilidad por parte de los delincuentes, que se tomaron el tiempo hacer cosas tan insólitas como vaciar un freezer completo que estaba lleno de carne, poner en marcha un tractor o perder el paragolpes del auto mientras huían entre el barro.
¿Vigilados?
A las siete de la tarde del sábado, el matrimonio que vive en el establecimiento El Águila Blanca se había dispuesto a venir a Necochea por primera vez, después de una cuarentena estricta en la que solo habían salido del campo para hacer alguna compra indispensable.
Por tal motivo, teniendo en cuenta que era la primera vez que salían, no descartan la posibilidad de que hayan sido vigilados en el momento que se iban o que se haya filtrado el dato de que todo quedaría solo.
Al volver en la mañana del domingo, el matrimonio se encontró con que le faltaba su auto, un Volkswagen Gol, de color rojo, dominio KAL 239, que hacía poco habían comprado y que estaba en el galpón de la estancia.
En el galpón encontraron el cobertor de la luneta, al cual aparentemente han sacado para poder cargar todas las cosas robadas.
Además, siguiendo el rastro de la huida, encontraron también en una calle embarrrada el paragolpes trasero del Gol, al cual habían perdido por el peso de la carga y el mal estado del camino. “Los tipos son unos intrépidos bárbaros, porque yo que tengo una camioneta doble tracción quise pasar por donde ellos pasaron y era un barrial terrible”, contó anoche a Ecos Diarios, Mario Bjerg, el hermano de la mujer damnificada, quien manifestó que no cree en “el azar” y que para él “ya fueron con algún dato”.
Faltantes y destrozos
“Llegaron y vieron que se habían tomado el trabajo de agarrar todas las bolsas de carne que había en el freezer y vaciarlas”, explicó Bjerg.
También le llevaron bidones de herbicida que tenían guardados en el galpón, una computadora topo “all in one”, un televisor de 43 pulgadas, una impresora, dinero, una amoladora, una motosierra y varias herramientas de mano.
“Le revolvieron toda la casa. Yo estuve todo el día dándoles una mano para acomodar todo. Rompieron puertas, ventanas… o sea que aparte del robo es el destrozo. Rompieron una puerta para entrar y después rompieron los vidrios, dieron vuelta las camas… es lamentable lo que dejaron”, contó Bjerg, quien también dijo que notó a su hermana “hecha pedazos” por los faltantes.
Los delincuentes también sacaron todos los cajones de los armarios y todo lugar en el que consideraron que podía haber dinero oculto.
Vecinos también afectados
Previo a todo este despliegue de los delincuentes, en un campo vecino cuyo dueño es de apellido Guerra, se habían subido a un tractor John Deere y lo habían usado para movilizarse, después de haber robado allí al menos una batería grande y varios litros de combustible. Se cree que además, estaban ayudados por una camioneta.
“Se tomaron el trabajo de desenganchar el tractor de un monotolva y con ese se fueron cortando alambres por adentro de un rastrojo hasta el campo de mi hermana”, contó Mario Bjerg, todavía sorprendido de todo lo que había pasado en las últimas horas del sábado y primeras del domingo, sin que nadie se entere.
Ayer, efectivos de la Patrulla Rural y de la Policía Científica estuvieron en el lugar examinando todo.
Como si esto fuera poco, en otro campo sobre la ruta 228, también a la altura del kilómetro 25, un vecino notó que autores desconocidos le habían encerrado parte del ganado vacuno que estaba en los lotes, en un pequeño cerco perimetral de una casita deshabitada que está a pocos metros de la ruta.
Según relató a Ecos Diarios el hombre que ayer por la mañana se encontró con ese panorama, delincuentes habrían hecho esto con la intención de volver y matar a los animales para llevárselos, lo cual ya le ha ocurrido en numerosas oportunidades durante los últimos años.///