Derribando mitos
Hasta hace poco tiempo se creía y decía que era primordial bajar de peso, para luego con un plan basado en proteínas y el trabajo de fuerza en el gimnasio, lograr los objetivos de adelgazar y luego aumentar la masa muscular.
Esta cuestión cambió y se fueron cayendo algunos mitos, que venían de años y décadas sosteniendo que para convertir la grasa en músculo, antes había que eliminar la primera, para luego realizar lo segundo. Ahora todo cambió y no solo desde la metodología, sino también desde la alimentación y el ejercicio.
Durante muchísimo tiempo los que hemos pasado por algún plan nutricional escuchamos esta idea: “primero hay que bajar de peso, sacar algunos alimentos, realizar ejercicios físicos con mucho aeróbico y poca fuerza”. Era un dogma, las restricciones de alimentos, los permitidos de gaseosas llamadas “light”, el cálculo de calorías de los alimentos para que no pasen de esa cantidad indicada por el profesional y una rutina en el gimnasio basada en mucho tiempo arriba de la bici, en la cinta de caminar y trabajando con muy poco en mancuernos y aparatos en el gimnasio, con peso liviano.
La evolución en la parte alimentaria, el descubrimiento de nuevas maneras de obtener proteínas de los aquellos que son naturales y no provienen del mundo animal, sumado a la variedad de actividades físicas que fueron apareciendo, lograron un cambio y evolución a la hora de bajar de peso y aumentar la masa muscular.
Existen tres pilares fundamentales, en la actualidad, para que justamente hoy se pueda realizar aquello que antes no se podía, o porque se creía que no se podía: Buena alimentación, trabajo de fuerza y un buen descanso.

¿Qué es una buena alimentación?
Luciana González Ramella, licenciada en nutrición, a la hora de conceptualizar prefirió no ser específica y sí ser más abierta a la hora de pensar en cómo alimentarse. “Yo creo que más que restringir hay que sumar alimentos, porque los que ya están bien. Obviamente que habrá algunos que no podrán estar por alguna cuestión en particular, pero yo trato de que los planes nutricionales sean variados, sobre todo en lo que es vegetales. Argentina es un país monótono alimentario”. Lo que quiere decir con esto último la profesional de la salud es que los habitantes de nuestro territorio no estamos acostumbrados en ser muy variados a la hora de elegir qué comer, sino que muchas veces no salimos de las ensaladas que contengan lechuga, tomate y zanahoria.
Para la nutricionista que tiene su columna todos los martes en Desde Temprano por Ecos Radio afirma que "es súper importante un plan de alimentación que nos permita esta recomposición corporal duradero en el tiempo. Apuntamos a disminuir el hambre, a disminuir la ansiedad, a que nuestro cerebro sea más calmo, que no necesita comer a toda ahora”, y acá ella hace una reflexión y trae sobre una creencia que había nacido décadas atrás donde en los años 90´se incentivaba a comer varias veces al día, y con el factor tiempo muchas veces termina siendo altamente perjudicial, ya que nuestro cerebro se vuelve ansioso, así como también el hecho de consumir gaseosas “light”, que ha quedado comprobado que no ayuda en este tipo de situaciones. Por eso como marca la profesional “es mejor comer dos o tres veces al día en calidad, donde puedo comer una comida “real” y tener ese tiempo para poder hacerlo”.
Una de las claves que nos indicó nuestra entrevistada es que se pueda distribuir el aporte proteico a lo largo del día y sobre todo encontrar un equilibrio entre las dos opciones donde podemos encontrarlo. “Necesitamos una buena cantidad de proteínas, pero justamente para no enfermarnos en ese camino, tenemos que lograr que ese aporte proteico sea equilibrado entre proteínas animales y vegetales". La diferencia entre una y otra tiene que ver con que en las primeras encontramos todo lo que son las grasas saturadas, como son las carnes (principalmente), lácteos y huevos, mientras que en el segundo tenemos a las insaturadas, con excepción de dos como son el aceite de coco y el cacao.

El entrenamiento de fuerza, clave
Como dijimos en la introducción al tema en este caso el abordaje cambió muchísimo, ya que anteriormente se creía que primero se debía bajar de peso, para después generar la musculatura. Pero este cambio de paradigma tiene un por qué: Se suele asociar “perder peso” con “perder grasa” de manera intercambiable, pero son cosas muy diferentes, y una dieta extrema puede llevar a la pérdida de peso pero no así de grasa. El peso se compone de agua, grasa, músculo, huesos, órganos, y cuando se busca perder peso debe ser mayoritariamente grasa.
Perder músculo o incluso densidad ósea pone en riesgo la salud. De ahí la importancia de evitar las llamadas “dietas milagrosas”, como las que proponen una pérdida extrema de peso en poco tiempo.
Luciana González Ramella quien tiene su consultorio en el instituto “Praxis”, trabaja en conjunto junto a sus colegas de kinesiología y de la parte del gimnasio para poder realizar un programa completo, dependiendo de cada persona en particular. Más allá de lo específico de cada caso, en la actualidad se realizan trabajos de fuerza con algo de aeróbico que es una entrada en calor y algo más, pero sobre todo con bastante más cargas que las antiguamente se realizaban, a la hora de un programa para perder peso. Como ya explicamos, el descenso de este último, en el cual se pierde grasa, también puede ocasionar la pérdida de musculatura y resulta ser nocivo para la salud.
A la hora de la ingesta en alimentos, la nutricionista que comparte sus contenidos en Instagram, explicó que "sí yo entreno fuerza tres veces por semana, yendo de 7 a 8 de la noche al gimnasio, esa comida posterior toma importancia porque en realidad en los días que yo hago mi rutina, mi comida más importante para la formación de masa muscular es la posterior al entrenamiento. Por eso es que tiene que ser una cena completa y equilibrada nutricionalmente".

El descanso, un pilar fundamental
Los especialistas afirman que dormir bien, afecta directamente la capacidad del cuerpo para metabolizar la glucosa y regular el hambre, dos aspectos muy importantes para quienes quieren aumentar su masa muscular de manera correcta. En cambio no hacerlo correctamente puede llevar a cambios en el apetito y preferencias de alimentos, sobre inadecuados con sodio, grasas y excesos de azúcares, lo que puede resultar una nutrición deficiente y afectar negativamente nuestros objetivos.
"Cuando duermo mal, uno tiende a comer cualquier cosa, está totalmente probado. Tendemos a comer más y comida de mala calidad", apunta González Ramella, quien dice que esto obedece a una forma de satisfacer parte de la parte neurálgica debido a ese mal descanso.
Las horas de sueño son una razón importante para mantener un programa nutricional y una vida adecuada, porque también esto ayuda a la hora de rendir en el estudio o en el trabajo, pero suele pasar que hay veces que no es tan fácil conciliar el sueño. Por eso, para quien sostiene que su actividad es parte de un proceso holístico, el acompañamiento terapéutico puede ser necesario para que ayude necesariamente sobre este punto, que como dijimos en la parte inicial es un pilar fundamental.
Como hemos visto muchas de las cosas que antes se daban por cierto, pasándose de generación en generación, como una verdad irrefutable, los nuevos estudios, la mirada de los profesionales desde otro punto, las corrientes nutricionales que no comparten demasiado dietas proteicas basadas en el reino animal y los nuevos formatos de actividad física, vinieron a derribar ciertos mitos que estaban incrustados en nuestra sociedad, y hoy se sabe que una buena alimentación, un entrenamiento de fuerza acorde y un buen descanso lleva recomposición corporal, que es la de transformar nuestro cuerpo, eliminando grasas y generando músculos que ayudarán a proteger nuestro cuerpo.///
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