La última sesión ordinaria del Concejo Deliberante, la quinta en lo que va del año, dejó a las claras, una vez más, que la gran mayoría de los ediles que ocupan las 20 bancas del Cuerpo legislativo realmente muestran una desconexión con la vida de nuestra ciudad.
La quinta sesión ordinaria -realizada el jueves pasado- se extendió por más de cinco horas. Con un temario oficial compuesto por 40 expedientes y ocho sobre tablas, la sesión tuvo un desarrollo intenso pero pocas respuestas para las necesidades reales de los vecinos. En vez de medidas concretas -como ordenanzas, proyectos con efecto tangible o gestiones que busquen dar solución a problemas de todos los días- primó el debate a tono con la agenda nacional y la grieta política
El punto que dominó la sesión fue el proyecto de resolución impulsado por el interbloque de Unión por la Patria, que buscaba repudiar la condena judicial a la expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. El debate se extendió por más de una hora, con posicionamientos que reprodujeron una polarización ya conocida, sin agregar valor local a la discusión. Mauro Velázquez habló de “proscripción política” y “fallo arbitrario”, mientras que, desde la UCR, con Gonzalo Diez en primer plano, se defendió la institucionalidad y se criticó que “ninguna de las banderas” kirchneristas fuera auténtica.
El proyecto fue rechazado por mayoría, con tan solo el bloque de Unión por la Patria a favor. El resultado, sin embargo, deja una pregunta inquietante: ¿qué aportó esta discusión a Necochea en materia de salud, urbanismo, turismo o desarrollo local?
En contraste con el largo intercambio sobre CFK y, en sesiones anteriores, otros temas de agenda nacional, quedan relegados asuntos esenciales como, por ejemplo, la planta de tratamiento de residuos: un proyecto urgente con años de retraso.
También podemos mencionar otros, como la salud pública, con CAPS y hospitales que requieren obras, insumos y políticas de fondo. Esto tampoco apareció en el temario del jueves pasado o de las sesiones anteriores, con proyectos con contenido real.
En cinco meses, ya estaremos a la puerta de la temporada estival, pero el Concejo no presentó ni debatió ninguna iniciativa estratégica en esa materia tampoco. Aquí, debemos mencionar que en los próximos días se espera que desde el área de Gobierno y Concesiones pueda haber algún planteo sobre el mismo.
Por supuesto, mucho más lejos del debate político nacional han quedado otros problemas que afectan a nuestra sociedad: la falta de empleo genuino o el consumo problemático en jóvenes y adultos. Atrás parecen haber quedado aquellas discusiones sobre el juego online que afecta a los chicos en edades escolares.
Un apartado merece la problemática situación que se genera diariamente en el tránsito necochense. Prácticamente todos los días se producen no menos de tres o cuatro accidentes entre vehículos de diferente porte.
Esto no sólo genera el accionar del personal municipal y policial, sino también un alto costo que debe encarar el nosocomio local para recuperar a los heridos de esos accidentes. Es decir, no sólo es una cuestión de tránsito o de seguridad vial, sino también de la economía de la salud pública.
En este sentido, hay que recordar que la Agrupación Comunal Transformadora presentó una ordenanza para declarar la emergencia vial en el distrito. Sin embargo, la misma no prosperó y terminó convirtiéndose en un proyecto de resolución para la elaboración de un plan integral en la materia.
Tal vez, el proyecto original tendría cuestiones a mejorar, pero si era así, ¿por qué entonces no se debate? Posiblemente, entre los 20 concejales que componen el cuerpo deliberativo local podrían encontrar un consenso en una situación de la que todos somos testigos y de la cual ya, lamentablemente, hemos tenido que lamentar varias víctimas.
Además de la situación de Cristina Fernández de Kirchner, el Concejo aprobó un proyecto donde marca su preocupación ante el posible cierre de las oficinas del INTA en nuestra ciudad. Sin dudas, la oficina local brinda una gran cantidad de servicios a la población, ¿pero el gobierno nacional definirá su cierre por lo que le dicte el Concejo Deliberante de Necochea? Parece difícil de creer, incluso, que hasta se entere de la posición política de los ediles al respecto.
El Concejo puede y debe dedicar su energía a resolver los problemas de Necochea, no a reproducir algún espectáculo nacional. Nos urge que se priorice el diseño y tratamiento de proyectos que, de una vez por todas, busquen cerrar algunos debates abiertos hace décadas.
En tal sentido, podemos esperar debates sobre qué hacer con el parque Miguel Lillo y sus cientos de hectáreas que se encuentran exactamente igual que cuando se creó; hacia dónde crece la ciudad y con qué planificación; el Complejo Casino y el Jardín de Rocas; el desarrollo de la ribera del río Quequén; y tantos otros que día a día charlamos en algún café local. La educación y la seguridad, por supuesto, también son temas a los cuales se los debe atender.
No se trata de dejar de posicionarse en la grieta: pero el escenario local exige propuestas concretas, no solo consignas. La gente está observando, exigiendo que el Concejo legisle para Necochea, y no que discuta por escapar a las urgencias.
Si el Concejo quiere reencontrarse con su legitimidad, debe actuar con disciplina legislativa, alinearse con los reclamos comunitarios y transformar debates en políticas efectivas. Allí residirá el verdadero valor de una democracia local, más allá de los discursos políticos de cada jornada.
Es necesario resignificar la labor legislativa local: instar a los concejales a dejar de usar el recinto para competir ideológicamente y empezar a actuar conforme a las necesidades de nuestra comunidad. Faltan pocos meses para que se renueve la mitad del cuerpo legislativo en las elecciones del 7 de septiembre, por eso es que creemos que es sumamente importante dejar de lado la “desconexión sideral” existente y volver a la agenda de Necochea.
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