“Descubrí que la montaña es mi hábitat natural para correr”
Expresó el corredor del Cruce, Roberto Zugazua, que a sus 48 años encontró virtudes para desempeñarse en la montaña.
El atleta con pasado en las artes marciales, Roberto Zugazua, tuvo presencia en el Cruce “una carrera de aventura que une Argentina con Chile a través de la Cordillera de los Andes”. En la misma, ocupó los primeros puestos y expresó en diálogo con Ecos Diarios que “lo más destacable es que hace 19 años que no competía”.
“Entrené sin parar dos meses y medio, sin lesionarme. De este último mes, previo al cruce, entrené los siete días de la semana. No sabía cómo me iba a encontrar para la competencia, pero cuando sonó el silbato, yo quería ser protagonista”, expresó Roberto Zugazua sobre cómo vivió los días anteriores a la competencia y sus sensaciones.
Desarrollo del Cruce
El atleta necochense, detalló: “Salí primero en mi categoría, de 194 competidores. Uno de los días entré 11° en la general, de casi 1200 personas. Al día siguiente, con la intención de ser protagonista, quedé en el grupo de los primeros en la general y tiré primero en el grupo del cuarto, quinto y sexto”.
En tanto, sobre su actuación en los últimos días, dijo que “iba cuarto con una buena ventaja de 150 metros. En el kilómetro 18, cambié el ritmo y se me acalambraron las piernas. Terminé del 18 al 30, estirando y caminando, pero ese día fui 36 en la general. En la jornada final, dije que íbamos a terminar la carrera, así que pude terminar en la 13° posición de la general. Si hubiera especulado un poco, hubiese estado en el top 10”.
La preparación
“Yo hice mucho tiempo artes marciales con el entrenador Carlos Correa. El Cruce tiene un momento en el que hay que subir con bastones y cuando estaba realizando ese ejercicio lo hacía con golpes de puño, cosa que se me hizo más fácil para llegar al final. Ataqué la montaña prácticamente. No tenía la técnica porque pude correr solo cinco veces la carrera con entrenamiento”, explicó Zugazua sobre su mentalidad y preparación física.
Asimismo, confesó: “Hoy a los 48 años de edad, me encontré con que la montaña es mi hábitat natural para correr. Con tres meses de entrenamiento, luego de 19 años y competir contra chicos que tienen la mitad de mi edad, me hizo darme cuenta de eso. Di muchas ventajas. El primer día me quedé sin hidratación porque se me cayó el líquido que tenía en la espalda, corrí 30 kilómetros sin hidratarme”.
En síntesis
“El resultado me deja muy conforme. También me da pie a decir que ‘si vos querés, podés’. La limitación la tenemos en la cabeza. Este desafío me dejó mucha gente, también el querer proyectar, el entrar en competencias en otros países limítrofes, que es lo que quiero. Porque disfruté a pesar de haber estado dando mucha ventaja. Subir las montañas, octavo en la general, primero en mi categoría, contra chicos más jóvenes que sufrían subiendo”.
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