Desde Corrientes a Necochea en busca de nuevas oportunidades
Agustina Solís, médica especializada en kinesiología y fisiatría
MORA NASIFF
Para Ecos Diarios
Analía Agustina Solís, licenciada en kinesiología y fisiatría, dialogó con el programa radial “Desde Temprano”, por Ecos Radio, donde mencionó todos los detalles de su llegada a la ciudad. Nacida en Corrientes, Analía llegó a Necochea, ciudad donde se radicó hace ya 4 años, en busca de nuevas oportunidades.
“Yo soy de interior, nací en Corrientes, capital, de igual manera mi familia es de Misiones, de un pueblo que se llama San Vicente. Estoy viviendo en Necochea hace 4 años, me encanta la ciudad, es otra cosa, de dónde vengo, esto es en muchos aspectos como en otro país, desde la cultura, la población, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos es distinto”, destacó Solís.
A raíz de esto, mencionó que trabaja como kinesióloga hace ya tiempo, se ha especializado en varias ramas de esta profesión, como la pediatría, geriatría, terapia intensiva, traumatología y deportes, mucho tiempo.
“Me quedaba pendiente una rama, que era neurología, en esta se trabaja el tema de la discapacidad. En tiempos de estudios, tomé una oportunidad que teníamos con la facultad, era un convenio que se hacía con el Hospital Inareps en Mar Del Plata, una pasantía para pre grado, para estudiantes. Tomé la oportunidad y fui hasta la ciudad, fue un cambio rotundo porque era una pasantía que me quedaba muy lejos de mi hogar, y en parte fue un regalo de mis padres por haberme recibido”, comentó.
Analia estuvo viviendo algunos meses en la ciudad de Mar Del Plata y dentro de esta estadía, la visitó un gran amigo de su mamá, médico kinesiólogo, el cual comenzó trabajando en la ciudad de Villa Gesell, para al año radicarse definitivamente en Necochea. “Me preguntó si quería probar suerte en la provincia de Buenos Aires y le dije que sí, no lo dudé, fui a casa, busqué mi título, saludé a mi familia y viaje hasta la ciudad”, mencionó.
El 18 de enero del 2020, Analía comenzó con la búsqueda de trabajo dentro de la ciudad, con muchas expectativas e inquietudes, tras poder conseguir la especialidad que estaba buscando. “Tiré curriculum por todos lados, al toque que tiré en Praxis me llamaron. Se contactó conmigo Vicente Bidegain, médico kinesiólogo de la ciudad, para reunirnos la próxima jornada por la mañana. Tuvimos la reunión, un tipo muy agradable, pegamos buena onda rápidamente, él había valorado mi historia, y había un punto en común que nos unía y era la especialidad. Entre este ida y vuelta, la idea era que personalmente abriera un consultorio, y desarrollara alguna actividad que ellos no hicieran, íbamos poco a poco planificando todo”, expresó.
Pandemia
Dentro de esta planificación laboral, en el año 2020, pocos días después, comenzó la pandemia por Covid-19, los comercios comenzaban a cerrar, y el consultorio también debía hacerlo por ciertas medidas de precaución. “Vicente me dijo que aprovecháramos ese tiempo para estudiar y seguir perfeccionándonos, entonces nos juntábamos y estudiábamos para no bloquear el cerebro. Era muy difícil porque teníamos casos de pacientes que realmente necesitaban la atención, estábamos atendiendo un caso de una señora de 86 años, tenía el hombro luxado, pero nadie la atendía porque no era Covid”, destacó. Meses después, en el transcurso de la pandemia y de este nuevo aprendizaje, Analía comenzó a ser parte del staff. A mediados de agosto, Analía comentó que Bidegain sufrió su primer ACV; “Fue muy difícil, gracias a dios pudo salir rápidamente del cuadro, y junto con su familia me dieron la oportunidad de que cubriera a todos los pacientes que teníamos durante el periodo de la rehabilitación. En el mes de abril, se vuelve a repetir el cuadro, Vicente sufre su segundo ACV y termina falleciendo. Fue un momento terrible para mí, su familia me ha acompañado mucho, desde lo profesional pero muy afectivo a la vez, pasábamos muchas horas estudiando, era una persona muy importante”, declaró.
Actualmente, sigue trabajando en Praxis con diversas modalidades: actividades, grupos de entrenamientos con los pacientes y ejercicios funcionales adaptados a las necesidades de cada uno. “Son cuatro los pilares fundamentales para sentirse bien, como si fuera una mesa de cuatro patas: la alimentación, el descanso, la actividad física, y sin dudas lo emocional, impacta de lleno”, completó.
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