Día del maestro: La vocación del amor por la educación está vigente
Distintas generaciones concuerdan en el rol clave de la enseñanza
Rocío Magalí Sánchez
Para Ecos Diarios
“La educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo“, pensaba el reconocido educador brasileño Paulo Freire. Y este concepto aún persiste tanto en quienes han ejercido la docencia durante toda una vida, como en quienes están estudiando el magisterio o dando sus primeros pasos en las aulas.
Denia Irene Rodríguez fue docente durante 25 años en escuelas urbanas y rurales, donde pudo ver a través del aula, como el paso del tiempo fue modificando las costumbres y las formas de enseñanza en nuestra ciudad.
Educar con ideales
Cuando se acercó a la docencia, tenía una mirada disruptiva y un espíritu inquieto con ansias de querer cambiar el mundo desde el salón de clases. “Nosotros queríamos crear una nueva escuela, con muchos ideales relacionados a la forma de ser docente y la huella que ansiábamos dejar en cada uno de nuestros alumnos”, señaló Rodríguez.
“Yo siempre trabajé en democracia y eso me permitió poder trabajar con libertad, independientemente del gobierno que estuviera en ese momento. Más que nada, lo que yo fui viviendo como maestra y profesora, fue una mayor esquematización de la enseñanza y en la organización de las tarea y, al mismo tiempo, un incremento en la capacitación docente” expresó la educadora, que también fue directora y que trabajó en nivel primario, secundario y terciario.
Cambia, todo cambia
Los cambios no sólo se reflejaron en quienes dictaban las clases, los alumnos y sus diferentes problemáticas también fueron modificándose con el pasar de los años. “Lo que se fue percibiendo más notoriamente fue el avance de la violencia en las aulas y también la vulneración de derechos. Eso es lo más doloroso que se fue viendo con el avance de los años” y agregó: “Al haber ejercido como directora pude tener un conocimiento más detallado de las situaciones y también tiene que ver que mi experiencia siempre fue en escuelas con una población con escasos recursos. Yo siempre viví la docencia en comunidades con falencias y con dificultades, pero pese a las adversidades mi balance fue positivo”
Para finalizar, la educadora que en la actualidad dirige la escuela de música” Ghemma”, expresó que para ser docente no solo hay que tener amor por los niños y niñas, sino que también hay que tener pasión por enseñar y tener el deseo de transformar realidades.
Contener es la clave
Para Estefanía Yané, estudiante del 4º año del profesorado de Educación Primaria del Instituto de Formación y Técnica Nº 31, la enseñanza no solo consiste en la tarea de enseñar , sino que también la escuela debe brindar un espacio de contención para el alumno. “La escuela es un lugar por donde pasan muchas vidas todos los días y creo que un docente tiene la posibilidad de cambiárselas para mejor”, enfatizó.
En el caso de Camila Villanueva, también alumna del 4 año del magisterio, su elección tuvo que ver particularmente con un gran sentimiento de gratitud hacia la secundaria. “La escuela prácticamente salvó mi vida porque me corrió de lugares que no eran convenientes para mí y yo quise replegar lo que hicieron conmigo. Porque yo sé bien la importancia que puede tener la palabra de un maestro en el momento que se necesita”, expresó.
Transformar realidades
De familia de docentes, para la alumna Sara Gómez, la elección de su carrera se dio de manera natural, no sólo por estar inmersa en lo concerniente al ámbito educativo, sino también porque pudo vivenciar que “mediante la enseñanza se pueden romper patrones. El estar en las escuelas y ver la diversidad en cada chico y cómo se puede salir adelante con cada uno de ellos es gratificante y alienta a seguir”, indicó la joven.
Intentar mejorar la vida de un adulto en formación es también querer dejar una huella imborrable en sus vidas y Mailén Espinoza, que cursa el segundo año de la carrera docente, lo tiene claro. “Todos tuvimos un maestro/a que nos marcó en nuestra vida y creo que aspirar a eso es lo mejor que nos puede pasar porque el recuerdo siempre viene acompañado del amor”.
Nuevos tiempos
La modernidad trae consigo nuevos y constantes desafíos y Araceli Vallejos, que está en 3º año, cree que el principal obstáculo a vencer la falta de atención en el aula. “Debido al exceso de tecnología, es difícil que los chicos presten atención a algo que no sea en una pantalla y es una circunstancia desafiante. Nosotros como docentes tenemos que apuntar a ganarle a la tecnología”.
Por su parte, su compañero Jonatan González agregó que “las pantallas son un recurso importante pero que tiene sus riesgos, por eso es importante que tanto docentes como padres y alumnos sean conscientes de cómo deben usarse”.
Los estudiantes instaron a que más personas inicien su camino en la docencia porque es un ámbito que apuesta a la vida, construye y forma a los que serán los futuros ciudadanos de la ciudad.///
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