Día del profesor: recuerdos y anécdotas en las escuelas
Enriqueta Roulier Díaz Sabaté y María Fonalleras, reconocidas profesoras con marcada trayectoria
Hoy, se conmemora el Día del Profesor, y en este marco quisimos brindar homenaje a quienes todos los días dedican horas de trabajo dentro y fuera de la escuela, pensando en la educación de los jóvenes. En nuestro medio son varias las instituciones educativas públicas que brindan el dictado de los diversos profesorados como es la Escuela Provincial de Arte Nº 500 “Orillas del Quequén”, el Instituto Superior de Formación Docente Nº 163 y el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 31.
A continuación el testimonio de dos profesoras que tienen una larga trayectoria en su carrera. María Fonalleras, a cargo de la materia Biología, está en actividad y Enriqueta Roulier Díaz Sabaté, profesora de Historia ya está jubilada.
Enriqueta nació en Coronel Pringles, se recibió de maestra, luego estudió en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca donde se recibió como profesora en Historia.
Al regresar a Pringles, hizo una suplencia de un querido profesor, Dr. Lozano, quien daba la materia “Educación democrática”. Enriqueta tiene excelentes recuerdos de sus profesores, “siempre encontré en ellos mucha dedicación, y muchas cosas que aprendí de cultura general, literatura, expresión, me resultaron muy útiles y prácticas”, mencionó.
Asimismo, recordó a su profesor Lozano quien también está de alguna manera, en el conocimiento de quienes leen a Borges en el cuento “La promesa”, donde el autor describe el relato que le hizo el Dr. Lozano en Coronel Pringles.
Enriqueta comenzó a trabajar en nuestra ciudad en 1970 y sin parar ejerció su profesión hasta 2009, cuando se jubiló.
“Empecé en el Colegio Industrial, actual Técnica Nº 2, luego a fines de 1970 empecé en el Nacional y en estas instituciones estuve siempre, luego tomé algunas horas en el Comercial y en la Escuela Nº 2”, puntualizó.
Una de las etapas que recordó con muchas satisfacciones fue cuando trabajó en el profesorado del Instituto Nº 163, donde formó a futuros profesionales durante 10 años. “Ahí surgieron las primeras camadas de ese instituto del profesorado en Historia y en Ciencias Sociales. Realmente lo disfrute y la aproveché mi carrera”, aseguró con una sonrisa.
Además, recalcó los lindos momentos que vive cuando se encuentra con ex alumnos. “Algunos no pueden creer que los recuerde, porque ya son hombres grandes, pero en general me acuerdo de gran parte”, dijo.
Agradecida
Maria Fonalleras es Licenciada en Biología, estudió en la Universidad Nacional de Mar del Plata y apenas se recibió, cuando volvió a Necochea, la fueron a buscar para que diera clases porque no había muchos profesores.
“Si bien no estaba en mi proyecto de vida, empecé a trabajar y hace 26 años que no paro”, indicó.
Empezó a ejercer en el Colegio Nacional, en el nivel secundario del Colegio nuestra Señora del Rosario, y en superior en el Instituto Nº 31 y en el Institutito Nº 163. “Realmente es un desafío formar a futuros profesores y con el nivel secundario son dos dimensiones diferentes”, aseguró.
María se mostró muy agradecida a las autoridades del Ex Colegio Nacional porque le abrieron las puertas y creció profesionalmente dentro de esa escuela, donde actualmente continúa ejerciendo el rol docente.
María se describió como una profesora exigente. “Mis clases han cambiado con los años, pero no la exigencia, uno le encuentra otras estrategias para tratar de alcanzar el objetivo que uno se propone”, comentó.
Al mismo tiempo recalcó que la capacitación es muy importante, dado que “es lo que te moviliza, te mantiene activa y está atento a todos los cambios nuevos”.
En este sentido, ha realizado muchos cursos de capacitación de nivel superior y secundario e inclusive estuvo en la UNAM en México.
Al momento de recordar a un profesor, mencionó a la profesora Dafne Blaiotta, profesora de Zoología, quien la incentivó para que estudiara Biología.
Además aseguró que “de cada docente te llevas algo y recuerdo cosas que hacían y que en determinado momento me sirvió esa actitud para resolver alguna situación, uno siempre los tiene presentes”.
Con el paso de los años, la sociedad ha cambiado, los alumnos también y las realidades son otras en el aula. Al respecto opinó que “uno se tiene que ir aggiornando y hay que encontrar la manera de lograr que aprendan el contenido, pero los chicos traen la carga de ser adolescentes, de la calle, sus amigos y uno les tiene que dar respuesta o por lo menos acompañarlos sin perder el objetivo de que aprendan la currícula”.
Si bien, el año que viene se va a jubilar, la profesora Fonalleras, no piensa en eso y manifestó que la pone muy contenta cuando se encuentra con ex alumnos. “Saber que hoy ellos han podido tener una vida plena, trabajan, son profesionales, y saber que uno pudo ayudar en algo, es realmente una satisfacción que pocas profesionales las pueden tener”, finalizó. ///