Diecisiete años de impunidad en el caso de Mónica Neila
Nunca se pudo identificar a los autores del crimen
Diecisiete años se cumplieron de la aparición sin vida de Mónica Neila. La muerte de esta joven mujer se ha convertido con el paso de los años en uno de los más grandes enigmas policiales de las últimas décadas.
Neila fue encontrada en su habitación por su propia madre el martes 21 de septiembre de 2006.
Neila falleció entre las 2 de la madrugada de ese Día de la Primavera y las 10.30 de la mañana del mismo día en la vivienda que compartía con su madre Irma Cacace en la calle 61 al 1300.
Existen cantidad de pericias que han permitido reconstruir incluso la forma en que fue asesinada, no obstante, nunca se pudo identificar a los autores del crimen.
Un estudio del escenario del crimen y de la secuencia en la que se desarrollaron los hechos que finalizaron con su muerte, sostiene como probable la participación de más de una persona en el hecho.
El cuerpo de la mujer fue encontrado en la habitación del frente de la casa. Neila se encontraba semidesnuda, con ropa interior que no sería suya y golpes en la cabeza.
Fue Cacace quien, al regresar de su trabajo, encontró a Neila muerta y dio aviso a la Policía.
La madre de la víctima, que luego falleció, señaló que la habían robado dinero y joyas.
En un primer momento se sospechó que los delincuentes habían ingresado a robar luego de que Cacace se fue a trabajar y fueron sorprendidos por Neila.
Por esta razón, según la primera de las hipótesis, habría sido asesinada por los ladrones, que para ingresar violentaron una ventana con un destornillador y luego escaparon por los fondos.
No obstante, aunque el mayor desorden se encontró en la habitación que ocupaba Neila, el dinero fue sustraído del sector de la casa donde residía su madre, pero en esa parte de la vivienda no había nada desordenado.
Con el tiempo se comenzó a sospechar que en realidad Neila había sido víctima de un drama pasional, sin embargo eso tampoco pudo ser comprobado.
Con la muerte de la madre de Neila, años más tarde, el caso entró definitivamente en un camino sin salida y quedó archivado.
Pericias y ninguna pista
Mientras las pericias sobre material genético encontrado en el lugar del hecho (cabellos, saliva en colillas de cigarrillos, manchas de sangre, etc.) no permitieron obtener pistas sobre el o los autores del crimen, las pericias de las secuencias del hecho y los estudios psicológicos, aportaron importantes elementos a los investigadores, aunque ponen en duda la posibilidad de que el hecho sea esclarecido.
A meses de producido el crimen, el fiscal Roberto Mirada solicitó al titular de la Policía Dirección Científica Regional Atlántica, con asiento en Mar del Plata, la realización de una nueva pericia para determinar cómo se desarrollaron los hechos que culminaron con el crimen de Neila.
La técnica, denominada secuencia fáctica del hecho, implica un reconocimiento del escenario del crimen y con todos los elementos de prueba existente, la reconstrucción de los incidentes.
Fue así que se pudo determinar que, a diferencia de lo que se pensó en un primer momento, Neila no fue atacada mientras dormía. Según el estudio, la mujer habría sido golpeada en la cabeza con un objeto contundente cuando se encontraba sentada en la cama.
De acuerdo a manchas de tejido hemático encontradas en una virgen que se encontraba sobre la mesa de luz, la sangre debió salpicar la pared ubicada detrás de la cama, pero no se hallaron salpicaduras, lo que hace sospechar que había alguien detrás de Neila.
Esto coincidiría con la forma que fue estrangulada la mujer y reforzaría la hipótesis de los policías a cargo de la pericia, según la cual Neila habría sido estrangulada por el brazo de una persona que se encontraba a sus espaldas.
Según las conclusiones del estudio de criminalística al que tuvo acceso Ecos Diarios, “el homicidio se produjo en la cama del primer dormitorio, lugar de hallazgo de la víctima, por asfixia mecánica por compresión del cuello, siendo muy probable la participación de más de una persona”.
Mientras que un examen del escenario del crimen permite determinar que “el hecho de robo sería posterior al de homicidio” y se sugiere que habría sido armado para “enmascarar” el móvil delictivo, que sería “del tipo pasional”.///
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